Epilogo

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Narra Karla

Me estaba poniendo nerviosa mis manos comenzaron a temblar y eso se dio cuenta Simón que me sujeto de la mano para transmitirme tranquilidad con su agarre.

- Karla me iré con mi mamá y mi hermana mayor- comentó Karen.

Mis lágrimas salieron ya sabía a que se refería, ya todo lo tenía claro. Pero me negué a ver las señales antes.

- yo sólo soy un espíritu que tenía una misión y ya la cumplí así que ahora me toca descansar en paz- sonrió- fue un placer conocerte.

Yo negué con la cabeza aun con lagrimas en mis ojos.

- eres de mi familia, apenas pude saber de mi pasado y ahora te piensas en irte.

- yo ya vive lo suficiente, ahora te toca a ti junto a Simón- contesto.

-No te vayas- Rogué.

- lo siento pero irme es lo correcto- se acercó a mi - físicamente me iré pero siempre estaré cuidando de ti, además estaré en tus recuerdos y tu corazón.

Negué varias veces con mi cabeza.

- tú no estás sola.

Simón me abrazo.

- lo tienes a Simón, él siempre está contigo y ahora tienes a nuevas amigas.

Mire a las chicas que sonrían pero no podía ver muy bien, mis ojos estaban empañados de lagrimas.

Simón se aparto de mi lado y Karen me dio un abrazo más.

- todo estará bien Karla.- susurro en mi oído.-¿ serás feliz? Promete eso Karla y dejaras de sentirte sola.

Me separé un poco del abrazo y la mire.

- prometo que viviré feliz y mantendré tu recuerdo en mi corazón.

- te quiero demasiado- respondio y la volví abrazar.

Por unos minutos más seguimos abrazandonos.
Al final Karen se marchó y desapareció ante nuestros ojos.

Tal como le prometí a Karen, es decir Isabel viví con Simón en la cidad y éramos muy felices haciendo lo que nos gustaba y como si Isabel hubiera dejado algún tipo de magia en mi jamás volví a sentir vacío en mi, era muy feliz incluso cuando recordaba la despida de ella.
En mis recuerdos no quedaban malos ratos todos eran felices.

- Karla aterriza- escuche la voz de mi esposo

Me levanté de mi asiento con un poco de dificultad por la enorme barriga que tenía por nuestro primer hijo.

- ya informé que no vas venir a trabajar.

Simón me abrazo por la espalda colocando sus manos en mi estomago dando suaves caricias.

- al fin vas a descansar pequeña trabajadora- bromeó.

- que más me toca, tu insistes demasiado.

El me miro y se puso serio.

Simón no le gustaba que trabajará demasiado por mi embarazo y siempre insistía que descansará hasta que al fin decidí hacerle caso.

Sonríe.

- es broma- comenta- me encanta que trabajes a mi lado.

- eso espero

Me reí y le di un beso en los labios

- vamos a casa Georgia ya está por llegar.

- esta bien tengo tiempo que no la veo.- contestó

- es difícil verla por lo que no se decide donde vivir, si en la ciudad o en el pueblo- nos reímos.

- al menos sabemos que la podemos encontrar en esos dos lugares.

- si es cierto y por suerte Ana se decidió por vivir en el pueblo y Elena en la ciudad a ellas no tenemos que buscar, ya que siempre la vamos a encontrar fácil.

Sonreí.

Tenía razón Isabel, ella sabía que iba a ser feliz y aunque en ocasiones no, los malos días siwnpre vendrán pero eso es normal porque también hay buenos días y estos últimos son más que los malos y a medida que pasaba el tiempo me daba cuenta que tenía nuevos amigos. El mundo sigue girando y no se detiene pero lo bueno es que tu tienes la opción de seguir o quedarte y si sigues uno se da cuenta que no todo es malo y que hay muchas cosas por descubrir por sentir y por vivir.
Aunque en ocasiones te hace esperar pero vale la pena dicha espera.

Aunque en ocasiones te hace esperar pero vale la pena dicha espera

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Fin.

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Gracias por llegar a esta parte querido lector, espero que la historia fuera de su agrado.

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