Acto VI. Un mal paso

80 16 3
                                    

Segundo día que Emi ya sigue entrenando con la misma demencia. Si ya lo sé, suena fuerte, pero es la única forma en la que podría describir lo que está haciendo.

Hoy temprano llegó su madre y aún no han tenido tiempo de hablar adecuadamente. Solamente un simple "hola mami" y de nuevo volver a la pista.

—Me preocupa un poco, es como si no fuera Emi..—  la señora Ibarazaki me saca de mis pensamientos por un instante.

—¿Que quiere decir exactamente?—

—Hisao.. Emi siempre entrenaba con una sonrisa, así sea ligera, pero ahora sus ojos, su expresión... Es como si Emi no lo estuviera disfrutando..—

Volteo de nuevo a la pista para darme cuenta de ese detalle no menor. Por dios, me siento como un estúpido por no notarlo antes.

La primera vez que ví correr a Emi, pude apreciar como en su rostro había decisión, convicción, ganas de competir.
Hoy veo otra cosa, ojos firmes y serios, inclusive puedo notar algo mas que se me pasó por alto estos días, pero que ví solo una vez hace años, una ligera mueca de dolor.

Mis ojos se cruzan con los del enfermero, evidentemente ambos notamos lo mismo pero es él quien da un paso adelante, dirigiéndose hacia la entrenadora.

—Profesora Saji, desde un punto de vista clínico, veo prudente que la práctica finalice, aunque sea temporalmente..—

Casi como si se le hubiera presentado una declaración de guerra, el rostro de la mujer se puso aún más serio de lo que es habitual, nisiquiera sabía que eso fuese posible. Sus ojos, aunque llenos de furia, no parecen mover un pelo al enfermero.

—Escuche atentamente, doctor de escuela, paso toda su vida llenando informes y controlando raspones de jóvenes como para venir a decirme eso tan fácil... No tiene ni la más mínima idea del esfuerzo que demandan este tipo de competiciones.—

Tanto yo como Hitomi y la señora Ibarazaki estamos completamente paralizados sin poder decir o hacer nada al respecto.

—En primer lugar, soy jefe de enfermería.
Segundo, mi tarea demanda más trabajo aún que atender lesiones menores y sobre todo sabiendo dónde trabajo.
Y tercero, fui yo quien trato a Emi Ibarazaki desde el primer momento después de su accidente.
Fui yo quien estuvo presente cuando daba sus primeros pasos con sus prótesis.
Por ende, me siento con la total confianza y autoridad para decir cuando poner pausa a los entrenamientos.—

Demonios, si esto fuera una pelea de boxeo, la campana ya estaría sonando. Eso es lo que llamo un golpe de guante blanco.

La entrenadora no hace más que masticar su propia derrota, aún manteniendo su expresión fija en el enfermero, hace sonar su silbato, provocando que Emi se detenga y se acerque.

—Toma un descanso Ibarazaki, en dos horas tendrás una vuelta de reconocimiento para que puedas familiarizarte con la pista. No llegues tarde..—

La mujer toma su libreta y se retira en un gélido silencio.

—Uh está todo bien?— la pregunta de Emi hace evidente lo distraída que estaba a aquella situación.

—Asi es, es solo que le sugerimos a Saji que descanses un poco antes de la vuelta de reconocimiento— el enfermero parece un actor de primera. Cambia su expresión y su tonalidad con toda facilidad.

—Oh bueno! Me parece bien— Emi sonríe y recibe una botella de agua de parte de Hitomi.

Veo como da unos tres pasos y se detiene con algo de dificultad, al mismo tiempo de una expresión nerviosa.

Katawa Shoujo: Un Nuevo DesafioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora