La verdad
Siempre creí que enamorarse de una persona era algo estúpido.
Estúpido por confiar en una persona que probablemte solo te prometa cosas que Nunca cumpliría, ser capaz de dar la vida por esa persona, confiar en ella hasta con los ojos vendados.
Tal vez crecí con ese pensamiento, porque todas las parejas que conocí siempre de alguna manera u otra terminan muy mal.
Mis padres por ejemplo...
— ¡Hola! — Luisa me sorprendió con un abrazo a medio pasillo —
— Hola Luisa — me sorprendí al verla con el uniforme de mi colegio puesta —
— Hice todo lo posible para poder estar en el mismo colegio que tu — Sonrió — eso y porque tuve un pequeño problema con alguien —
Reímos
— Bien, nos vemos en clase, tengo que ir a buscar a Finn — me despedí de ella y salí al campus —
Noté como un grupo de alumnos no dejaba de mirarme mientras rumoreaban cosas, era el grupo de Annelis.
Seguramente crean que es porque Finn terminó con su querida amiga, pero no...
Era porque Finn estaba hablando con ella.
— ¡Hey, que pena que el no la pueda superar! Más bien nunca rompieron — gritó uno de los chicos, yo solamente lo mire incrédula —
— Creo que nececitarás mucho apoyo de tu amiguita después de eso — todos ellos explotaron en risas —
Apresuré mi paso hacia la dirección de Finn, al verme se quedó estático.
— Oh, hola querida — Annelis Sonrió hipócritamente — creo que ahora estamos completos.
— ¿Que quieres Annelis? —
— Decirte la verdad —
— Annelis, no, por favor — Finn trató de oponerse a ella, noté que sus ojos estaban tomando un brillito porque estos comenzaron cristalizarse —
— No amorcito —
No sabía que hacer, no sabía si alejarla o irme lejos de ella con Finn...
— Te lo diré sin rodeos, todo es una falsa —
— ¿Que? —
— Lo que escuchaste, el nunca te quizó, ¿haz escuchado la apuesta típica que hacen los chicos? —
«Haz escuchado la apuesta típica que hacen los chicos»
Sabía a lo que se refería...
Pero no sabía que escuchar esa oración me dolería tanto.
— Más bien, fue una apuesta que yo hice con mis amigos la cual Finn — se acercó más a él — aceptó.
— No es verdad... — mi voz sonó frágil —
— Yo no miento — dirigió su vista a Finn — dile que no es verdad, que es un invento mío, que ustedes pueden seguir su patética relación, fingiendo ser felices como si nada más a su alrededor existiera, fingiendo ser la princesa y el príncipe de un cuento de hadas — su voz sonaba tan cruel y autoritaria — atrévete a mentirle en su cara.
Silencio
— Perfecto — Annelis sonrió triunfante — te lo dije Finn — se acercó un poco a mí, para susurarrme al oído — a la próxima, ten más cuidado con quien te metes. —