La bestia (capítulo 14)

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Narra Karla

Sentí algo, estaba muy nerviosa sabía que estaba muy cerca del peligro y sin darme tiempo para pensar en algo más, vimos a la bestia.

Karen se acercó más a ese monstruo mientras tanto Georgia y yo no podíamos movernos de nuestros lugares, por mi parte me invadió el miedo. Esto era pura fantasía pero no podía negar más, porque esta ahí, delante mío, demostrando que todo era cierto.

- yo Isabel Rauson Mouns una de las primeras habitantes del pueblo de Hop e hija de Celia Mouns, la bruja que dejó la maldición en estas tierras te ordenó con la ayuda de uno de los descendientes que te controlaban ..-

Karen fue callada por un ruido, nos giramos donde se había producido.

La señora Glenda.

¿qué hace ella aquí?

- te ordenó que te quedes quieto- ordenó Karen a la bestia.- ¡tú eres la nueva dueña de la bestia!- señaló con su dedo índice a la señora Glenda.

La señora tenía un libro algo parecido de aquel que cuidaba la pequeña Isabel.

-Eres quien mato a todos esos niños hace diez años atrás- continuó hablando Karen.

- la bestia terminará su trabajo porque falto una- la señora le habló a Karen- y después le pediré que se coma a usted es dos.

-la bestia si terminó su trabajo.- habló muy calmada Karen, suz era firme, sin dudas y hasta podría decir que era sincera.

Todas estábamos en silencio, observe el rostro de confusión de la señora.

- Karen también murió. Me imagino que sabes la historia de las brujas- señaló el libro- aquel libro además de contener los hechizos también era como un diario para mi hermana.

¿hermana?

Estaba tan seria cuando lo decía.

¿por qué dices esas cosas?

Y recordé las palabras de Ana, ella nunca estuvo loca, no estaba confundida. Ella si conocía a su niña y justo ahora Karen estaba dando sentido a las palabras de la señora Ana.

"Sí había muerto la pequeña Karen, la niña de Ana".

"Nadie había sobrevivido"

-¿hermana?- pregunto confundida la señora Glenda- ¿Karen murió hace diez años?- al parecer no entendía nada de lo estaba sucediendo o diciendo.

- si- contestó- mi nombre es Isabel Rouson Mouns- sonrió- yo tengo más poder sobre la bestia, mi madre la invocó y mi hermana nos dio el poder para destruirla.

La señora estaba tan sorprendida al igual que nosotras.

-Tu ya no puedes dar órdenes-alzó la mano en dirección de la señora y comenzó- a caminar en dirección de está- asi que duerme y cuando despiertes dirás a la polocia que fuiste tu la culpable de las desapariciones de los niños por ese estúpido cuento que contaste a los niños y que culpaste a Ana.

Dicho esto la señora Glenda cayó al suelo.

- sólo está durmiendo- nos dijo "Karen".

-¿qué esta sucediendo?- pregunté- estas diferente.

- les contaré luego lo que sucede- se acercó a la bestia.-yo Isabel Rauson Mouns una de las primeras habitantes del pueblo de Hop e hija de Celia Mouns, la bruja que dejó la maldición en estas tierras te ordenó con la ayuda de uno de los descendientes que te controlaban Georgia Adams y Karla- me miro- Karla descendiente de Lina Rouson Mouns te ordenamos regresar al infierno que perteneces.

Humo salía al rededor de la bestia y un chillido espantoso soltó haciendo que Georgia y yo nos cubrieramos los oído. Prácticamente la bestia se estaba quemando viva.

Cuando al fin desapareció, todo estaba tranquilo, mi presentimiento de peligro había acabado. Ahora era el momento de resolver los cabos sueltos pero no pude porque Karen siguió caminando y Georgia y yo tuvimos que seguirle el pasó hasta que nos detenemos frente a una cabaña.

La misma cabaña donde Isabel guardaba su libre, aquel sitio estaba bien cuidado.

Karen entró y busco el libro.

Justo en el sitio correcto. Ella debe ser Isabel.

-¿es cierto lo que le dijiste a la señora Glenda?- pregunté.

- todo es cierto, incluso lo de Karen y sobre ti.

Baje la cabeza, nunca supe de mi verdadera familia y ahora tenía una pista sobre ella. Era extraño como todo está pasando.

- así que Karen murió- susurró Georgia con mucha pena.

- está en un lugar mejor- contestó Karen mejor dicho Isabel.

-así que eres la pequeña Isabel la que tanto había soñado.

-exacto.- sonrió- vamos a casa.- con su mano quemo los dos libros- ahora no va a caer en malas manos.

Nos dirigimos a la casa mientras nos contó el sueño que tuvo cuando se desmayó.

Me sentí a feliz al fin tengo ha alguien de mi familia y todo terminó muy bien, ya no estaré sola jamás.

Al sia siguiente nos enteramos sobre la señora Glenda de que se entregó a la policía, ya el nombre de Ana estaba fuera de sospecha, incluso podía regresa a su casa con la frente en alto.

No nos quedamos en Hop fuimos donde Elena, teníamos que contar las buenas noticias a Ana.

Al llegar a la casa de Elena enseguida le contamos todo lo que había sucedido a la señora.
Ana suspiró cuando terminamos.

- sabía que mi niña no estaba ese día con nosotros- mencionó mientras daba una tierna mirada a Isabel.

Elena bajo la cabeza se veía muy triste, lo poco que pasó con su hermana y no la reconoció por la distancia que compartían en ese entonces.

- iré a mi cuarto- anunció Elena.

Isabel se levanto de su asiento y abrazó a Elena. Aquel abrazo fue correspondido, Isabel colocó su dedo índice en medio de sus labios, dando a entender de qué nos quedemos callados o al menos yo porque las otras dos se retiraron de la habitación.

Muy raro.

Elena se marchó e Isabel volvió a su asiento muy contenta.

La paz y la sensación de que faltaba algo ya había acabado, sabía sobre mi familia y ahora había conseguido una tía que parecía mi hermana por la edad cercana que teniamos, mi alma se sentía completa y no podía creer que se podía ser tan feliz como me estoy sintiendo ahora.

A los pocos minutos una de las sirvientas de Elena nos informó que el almuerzo ya estaba listo así que fuimos directo a comer.

Elena estaba en el gran comedor y ya sentada, ella estaba más tranquila pero en sus ojos se notaba pena.
Nos sentamos en el comedor.

- chicas tenemos un invitado, en cualquier momento llegará-anunció Elena.

Entre nosotras nos mirábamos sin descubrir de quien se trataba hasta que la sirvienta anunció que ya había llegado el invitado, todas nos quedamos en silencio pero de un momento a otra me habla Isabel.

- yo invite a esas persona cuando tuve el tiempo sin que te dieras cuenta, al parecer la carta le llegó justo a tiempo.

¿Lo conozco?- prácticamente me lo había dicho a mi pero no tenía idea de quien era, justo ahora no se me ocurría en nadie quién pueda ser.

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