Capitulo 5

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Narra Alex:

Desperté desorientado y tenía calor, estaba sudando. No podía moverme. La habitación estaba oscura, no percibía ni la más mínima partícula de luz.

Tratando de acostumbrarme a la oscuridad cerré los ojos pero al abrirlos me encontraba en el suelo de una gran casa antigua, frente a mi veía una escaleras en espiral que parecían llevar a la nada con una baranda de madera vieja.

-Lo haré... Me dice que lo haga...- escuchó claramente. Miro alrededor por no logro identificar la voz.- Es mi destino... Destino... Él lo dice... Ella lo dice...- se me ocurrió mirar arriba mío y a lo lejos, en la baranda, se veía un hombre, no lograba ver su rostro. Estaba atando una tela para luego rodear su cuello con ella.- Me lo dicen... Me lo exigen...- y yo entendí lo que iba a hacer, entré en pánico e intenté moverme, pero mis pies parecían estar pegados al suelo, intenté gritar pero fue inútil, mi voz no salía.- ELLOS LO SABEN, DEBES PROTEGERLA.- y lo hizo, se tiró por las escaleras para luego ser sostenido por esa tela blanca... Me desmayé.

Desperté agitado, sudando, mis sábanas estaban en el suelo y mi habitación brillaba por la luz de sol que entraba por la ventana.

Lentamente fuí calmando mi respiración. Fue un sueño... Pero fué tan real, fue tan horroroso.

Otra veces tuve pesadillas, muchas veces desperté de la misma manera, pero esto era diferente, se sintió diferente.
Me froté los ojos tratando de acostumbrarme a la luz de un nuevo día y recordé. Ana. Se habrá despertado? Se habrá ido? De dónde salió? Y por qué me siento tan a gusto con ella si se supone que es una extraña?

Suspiré y con pocas ganas me levanté de mi hermosa cama. Abrí la puerta, caminé por el pasillo y me detuve frente a su puerta. Ni siquiera había visto la hora, quizás era muy temprano y yo iba a despertarla, la ví muy cansada, quizás debería dejarla dormir. Sacudí la cabeza por qué me lo estaba pensando demasiado y hice el amague de tocar pero la puerta se abrió. Dejándome ver a una Ana ojerosa, despeinada y algo dormida.

-Que haces?- me preguntó seria. Su cara no tenía ninguna expresión. Realmente esa su personalidad? O estaba así por que recién se despertaba?

-Lo siento. Solo quería ver cómo estabas o si seguías dormida.- dije nervioso tocándome la nuca. Su mirada de nada me ponía incómodo.

-Y si hubiera estado dormida te habrías quedado mirándome como un jodido psicópata?- dijo mirándome a los ojos con una sonrisa burlona.

-Que? No. Cómo creés? Yo no hago eso.- al instante me puse rojo y ella solo hizo un sonido, algo parecido a una risa pero sin expresión.- En fin...- dije para romper el silencio.- en un rato estará el desayuno, ve al baño si quieres y te espero abajo para presentarte a mi hermana.- dije nuevamente serio.

Ella guardo silencio y pasó a mi lado hacia el baño sin decirme nada.

Suspiro cansado por tener la corazonada de que a mí hermana no le va a agradar mucho la idea de que otra chica use su ropa. Cierro la puerta de la habitación y bajo hacía la cocina donde se encontraba mi madre haciendo el desayuno y mi padre viendo las noticias por el celular.

-Buen día.- dije sin ganas. Me senté en una de las sillas y recargué la cabeza en mi mano.

-Buen día amor. Y esos ánimos?- preguntó mi madre preocupada por mi notable cansancio.

-No dormí bien es todo.- dije restándole importancia, no le iba a decir que "Allison Williams" en realidad se llama Ana, que la encontré en la calle toda loca y desarreglada, que tiene un corte en su mano y que no sé de dónde salió. No se lo diría.

-Seguro fué por qué te quedaste hasta tarde hijo.- opinó mi papá, y la verdad es que no, luego de dejar a Ana en mi habitación, yo fuí a la mía e inmediatamente me dormí.

-Si seguro.- dije riéndome un poco para aliviar la tensión.

-Buen día familia.- apareció mi hermana.- buen día enano.- dijo revolviendo mi cabello a propósito.

-No me llames así, ogro apestoso.- bien, mi hermana está de buen humor, eso facilita un poco más las cosas. Solo espero que Ana no se comporte como... Bueno, Ana.

Luego de unos minutos entre charlas y risas, se creó el silencio a causa de una quinta presencia. Mi hermana volteó a verme sorprendida y algo enojada.

-Buen día...- dijo Ana algo incómoda. Lo estaba realmente o solo fingía? Me levanté de mi asiento apresurado hasta poner a su lado y tomarla del brazo para invitarla a pasar.

-Ella se quedará unos días aquí, tuvo problemas familiares y no tiene dónde quedarse. Le ofrecí que viviera con nosotros hasta las cosas se aclaren un poco en su familia. Mía, ella A... - Mierda. Ana me miró expectante.- Allison Williams, Allison, ella es Mía, mi hermana.- mi hermana se levantó de su asiento y se dirigió hasta nosotros sin expresión. Al llegar le extiende la mano y Ana se la toma con cuidado, pues creo que es la mano del corte.

-Y vas a usar mi ropa todo el tiempo?- dijo mirándome a mí con curiosidad.

-No... No lo hará.- dije tocando mi nuca. Ana me observó con curiosidad para ver que mentira iba a decir a continuación.- de hecho hoy vamos a ir por un par de cosas a su casa, así no tendrá que vestirse con lo tuyo.- dije mientras tiraba del brazo a Ana para que se sentara de una vez y desayunara.

El desayuno fue algo incómodo y mi madre al tratar de sacar conversación lo hacía aún más incómodo.

-Y Allison... Desde cuando conoces a Alex? Parecen ser buenos amigos.- dijo mi madre observándola. El rostro de "Allison" era serio y sin nada.

-Lo somos.- de un momento para otro Ana puso una sonrisa, muy convincente.- Nos conocemos hace unos 3 años.- A veces me ayuda en clases de matemáticas.- dijo comiéndo un bocado de panqueque.

-Bueno quiero que sepas que mientras estés aquí estarás bien.- dijo mi padre sonriéndole, me sorprendió su sonrisa ya que es bastante arisco con la gente nueva.

-Bueno... Creo que deberíamos irnos a buscar tu ropa.- le dije a Ana mirándola fijamente. Ella se levantó de su asiento agradeciendo la comida, saludó a todos, yo tomé mi mochila y salimos de casa.

-A dónde vamos?- me preguntó siguiendome por la avenida.

-A buscarte ropa, ví a mi hermana, no le gustó nada verte con sus cosas.- le dije tomando su brazo para cruzar la calle.

-No soy un bebé.- me dijo soltándose.- si, ví su rostro.- la miré por un segundo y ví que sonreía divertida, como si la situación le causara gracia.-Y dónde vamos a conseguir ropa? No tengo dinero por si aún no lo deduces.- dijo seria.

-Una amiga trabaja en una tienda de moda y a veces le pagan con ropa que no usa nunca, seguro pueda convencerla de darte algo.- dije recordando el enorme armario que ella tenía.- pero debes venir conmigo al instituto.-le dije observándola.- deberás seguirme y fingir, aunque creo que eres muy buena en eso no?-dije curioso. Ella solo se limitó a observar lo autos pasar.

Llegamos a la tienda, por desgracia el turno de mi amiga había terminado asi que solo recorrimos los pasillos en busca de lo mas comodo y barato obviamente, no podía derrochar tanto dinero. Tardamo unos 15 minutos en elegir unos jeans negros con una camiseta gris. No entendía por que no le gustaba usar colores, quizas no quería destacar tanto... Pagué y nos fuimos, ella llevaba puestas las nuevas prendas y la otra ropa de mi hermana la había guardado en mi mochila.

El resto del camino fue en silencio, hasta llegar al instituto, había varios chicos en la puerta esperando ahora entrar.

-De acuerdo.- la tomé por los hombros haciendo que se detenga.- diremos que eres mi prima y vienes de visita por unos dias, solo tienes que seguirme la corriente.-ella asintió en silencio.

Esperamos un poco más alejados del resto para no llamar la atención y cuando el timbre sonó supe que era tiempo de la función.

-Quédate a mi lado.- le dije mientras me dirigía a la entrada.
Casi al instante de cruzar las puertas sentí un brazo por sobre mis hombros.

-Amigo querido. Cómo estás? Que ha pasado que ayer faltaste?- al terminar de formular la última pregunta su mirada se fue a Ana, mirándola de arriba a abajo.-Y ella quien es?- me dijo mirándome confundido.

-Es mi prima, vino de visitas por unos días.- le dije algo nervioso, Ezequiel era mi mejor amigo de toda la vida, lo conocí cuando tenía 11 años y estuvimos juntos desde entonces, el problema es que él conoce a casi toda mi familia. Cómo me iba a creer la mentira de que era una prima mía?-Su nombre es Allison.- le dije sonriendo fingidamente. Ana sonrió un poco y de sus labios salió un "un placer conocerte, Alex siempre habla de ti" y seguido a eso estrecharon sus manos.

-El placer es mío bella dama.- me reí por su actitud algo coqueta y seguimos hacía los pasillos del instituto.- Y dime de donde eres Allison?- la miré por unos segundos tratando de buscar una respuesta.
-Vengo de Lennox, es un pequeño pueblo a las afueras de la cuidad, no más de 1000 habitantes.- dijo ella. En serio existirá ese lugar? No quiero ni pensarlo pero... De dónde viene entonces?.

-Oh nunca oí de ese lugar.- dijo Eze extrañado.

-Bueno debemos ir con el director por tus horarios.- le dije a Ana, debía evitar que Eze haga muchas preguntas, me conocía, iba a saber que algo andaba mal.

-De acuerdo, los veré más tarde.- Eze me observó por última vez y se fue.
-Sospecha algo.- la observé al ver cómo miraba fijamente a mi amigo.- Lo sabe, sabe que ocultamos algo.- me dijo dando la vuelta para seguir caminando.

-Como lo sabes?- le dije sin entender su punto.

-Solo lo sé, ten cuidado con él y con lo que dices.- luego de eso el camino hacía la oficina del director fue en silencio, cada uno en su mundo, la miré de reojo tratando de descifrar algo en su persona, algún indicio de quién fue, de dónde vino. Un momento antes de apartar mi vista nuevamente, ella llevó un mechón de cabello negro detrás de su oreja, dejándome ver un tatuaje con el número 337.

-Ana.- estaba dispuesto a preguntar qué significaba ese número.

-llegamos.- me interrumpió antes de hacer mi pregunta, me la guardé para después y abrí la puerta dejándonos ver un escritorio color caoba con un hombre de debería haber estado los 50 y tantos, las paredes eran de un color blanco muy pulcro, la mirada del director se posó en nosotros y yo aclaré la garganta.

-Señor, ella es Allison, mi prima, vino a quedarse unos días en mi hogar y vinimos a buscar sus horarios.- el director se levantó de su silla giratoria y pasó su escritorio.

-Un gusto señorita.- le estrechó la mano mientras Ana esbozaba una amigable sonrisa y pronunciaba un "el gusto es mío señor", acaso había ido a clases de actuación o algo? Es decir, cuál es en realidad su estado normal? como es ella cuando no está actuando?. Lo próximo fue hablar de sus horarios y en qué clases debería estar y los tres equipos de nuestra escuela.

Escuchó atentamente y sin decir ni una palabra, de hecho, dudo que haya escuchado alguna de las palabras del director pero no lo sé. Luego de todas las indicaciones correspondientes nos fuimos de la oficina.

-Ok, tu primera clase ya la perdiste pero tranquila, tienes la excusa de que estuviste hablando con el director por tus horarios, la segunda clase es en el salón de allá.-dije señalando un puerta al final del pasillo.- yo no voy a ir contigo por qué tengo práctica con el equipo pero luego de una hora te buscaré aquí, oíste?

-Si Alex, no soy una bebé.- me respondió fríamente. Su respuesta me enojó un poco por qué no tenía el derecho de tratarme así cuando yo era el que la estaba ayudando pero no dije nada más. En eso tocó el timbre marcando el cambio de hora, los alumnos salieron de sus salones y se dirigían a sus otras clases.

-De acuerdo, nos vemos más tarde, cuídate.- ella solo me respondió asintiendo la cabeza y se perdió en la multitud de estudiantes. Suspiré tratando de tranquilizarme y me dirigí hacia mi clase, pensando que ya nada más raro iba a pasar.

Para mí mala suerte, estaba equivocado.
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Esquizofrenia - Locura Inicial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora