27.

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NARRA LOLA

He llegado a casa súper cansada y lo primero que hice fue abrir la nevera y comerme un helado. No sé porqué, pero comer dulces me pone feliz.

Javi se quedó con Zasko porque están grabando un tema juntos. Me dijo que me quedara, pero no tuve muchas ganas. Fue un día bastante largo y tengo ganas de descansar antes de que viniera a mi casa.

Me di una ducha y me puse un camisón que me tapa lo justo. Me metí en la cama y cerré los ojos, una siestecita siempre viene bien.

Son las siete de la tarde, pero bueno...

Me quedé dormida al instante. No sé por cuanto tiempo dormí, pero abrí los ojos al escuchar como alguien tocaba el timbre.

Seguramente es Javi, pero no entiendo porqué no abrió la puerta solo si le dejé una llave antes de irme. Me levanté de la cama y me puse una bata antes de ir a abrirle.

- ¡Soy yo cariño! —escuché como gritaba desde la puerta.

¿A este qué le pasa? ¿Se le olvidó que tengo vecinos?

Al abrirle la puerta un olor a vodka inundó todo el pasillo. Lo miré seria, aunque me entraron ganas de reírme. Tenía los ojos chinitos, así que probablemente se había fumado unos buenos porros.

Y aún así estaba más bueno que comer con las manos.

- Hola amor, perdón por tardar. —me dijo con una sonrisa tontorrona.

- ¿Estás borracho? —pregunté aunque era más que obvio.

- Sí. ¡No! No he tomado nada. —respondió intentando parecer serio —No te enfades, anda, y dale un abrazo a tu novio. —dijo abriendo sus brazos.

¿Novio? Bueno, sí.

Lo miré de brazos cruzados y me di la vuelta para dejarle entrar. Me agarró por la cintura por detrás y me estampó contra la pared.

- ¡Javi! —chillé.

Sentí su respiración chocando contra mi cuello y luego sus labios besando mi espalda desnuda.

- Te queda muy bien esto. —susurró cerca de mi oído mientras levantaba mi camisón por detrás.

Me dio una palmada en el culo y lo apretó con ambas manos mientras su lengua jugaba con el lóbulo de mi oreja.

Me separé como pude, aunque me costó la vida. Tenía ganas de jugar un poco con él. Al darme la vuelta hizo un pucherito como los niños pequeños cuando les quitas su juguete favorito.

Como si nada hubiera pasado me fui al salón y Javi me siguió, como era de esperar. Saqué una botella de vino de uno de los muebles y un vaso para servirme.

- ¿Y yo qué? —preguntó al ver que tomaba sola.

- Tú ya has tomado bastante nene. —me reí.

Encendí un porro y le di unas caladas bajo su atenta mirada. Soy consciente de las ganas que tiene de ponerme encima de, la mesa y follarme hasta que grite su nombre, pero me gusta hacerlo esperar.

- ¿Puedo darme un ducha? —preguntó al ver que no le seguía el juego.

- Como quieras. —le regalé una sonrisa maliciosa.

Se levantó del sofá y me serví otro vaso. Me había acabado el porro así que decidí fumarme un cigarro. Encendí la tele y puse música mientras esperaba a que volviera.

¿Y si le echo un ojito mientras se está duchando? No, no, qué guarra. —me reí por mis pensamientos.

Esperé un poco más y al ver que no salía decidí ir a ver lo que estaba haciendo. A lo mejor se había caído y yo ni enterada.

Miré disimuladamente y vi que se estaba secando con la toalla. Se la puso alrededor de la cadera y antes de que saliera volví al salón.

- ¿Ya estás listo bebé? —pregunté observando como algunas gotas de agua aún recorrían su torso desnudo.

Él asintió y se acercó a mí sin decirme nada. Con un solo movimiento me abrió las piernas y lo miré sorprendida.

- ¿Así que te gusta espiarme mientras me ducho, eh? —preguntó con una sonrisa traviesa.

Me mordí el labio y Javi me guió para que me acostara del todo. Agarró la copa de vino y derramó lo que quedaba encima de mi coño.

¿Qué hace este niño?

- Javiii. —fue lo único que pude decir al sentir como pasaba su lengua por mi feminidad.

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Mad Love; BnetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora