XII

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Sesshomaru no hacía o decía nada, estaba sorprendido, claro que no lo demostró, se limitó a avanzar hasta estar a un metro de distancia, le miro detalladamente, no había cambiado nada, solo estaba el hecho de que estaba en esta época y no en el sengoku.

-Como es posible- hablo al final, ignorando el saludo y mirandolo con el ceño fruncido- tu estás muerto
-No en esta época- respondió alzando los hombros- no sabría explicarte, hasta para mi es extraño, confuso y muy doloroso
-Eh...- Kagome llamó la atención de ambos, recordándoles que no estaban solos- disculpen pero...¿quien es usted?- interrogó ladeando la cabeza
-Oh, veo que no estás solo- dijo mirando a Kagome de pies a cabeza- una humana, y no cualquier humana, una miko, para ser exactos ¿no?- le pregunto y la vio asentir- mucho gusto, soy Inu No Taisho, o mejor conocido como...
-El gran general perro- lo interrumpió
-¿Has oído sobre mi?
-Si
-Tambien me conocen como Toga
-Yo soy Kagome, un gusto
-El gusto es mío- respondió amablemente, luego escucho carraspear a Sesshomaru para hacer notar su presencia
-Se supone que puedes ayudarnos, ¿no?- dijo acercándose- pero la miko dijo que eran dos presencias, aún falta una, no hay tiempo para conocerse
-Como terminaste junto a el- Toga ignoró olímpicamente a Sesshomaru y se volteó a Kagome- se ve que es un gruñón, pero debe cuidarte muy bien, dime ¿eres su pareja?
-¿¡Que!?- grito más roja que un tomate- yo...yo ¡no soy su pareja!
-Jamás estaría con una humana
-Y yo jamás estaría con alguien sin sentimientos- contraatacó enseguida, aunque debía admitir que aquella confesión dolió- solo estamos juntos para poder enviarlo al sengoku
-Ya veo- respondió no muy convencido- bien, entonces busquemos a la otra persona- dijo caminando a la salida, pero a mitad del pasillo se detuvo- Inuyasha, ¿como se encuentra el?
-Bien, tiene a colmillo de acero, como querías y tal parece que aprendió a usarla
-Que bueno
-¿Por que?
-Por qué quería que aprendiera que no todo en la vida es poder, necesitas ser feliz- respondió sabiendo a que se referia- ¿qué pasó con tu brazo?
-Una pelea con el híbrido
-Valla, veo que ganó- dijo con burla
-Yo...lo recuerdo- hablo Kagome, logrando que Sesshomaru posara su mirada en ella- las mismas imágenes han parecido en mi mente por días, recuerdo un perro gigante, con una luna y líneas en cada lado de su cara, no logró ver quien más esta pero veo como te corta el brazo- admitió mirándolo directamente- yo...lo siento mucho
-¿Por que? No es culpa tuya
-Siento que lo es
-Mejor sigamos buscando
-Esta bien, vamos- hablo Kagome con tristeza, faltaba poco para que ya no estuvieran más juntos- me parece que el templo se encuentra a tres kilómetros de aquí
-Bien, iremos a pie- sugirió Toga, los vio asentir a ambos y salieron de la cabaña

Kagome fue la primera en salir y caminar de vuelta al camino, los dos hombres iban tras ella sin decir nada, Sesshomaru quería preguntar tantas cosas, pero no se atrevía, decidió mejor no hablar y buscar a la otra persona, quizás después pudieran hablar un poco.

Llegaron a la entrada del templo, pero antes de seguir caminando notaron que estaba protegido, la energía espiritual era muy grande, si Toga y Sesshomaru avanzaban lo más seguro era que terminaran purificados.

-Tendras que ir tu- le hablo Toga- asegúrate de convencerla, y si quiere dañarte rompe el campo
-¿Romperlo?- dijo interrogativa
-Si, tienes un gran poder, podrás hacerlo sin problemas
Soltó un suspiro y asintió no muy convencida, ¿gran poder? Si, como no, avanzó lentamente y logró atravesar el campo, miro a su alrededor, el lugar sin duda era precioso, contaba con un césped verde muy bien cuidado y flores medicinales por doquier, árboles que estaban floreciendo y el templo estaba en muy buen estado.

En la puerta principal del templo, pudo apreciar una silueta, se acercó lentamente y pudo verla mejor, no llevaba el típico atuendo de sacerdotisa, llevaba un kimono de color negro con flores blancas bordadas, tenía su cabello negro suelto, tenía ojos café y la miraba atentamente.

-Ho-hola- saludo un poco asustada- lamento entra así en su propiedad
-¿Como has podido cruzar?
-Pues...se supone que también soy una miko
-Oh, ya veo- dijo examinandola de pies a cabeza- tu nombre
-Que modales los mios- río nerviosa- soy Kagome Higurashi, un gusto señorita...
-Midoriko
-¿¡Usted es Midoriko!?
-¿Me conoces?
-¡Usted es la creadora de la perla de Shikon!- dijo mirándola- he oído mucho de usted, me parece que incluso vi su "tumba"
-Ya veo, ven conmigo- le dijo entrando en el templo, Kagome la siguió sin decir nada.
***
-Se está demorando
-Ten paciencia- decía Toga sentado en el suelo- esta mujer no es fácil de convencer
-¿Mujer?- dijo mirando hacia el templo- ¿quién es?
-Midoriko, ella puede que no quiera ayudar, después de todo, somos youkais

Sesshomaru siguió mirando el templo, más le valía a Kagome que la convenciera, o se quedaría para siempre en este lugar, aunque a comparación de antes, ya no le molestaba tanto la idea.

-Dime Sesshomaru, ¿como fue que terminaste tu aquí?
-Simplemente le llevé los fragmentos a la miko y el pozo me trajo aqui- respondió al tiempo que se sentaba frente a el- ¿tu hace cuánto estás aquí?
-Desde el día que morí en la otra época- dijo mirando el cielo- unos ancianos me llevaron a su hogar, me dieron alojamiento y me dieron vestimenta, claro el tiempo a ido cambiando y yo me adapté
-¿Nunca trataste de volver?
-Si, busque cualquier forma, pero nada- aseguro mirandolo- quería volver y estar con mis hijos
-Con tu humana, querrás decir
-Sesshomaru
-No te necesito, ni te necesite jamás- dijo fríamente- solo ahora para volver
-¿Y que pasa si no puedes?- pregunto con el ceño fruncido- ¿has pensado en eso?, los humanos serán débiles, pero son más tercos que nosotros, y esta miko en específico paso años matando a nuestra raza, ¿qué te hace pensar que ahora querrá ayudarnos?
-Ella la convencerá
-¿Como puedes estar tan seguro?
-Por qué la conozco, y no descansará hasta que logre convencerla- dijo convencido- tu lo has dicho, padre, los humanos son tercos, pero esta miko lo es aún más, lo puedo asegurar

Toga lo miro detalladamente, su actitud no cambiaba, en nada, seguía siendo aquel cachorro que solo quería ser el mejor y más fuerte, quien no demostraba sus sentimientos a nadie, siquiera a sus padres y aquel que lo odio cuando se enteró de que tendría otro hijo con una humana, había heredado el carácter de su madre, fría y calculadora.

-Hablas muy bien de ella, y parece que le tienes aprecio- dijo viendo a Kagome que se dirigía a ellos- dime Sesshomaru, ¿tienes algo que proteger?
-Si, lo tengo- hablo automáticamente sin arrepentimientos
-Me alegro, espero y no la pierdas por culpa de tu carácter.

Ya no podía ocultarlo más, esa mujer escandalosa, terca y muy risueña era su perdición, no había manera de que dijera lo contrario, su bestia gruño feliz dentro de él, seguramente después lo molestaría.

Kagome llegó junto a ellos con una expresión de alegría, aunque sus ojos mostraban una tristeza muy grande, y pudieron oler que había llorado, se miraron entre los dos unos segundos y se levantaron.

-¿Que sucedió?- preguntó Toga
-Nos ayudará- dijo y se mordió el labio en un intento de retener las lágrimas- vendrá dentro de poco, podrás volver hoy mismo a tu época- dijo mirando a Sesshomaru.

Encuentros y otro destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora