20.

2.6K 117 99
                                    

NARRA BNET

Ya se tomó la pastilla. Yo lo sé, estaba ahí. Yo mismo fui a la farmacia y se la compré.

Cálmate Javi, eso no puede fallar.

No me preocupa eso en realidad, quiero saber si ella está bien. Por lo que tengo entendido esas pastillas pueden traer efectos secundarios y me preocupa que le pase algo.

¿Eres gilipollas? ¿No que no te gustaba? —preguntó mi subconsciente sarcásticamente.

¿Y si me gusta qué? ¿Tienes algún problema? —vacilé.

¿Eres consciente de que te estás peleando contigo mismo? —me respondí solo y no pude evitar reírme por lo atontado que estoy.

Quiero llamarla para preguntarle si está bien. Y quizás ir a su casa de nuevo y pasar el rato con ella.

Definitivamente me estoy enganchando, aunque no me molesta. Lo que me sorprende es que Lola a.k.a 'Sonrisita' sea la persona a la que no pueda sacar de mi mente.

Llámala tonto, no pasa nada si dejas de ser un puto orgulloso de mierda por un día. —añadió mi subconsciente de nuevo.

Saqué mi teléfono del bolsillo y después de quedarme mirando la pantalla por unos minutos decidí marcarle.

- Hola. —dije un poco nervioso.

- ¿Qué quieres gilipollas? —preguntó casi gritando.

Cálmate Javi.

- ¿Estás bien? Solo eso quería saber... Perdón si te he molestado.

- Sí estoy bien, solo que me siento como una mierda. Perdón. —dijo con la voz llorosa.

- ¿Es por la pastilla? —pregunté preocupado.

- No tonto, estoy con la regla. —dijo soltando una risita y luego un quejido probablemente a causa del dolor.

- Qué mal.

Nunca sé que hacer en estas situaciones, como nunca he tenido una novia no sé como comportarme.

- Gracias, tus palabras me están ayudando mucho crack.

- ¿Quieres que vaya a tu casa? —pregunté un tanto nervioso.

- ¿Para qué? ¿Para ver lo gorda y fea que estoy? No, gracias. —me colgó.

¿Qué acaba de pasar? Me perdí.

Una persona normal en este caso se olvidaría de lo ocurrido y seguiría con su vida.

Pero como yo no soy una persona normal agarré mis cosas y bajé las escaleras rápidamente.
Entré en la primera tienda que encontré y compré golosinas, chocolate, papas fritas y refresco.

Aunque ella diga que no quiere verme no pierdo nada con intentarlo. Empecé a caminar a un ritmo más rápido, no aguanto a la gente que se lleva ocho años para caminar cinco metros.

Llegué a la puerta de su bloque y entré al ascensor. Me fue inevitable no pensar en lo que había pasado hace dos días en este sitio.

Toqué al timbre dos veces y escuché unos pasos acercándose a la puerta. Al abrirse me encontré a Lola con un pijama de Mickey Mouse, un moño desaliñado y los ojos llorosos.

- ¿Javi?¿Qué haces aquí? Te dije que no...

No dejé que acabara la frase porque me acerqué a ella y la abracé con todas mis fuerzas. No puso resistencia y me siguió el abrazo.

Nos separamos un poco y uní nuestros labios en un beso lento. Luego le di uno en las mejillas, en la frente y para acabar uno en la punta de la nariz.

Ella me regaló una sonrisa tierna y volvió a abrazarme. La subí un poco y puso sus piernas alrededor de mis caderas.

- Estoy horrible. —dijo apenada.

- Estás preciosa y el que diga lo contrario se va a llevar un guantazo de mi parte. —dije serio.

Se sonrojó un poco matándome de ternura. La llevé a su cuarto y la dejé en la cama. Me acosté a su lado y puso su cabeza encima de mi pecho.

- Javi. —susurró.

- Dime.

- Me alegro de que estés aquí. —me dijo mirándome a los ojos como una niña pequeña.

- No me iré hasta que no me eches. —solté una risa por lo bajo.

- ¿Te vas a quedar todo el día? —preguntó sonriente.

- Todos los días que desees.














Me encanta esta pareja, chau.

Mad Love; BnetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora