Capitulo 4

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Realmente podía confiar en él? Es decir hace menos de una hora que lo conozco. Cómo sé si de verdad no llamará a la policía? Algo en él me inspiraba confianza, quizás el hecho de que fué la primera persona que no me vió como si fuera una loca...

Que tenía de malo mi ropa? Es decir, estaba sucia, cubierta de sangre y rota... Si, sin duda debía cambiarme.
Y aquí estoy sentada en el salón de un desconocido que está buscando ropa para mí.

-Bien... No es lo mejor que hay pero bastará para que no andes por ahí con eso.- me tendió un bollo de ropa y lo miré confundida.- Es de mi hermana. Sorprendentemente son de la misma talla, primera puerta a la derecha. Si quieres puedes ducharte también.- me señaló las escaleras y yo subí lentamente, me dolían las piernas.

Al abrir la puerta me encontré con un baño muy bonito, algo pequeño, pero lo justo para una persona. Al sacar mi sudadera le eché un vistazo. Eso ya no servía para nada. Me ví en el espejo, tenía ojeras, mis labios estaban secos, mi cabello despeinado, con razón todos me veían como una loca.

Terminé de desvestirme y con cuidado saqué la venda improvisada de mi mano y observé. Me lo imaginaba peor, pero está realmente mal.
Me metí a la ducha, el agua caliente recorría mi espalda relajando mis músculos y la herida de mi mano se limpiaba suavemente.

Al terminar mi ducha, la relajación fue máxima. Me vestí con las prendas que me habían dado, me peiné como pude y salí para luego bajar las escaleras.

Un aroma inundó mi nariz e hizo que mi estómago sonará como un león hambriento, me acerqué hasta la cocina y ví que habían dos platos en la mesa, de espaldas a mi estaba cocinando algo que realmente olía delicioso.

Al darse la vuelta, aquél chico, pegó un saltito al verme en la puerta.

-Por Dios. Siempre eres así de sigilosa?.- preguntó mientras ponía un plato en el medio de la mesa. Siempre eres así de asustadizo? Mi pensamiento me hizo sonreír un poco.- Te ves bien. Aunque lo siento, mi hermana solo usa ropa negra.- dijo avergonzado.

-Mi color favorito.- respondí sin más.

El me sonrió y me señaló una silla. Me dirigí hasta allí y me sirvió un poco de lo que estaba cocinando con un vaso de agua y podría jurar que en ese momento habría babeado de verdad.

El se sirvió otro plato y se sentó a mi lado.

-Vamos come.- yo agarré el tenedor y cuchillo y corté un poco de esa comida. Se veía exquisita. Probé un bocado, todo bajo la atenta mirada de este chico, que por cierto aún no sabía su nombre.

-Diablos.- susurré. Y seguí comiendo.- Mmm está riquísimo.- le dije con la boca llena de comida.- Que es?.- le pregunté tomando un poco de agua. El se sorprendió un poco ante mi pregunta.

-Es una simple tortilla de papas...- me dijo comiendo un pedazo.- Nunca has comido esto?.- su tono era de sorpresa, sin duda. Mientras tanto yo había terminado mi último bocado y tomaba largos sorbos de agua. Dejé el vaso en la mesa y bajé la cabeza para ver el plato vacío.

-No...- dije algo apenada. La verdad lo único que comía en ese lugar, era un puré de papas deshidratado, con carne o a veces pollo.

-Ya veo...- dijo pensativo.

- Todavía no sé tú nombre.- le dije mirándolo a los ojos. Al instante lo noté nervioso.

-Alex, me llamo Alex.- dijo frotando su nuca. No entendí esa reacción. Lo observé unos segundos hasta que escuchamos la puerta de entrada abrirse.

-Alex? Estás aquí?.- se escuchó la voz de una mujer. Mierda escuché el susurro del chico a mi lado.

-Bien... Emm... Espera aquí, ahora vuelvo.- rápidamente desapareció de la cocina.- Hola... Mamá, papá. Que hacen aquí? Se supone que no llegaban dentro de un par de horas...- solo por la voz se lo notaba nervioso, rodé los ojos cansada de la situación y me dirigí al salón.

Al verme, los tres ahí, sus reacciones fueron muy diferentes, la madre con expresión de sorpresa, el padre manteniendo un semblante serio y el hijo más nervioso y rojo que un tomate.

-Emm... Mamá, papá... Ella es... Emm...- me divertía la situación pero era suficiente sufrimiento por hoy. Dibujé mi mejor sonrisa y dí un paso más.

-Soy Allison Williams, voy con su hijo al colegio.- digo presentándome y estrechando su mano gentilmente.- Verán Alex me invitó unos días a quedarme en su hogar.- los padres miraron al pobre chico con sorpresa.- En mi casa las cosas en mi familia se fueron un poco de control y no tengo donde quedarme.- dije fingiendo tristeza.- Alex se portó muy bien conmigo pero entenderé perfectamente si quieren que me vaya.- dije mirando a la madre.

-No. Por favor.- dijo la señora.- Cualquier amigo de Alex es bienvenido aquí. Puedes quedarte el tiempo que quieras.- me dió una dulce sonrisa.- Pero tendrás que ayudar en la casa.- dijo riendo. Yo le seguí la risa mientras Alex estaba sorprendido y realmente confundido por mi actuación.- Alex, deja esa cara de idiota y muéstrale su habitación.- dijo su madre mientras llevaba unas bolsas a la cocina. El padre solo me sonrió y fué con su esposa.

-Que?.- le pregunté a Alex, ya que seguía con esa cara de bobo impresionante.

-Como lo hiciste? Fue increíble.- dijo riéndose.- Yo no sabía que decir, me salvaste la vida.- me pareció exagerado que piense así.

-No fue para tanto, pero supongo que apartir de ahora tendrás que decirme Allison en su presencia.- lo seguí por las escaleras hasta llegar a la última puerta del pasillo.

-Seguro. Bien, esta es tu nueva habitación... Por ahora.- abrió la puerta y dejó ver una habitación bien arreglada de color celeste pastel con decoraciones y cosas varias. Había una biblioteca con muchos libros y peluches. Y la cama se veía realmente bien.- Ya que te vas a quedar aquí un tiempo...- dijo sentándose en el colchón.- supongo que tengo que saber con quién estoy tratando.- dió unos golpecitos en el colchón como señal para que me sentara a su lado.
-Bien...- me senté.- Que quieres saber?- aunque sabía muy bien lo que iba a preguntar.

-Que te ocurrió?- lo sabía pensé al instante.- Es decir... No eres el tipo de chica que uno se encuentra todos los días por la calle y a juzgar por el corte en tu mano no la pasaste tan bien que digamos.- dijo él. Me sorprendí al ver que era bastante observador, ya que el corte había estado ocultandolo con la manga casi todo el tiempo.

-No se si estás listo para saber de dónde vengo...- le dije sin más.- Solo debes saber que no puedo confiar en nadie... Pero por alguna razón me inspiras más confianza que cualquier otra persona que haya conocido.

-Pues me basta con eso.- dijo levantándose de la cama.- Por ahora...- dijo haciéndose el misterio. La acción me hizo reír un poco.- Miren eso, si tiene dientes.- se burló y fué a la puerta.- Que descanses.-

-Adios.- le dije, esperé a que cerrara la puerta y la habitación se quedó en silencio, giré a mi derecha fijándome en un pequeño reloj digital en la mesa de noche, las 9:48. Era tempranisimo pero jamás me había sentido tan cansada, suspiré tirándome a la cama rendida por el sueño y al tocar la almohada me dormí profundamente.

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Esquizofrenia - Locura Inicial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora