Capítulo 1 El principio

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Evelin nació en el año 100 antes de cristo, su madre era una bella demonio llamada zafiro y su padre era el rey de los demonios llamado rendo, esta bebe demonio seria la heredera del gran reino demoniaco, el cual tenía un pacto de paz con los dioses ya hace 200 años.

Era el año 1.000 antes de cristo y Evelin ya era mayor de edad según las leyes de las bestias, así que podía salir del reino demoniaco a conocer la tierra.

Hoy era mi cumpleaños número 900 ya soy mayor de edad y me dejaran salir a explorar todos los rincones de la tierra, mi primer destino, aunque suene loco será ver un poco del reino de los dioses escuche que todo es de oro, bajare y me cambiare para festejar con mis padres.

-buenas mi señor rey y mi señora madre- me incline frente al rey rendo su padre

-buenas hija mía adelante siéntate al lado de tu madre hablaremos de un par de reglas antes de que partas a tus destinos – hablo el rey rendo – tu madre y yo hemos decidido que no puedes ir a un único lugar por tu seguridad y ese lugar es el reino de los dioses-

lo dijo de una manera un tanto despreocupada, me sentí un poco enojada porque no dejarme ir al primer destino que tengo en mente se supone que estamos en paz con ellos, así que le pregunte.

-porque no puedo ir, ¿acaso no estamos en tregua con ellos? según las bestias no puede haber más guerras pues esto afectaría el destino del mundo entero, ¿qué pasa padre? - pregunte un poco alterada.

-Evelin- me llamo la atención mi madre – no deberías hablar de esa manera y menos al rey, simplemente no puedes porque creemos que los dioses quieren iniciar una nueva guerra y estamos tratando de tener el menos contacto posible con ellos- lo explico de una manera calmada, mi madre siempre ha sido muy calmada.

Al final mi padre respondió diciendo.

-eres la princesa del reino demoniaco la próxima reina y no quiero que nada malo te pase y no pienso exponerte al dejarte ir al reino de los dioses, no se si quieran hacerte daño y ya estoy viejo como para una guerra, quiero cuidarte más que a mi vida eres la única hija que tengo-

Al escuchar esto supe que mi padre solo quería protegerme, así que decidí hacerle caso por el momento, luego de que mi padre dijera que era la única hija que tenía, mi madre se levantó y le dijo.

-ya no será la única hija que tengas, estoy embaraza nuevamente y es un niño y nacerá en los próximos 15 días-

Tendría un hermano, no sé porque mi madre tardo en decirlo talvez quería darle una gran sorpresa a padre, por lo tanto, padre se alegró mucho por la noticia y mando a celebrar a todo el reino, mientras tanto yo subí a mi habitación a preparar mis cosas para mi viaje porque partiría hoy en la noche.

Ya era de noche y era tiempo de partir, baje al trono de padre a despedirme.

-padre ya me voy, espero volver dentro de 4 meses-

-bueno hija, espero te cuides y obedezcas mi regla, recuerda no utilizar tus poderes en el mundo humano- me lo dijo un poco preocupado, él sabía que no solía obedecerlo siempre con sus reglas.

-espero seas sabia en tu camino y que cuides de ti misma y que seas una joven madura, se tu misma siempre y espero que a tu regreso estés lista para la preparación de la coronación- dijo mi madre con tono concejero.

-está bien padres, tomare todos sus concejos y me portare bien, nos vemos en 4 meses- dije despidiéndome.

Luego de despedirme, emprendí mi camino mi primer destino seria la tierra de los humanos dicen que viven vidas cortas pero que son felices y muchas veces mueren con solo 20 años de vida y que tienen algo llamado amor.

Al llegar al mundo humano vi como todos eran felices a su manera, eran afectivos mucho más que en el reino demoniaco, a lo lejos de un grupo de humanos vi a uno muy particular, era alto de cabello negro corto, de ojos azules y de rasgos fuertes y su tono de piel era más pálido que el de los demás humanos, me causo mucha curiosidad no parecía humano, me acerque hacia el para hablar un poco.

-hola ¿cómo estás? ¿Eres de por aquí? - pregunte un tanto tímida mirando hacia su rostro.

-hola, señorita, yo estoy muy bien ¿y usted? - lo dijo en con un tono caballeroso y suave.

- yo bien, ¿y de dónde eres?, no pareces de estos lados- pregunte un tanto curiosa, talvez era de algún reino y no del mundo humano.

- no, no soy del mundo humano- dijo en tono de burla.

Como es posible que sepa lo que pensé, eso solo lo pueden hacer los dioses, y si es un dios como es que esta aquí se supone que son tan supremos que está casi prohibido que uno de ellos baje al mundo humano.

-pues no, no está prohibido solo que somos muy cautelosos y supremos talvez si lo somos- lo dijo con una pequeña sonría en sus labios que bonito es.

-sé que soy lindo gracias por pensarlo- respondió a mis pensamientos, creo que no debería de pensar.

-puedes dejar de leer mi mente, te lo agradecería- dije en tono de enojo.

-lo siento, no puedo evitarlo- dijo de manera respetuosa- pero dime ¿cómo te llamas? y ¿de dónde eres tú? Y no mientas, recuerda que puedo entrar a tu mente.

-soy Evelin, heredera del reino demoniaco-

-o pues creo que no deberíamos estar hablando ahora mismo entonces- lo dijo un poco preocupado.

- ¿Por qué no deberíamos hablar? - dije un poco desconcentrada.

-mucho gusto, soy sacias heredero del reino de los dioses- tenía la mirada llena de orgullo cuando dijo esas palabras.

Así que aquí estaba yo en el mundo humano hablando con el heredero del reino de los dioses, con el cual dentro de unos años estaré haciendo tratados o incluso iniciar una guerra.

-no pienso tener una guerra contigo eres muy hermosa para eso. – lo dijo en tono coqueto.

-gracias también eres hermoso- le di una pequeña sonrisa con los labios.

Tenía una sensación extraña en el pecho aquella que siempre me daba cuando algo malo iba a pasar, aun así, me gustaría, saber más de él.

-hermosa, podemos ir por un café y así nos conocemos un poco más, al final tendremos que tratarnos más en un futuro- pregunto en un tono de coquetería.

-creo que podríamos hacer eso- dije un poco nerviosa.

Pasamos la tarde juntos, tomando café y comiendo pan humano, su comida es realmente sabrosa, quien diría que un lugar como este me atraparía completamente, al pasar las horas ya se hacía de noche así que sacias tenía que marcharse.

-bueno hermosa tengo que irme al reino mi padre me espera, fue un placer pasar toda la tarde contigo espero que esto se pueda repetir, eres realmente hermosa-

Pensamiento de sacias

Llevo días en el mundo humano y jamás había visto a una chica tan hermosa como ella con su larga cabellara color negro, su piel tan pálida como la nieve y sus ojos color azules que tal parece que, si los miras mucho pareciera que le mar te tragaría vivo y no hablemos de sus labios gruesos y perfectos, vi cómo se acercaba hacia mí y claro ya sabía que haría eso, es la heredera demonio y no sabía que era tan hermosa, ha despertado algo en mí y haber pasado toda la tarde con ella me han dado ganas de tenerla aún más cerca.

-puedo despedirme con un beso señorita Evelin- me lo pregunto un poco tímido, pero accedí.

Se acercó lentamente y me tomo de la mano, la llevo hacia sus labios y la beso, pensé que besaría mis labios, parece extraño hay cuando lo vi sentí una sensación muy extraña en mi pecho y cuando estuve tanto tiempo cerca de el solo pensaba en besarlo como es posible que piense eso acerca de un futuro rey que será casi mi enemigo, aun así, me atreví a preguntarle si podíamos vernos mañana.

- ¿podemos vernos mañana aquí en el restaurante JOR? si te parece, me gustaría conocerte más- pregunte muy nerviosa.

-claro que si hermosa, te veré aquí en este lugar por la mañana, hasta entonces- al decir esto desapareció entre la multitud.

las bestias, demonios y diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora