Si muero ahora.

69 10 2
                                    

Era la tarde de un verano cualquiera. El viento acariciaba las mejillas de Gilbert y Antonio. Los hermanos estaban sentados con una cerveza cada uno. A penas tenían la mayoría de edad y comenzaron a imaginarse un mundo, un mundo luego de su muerte.

- ¿Cómo te gustaría? - Dijo Antonio rompiendo el silencio.

- ¿Cómo me gustaría qué? -Preguntó un confundido Gilbert.

- Morir. ¿Cómo te gustaría?

- No lo sé. Nunca he pensado en mi muerte. Pero si sé que quiero después de eso. Quiero que me pongan en una cama de rosas o me entierren en todos  mis colores favoritos, para más tarde, tirarme boca abajo del río. Creo tener el suficiente tiempo. Pero si muero ahora, me gustaría que no lloraras, Antonio. Cuando lloras produces mucho moco. -Bromeó Gilbert.- Pero pensándolo bien, si muero ahora, me gustaría morir a manos de alguien a quién amara mucho. Y no quiero que cuando esté muerto recién vengan a decirme todo lo que me aman. Cuando esté muerto, quiero que la gente no venga a visitar mi tumba por mi forma de morir, si no por mi forma de vivir. Quiero que cuando visiten mi tumba, digan "Oh, esta es la tumba de la persona más asombrosa del mundo." Y cosas así. Creo que sería bonito. ¿No crees? Y otra cosa más. Cuando estés en mi funeral, por favor, si ves mi cadáver, desordéname el pelo. Quiero morir de la forma más asombrosa posible.

[...]

Antonio Northgard, hermano de Gilbert Northgard, no pudo evitar contener las lágrimas en el funeral de su hermano. Gilbert Arthur Northgard murió a manos de una ex-novia. Quién lo mató con una escopeta para luego dispararse a sí misma en la sien, muriendo instantáneamente. 

Antonio se acercó al ataúd de su hermano. Estaba vestido con un traje negro, el cuál hacía resaltar su pálida piel. Tenía el cabello ordenado con gel, hacía que su cabello teñido de blanco quedara bien. También resaltaban los piercings de Gilbert.

- Tsk... No se parece a él.

Al decir estas palabras, tiró sobre el cadáver una camisa a cuadros de color rojo. Recordaba que Gilbert siempre peleaba con él por ella.

- Ahora es tuya, estúpido. Nos vemos del otro lado, tarado... Escucha, Gilbert, me encuentro el ser humano más estúpido al hablarte. Estás muerto, ¿Ya? Has muerto a manos de una perra loca. Irónico, ¿No lo crees?. No quiero desordenarte el pelo, digo, no pareces tú. ¿Recuerdas cuando éramos niños y nos reíamos del pelo de los ancianos? Luego cumpliste catorce y te lo teñiste. ¿Recuerdas cuando me molestaban en la escuela y venías a salvarme? ¿O cuando invité a la primera chica a la casa y jamás paraste de molestarme con ella? ¿Lo recuerdas?... No es como si necesitase una respuesta. Sé que lo recuerdas... ¿O recuerdas, cuando nos quedábamos noches completas jugando play? ¿O cuando te hiciste la primera perforación? Joder, que te quejabas. Tuvimos muchos momentos lindos juntos, maldito imbécil. Muchos lindos momentos. Eras mi hermanos. Joder, esto duele. Decir "Eras" y no "eres"... Si muero ahora, quiero tener el suficiente tiempo para encontrarte, y abrazarte. Nos vemos, idiota mal parido. Saluda a papá y mamá. Te quiero.

Las palabras de Antonio conmovieron a todas las personas presentes. Ya no eran los hermanos Northgard, era solo Antonio. Era como un cuchillo afilado que se le clavaba en medio de la tráquea. Lo único que pensó Antonio, meses después del funeral de su hermano fue algo que su hermano dijo. "Si muero ahora".

Mi vida apesta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora