14.

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NARRA BNET

- Hablando conmigo, ¿estás ciego? —le dije sarcásticamente.

- Es un compañero... —empezó a decirle Lola.

- Ya sé quien es, perdón por interrumpirlos así. ¿Qué tal Bnet tío?

- Bien, ¿tú? —le pregunté cortante.

- Ahí andamos.

- Javi ya se iba, ¿no? —me preguntó Lola con una sonrisa maliciosa.

Dios que ganas de meterle un puñetazo al gilipollas este y llevármela a mi casa.

- Sí, ya me voy. Espero verte pronto Lolita. Cuídate crack.

- Suerte para el sábado máquina. —me dijo el chaval y me di la vuelta ignorándolo completamente.

Volví a mi sitio donde me esperaba Fati que un poco más y le salía humo por las orejas.

- ¿Dónde has estado? —preguntó seria.

- Hablando con unos compañeros. ¿Podemos irnos ya? No me siento muy bien.

- ¿Tan temprano?

- Sí, te llevaré a tu casa y mañana nos veremos de nuevo.

- Bueno, vale. —dijo un poco molesta.

De camino a su casa no volvimos a dirigirnos la palabra y para mí fue mucho mejor porque no tenía ganas de seguir hablando con ella.

Insistó con que pasara la noche con ella, pero no tenía ganas así que la rechacé.

Llamé a un colega para quedar en mi casa, pero finalmente me dijo que quedáramos en la suya.

La cosa es que su apartamento está en el mismo bloque que el de Lola y con la suerte que tengo espero no encontrarla.

Al llegar pulsé el botón para que el ascensor bajara, obviamente no iba a subir hasta la cuarta planta a pie. Qué pereza da eso.

Mientras estaba esperando alguien abrió la puerta del bloque y se acercó a mí.

- ¿Me estabas siguiendo? —preguntó de brazos cruzados.

- Relájate Lolita, ya quisieras que hiciera eso.

- ¿Entonces qué haces aquí?

- He venido a ver a uno de mis compadres.

Levantó una ceja y me miró con cara de culo. Se dio la vuelta para subir las escaleras y la agarré del brazo para que esperara.

- No te voy a morder, tranquila.

- Me apetece subir las escaleras, ¿Algún problema?

- Vives en la tercera planta, no seas mentirosa.

Pulsé de nuevo el botón y finalmente el ascensor llegó. Las puertas se abrieron y dejé que ella entrara primera.

Dios, ese puto vestido.

Se le había subido hasta el punto de que podría ver un poco su culo. Como si el destino lo quisiera, se le cayeron las llaves y al agacharse pude ver que llevaba un tanga rojo.

- ¿Por qué lo hiciste? —preguntó aún sin mirarme.

- ¿El qué?

- Venga Javi, no te hagas. —bufó.

- Porque no me gusta ese chaval para ti.

- ¿Por qué? ¿Qué te importa lo que haga con mi vida gilipollas?

La agarré de la suave tela del vestido atrayéndola hacia mí, pegando nuestros cuerpos completamente.

- Háblame bien Lola.

- ¿Y si no quiero, qué? —se mordió el labio.

Me giré un poco hasta que vi el marcador con todos los numeros de cada planta.

Pulsé todas las teclas a la vez y Lola abrió sus ojos exageradamente.

- ¿Qué hac...?

No dejé que continuara porque estampé su cuerpo contra la pared y ataqué sus labios.

Llevó sus manos a mi cuello para profundizar aún más el beso y enrolló sus piernas alrededor de mi cadera.

Apreté su culo con mucha fuerza y soltó un jadeo en mi boca. Bajé hasta su cuello y lo mordí sin piedad varias veces mientras apretaba mi polla contra su coño que seguramente estaba ya mojado.

- Chúpamela nena. —le susurré cerca del oído.














Uno más porque me apetece.

La reina de cortar garches me dicen.

Mad Love; BnetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora