Recibí muchos regaños en el transcurso de la mañana. Algo normal pues me quede dormida en todas mis clases, los profesores estaban indignados, algunos me sacaron del salón y otros me mandaron a la dirección.
Por suerte la directora es la tía de Austin así que mi regaño no fue tan grande.
El problema estuvo cuando salí de la dirección.
-Pero miren a quien tenemos aquí-
Murmuro una voz chillona a mis espaldas. Genial lo que me faltaba.
Me gire sobre mis talones para encarar a la dueña de esa espantosa voz quien no era otra más que la bribona mejor conocida como Brian y su sequito de brujas.
Un momento… llamarla bruja es una ofensa para mí. Que mensa.
-¿Ahora qué quieres?- Pregunto con sarna que no pude evitar, Brian y su grupito me ponen de malas con solo escuchar su voz.
-Recordarte nuestra competencia-
Al diablo la competencia tengo asuntos más grandes que tratar que una competencia de escritura.
-Pues ya lo hiciste así que regresa a la cueva de la que saliste-
Sonreí internamente al ver como lentamente su sonrisa se desvanecía dando paso a una mueca de disgusto.
-Tienes razón me iré pero no porque tú lo dijiste sino porque tengo que terminar de repartir las invitaciones para mi fiesta de cumpleaños-
-Fiesta a la que obviamente no estas invitada- Agrego una de las lame botas que la acompaña.
-¿Quién demonios quiere ir a una de tus estúpidas fiestas?- Contraataque.
-Todo el colegio- Dijo otra de las víboras que la seguía.
-Sera una gran fiesta en la casa de la playa. Tendremos música, comida, alcohol y mucha diversión- Hablo Brian.
Si querían hacerme sentir envidia pues no lo consiguieron al contrario me dan mucha lastima. Pobres chicas necesitan hacer cosas como esas para tener a todos comiendo de sus manos.
De verdad que es lamentable.
-Vamos chicas, continuemos- Ordeno Brian quien me dedico una mirada llena de superioridad antes de dar medio vuelta y marcharse seguida de sus “amigas”
Mientras que yo, tambien continúe con mi camino regresando a mi salón. Contando las horas para que las clases terminaran y regresar a casa.
El encuentro entre Brian, sus amigas y yo me dejo un mal sabor de boca tan grande que no pude seguir durmiendo en clases, aunque tampoco es como si tuviera sueño, dormí mucho en las primeras horas y ya no me sentía del asco.
El resto del dia paso con una lentitud tan grande que pensé moriría de aburrimiento aunque cuando pensaba en lo que podía estar sucediendo ahora en mi casa recobraba de golpe la compostura.
Por suerte mi agonía termino en cuanto el timbre sonó. Rápidamente metí mis cosas al bolso y lo coloque en mi hombre con la intención de marcharme pero antes de poder hacerlo Piper tomo mi mano.
-¿A dónde vas con tanta prisa?- Mi amiga me analizo con la mirada.
-Pues…-
-¿Yoloth es hora de irnos?-
Una voz llamo mi nombre desde el umbral de la puerta. Esa voz la reconocí como la de Austin.
-Austin y yo tenemos algo que hacer-
Le regale una sonrisa a Piper en el momento en que me zafaba de su agarre y corrí en dirección a la salida, tome a mi amigo de la mano y caminamos rápidamente desde el colegio hasta llegar a mi casa. Trate de no ir tan rápido por temor a que los pulmones de Austin colapsaran o sufriera una recaída pero logro seguirme el paso hasta llegar a casa.
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El Libro De Yolot
Fantasía¿Alguna vez te has puesto a pensar que los libros que lees por muy fantasioso que parezcan tienen algo de realidad? Esta historia hará que te plantees que dentro de la ficción puede haber realidad y dentro de la realidad ficción. Yoloth es una joven...
