Mi vida apesta.

Estoy enamorada.

No lo sé, la verdad, no tengo claro qué es lo que quiero escribir. Creo que estoy en blanco o tengo muchas ideas, y no puedo decidirme por alguna. ¿Sabes el motivo? Tú. No puedo decidirme por una, porque en todas te veo. Siento que invades mi mente, y la envenenas día a día, segundo a segundo. Pero también siento, que eres la cosa más linda que me ha pasado. Por ti, mis pensamientos son un lío el cuál no puedo ni debo resolver. No le puedo pedir a Dios que me ayude, porque no hay nada malo conmigo, Te hablo y no siento mariposas, siento tigres hambrientos peleando por un trozo de carne en mi estómago. Es una reacción que jamás había experimentado antes. Por mí, hablaría contigo todo el día, pero eso no es posible, lamentablemente. Quiero decidirme por una idea clara, pero en el instante escribo tu nombre accidentalmente. Un calor y un dolor me invaden, sé que es amor, pero creo que es muy fuerte. Si eso no es amor, ¿Qué es? ¿Por qué me siento tan extraña al hablar contigo? ¿Por qué? Me estoy preguntando tanto el porqué de eso, que olvido la respuesta a todas estas preguntas: Es porque estoy enamorada de ti. Me enamoré perdida y profundamente de ti. No hay ser humano al que se le pueda igualar lo que siento por ti. No te prometeré la luna, ni las estrellas, ni nada que no te pueda dar. Tan sólo puedo prometerte mi amor eterno e incondicional. Dicen que el primer amor no es la primera persona con la cual saliste, si no con la cual haz hecho cosas qué no podrás olvidar. Jamás podré olvidar estos momentos que estoy pasando contigo, ni los que vendrán a futuro. Puedo asegurarte sólo una cosa; te amo.