The Purge ⚠Bill Skarsgård, Andy Biersack & Gwen⚠

El Inicio.

Capitulo 1.

Gwen

Estoy observando a Bill, está riendo de algo que ha dicho Andy, no cambiaria a mis chicos por nada del mundo, solo ellos me comprenden y aceptan.

Gire la mirada y vi el reloj.

Faltan seis horas para que empiece la depuración. Me sudan las manos y siento un ligero retorcijon en el estómago.
Está de más decir que los chicos y yo llevamos meses preparándonos para este momento. Al principio fue difícil, no lo voy a negar, ver morir a gente inocente, ver como un depredador pasa encima de otro depredador que por falta de fuerza se convirtió en la presa sin darse cuenta, ver como niños de muy corta edad guardan objetos corto punzantes en sus pantalones y salen a las calles como si la victoria la tuvieran asegurada, mujeres asustadas ocultándose en sus casas, adultos mayores que preferirían estar muertos por causas naturales que presenciar esta mazacre en la actualidad en la que vivimos.
Hay situaciones en las que te das unos segundos para pensar, en el momento en que ves caer a una persona que no sabes si llamarla víctima o delincuente ya que ha estado tu vida o la suya en juego y te dices: "¿qué clase de Dios permite esto?", pero luego muere uno de tus mejores amigos y la pregunta cambia: "¡¿Por qué te llevas a uno de los mios puto Dios?!". Y te detienes. Y te bloqueas. Y bajas la guardia. Y no sientes nada a tu alrededor más que tu propia respiración. Y tienes ganas de llorar. Y tus manos tiemblan. Y... Y ya no quedan más pensamientos en tu cabeza que la culpa.

Pero con el tiempo y manchar tus manos una y otra vez vas perdiendo la sensibilidad por la humanidad. Ya no sientes el cuchillo como un arma, lo sientes como si estuvieras cortando carne para un almuerzo familiar donde lo último que sienten es dolor por el animal que se ha convertido en ofrenda.

Bill, Andy y yo nos hemos preparado años para lo que viene a continuación. Nuestras mentes han cambiado y nos hemos convertido en mercenarios.

—¿Quieres cenar, nena?
Bill me sonrió.
Asentí volviendo a la realidad.

—Si, estoy hambrienta —le respondí.

Me dio un beso rápido en los labios  en son de despedida y fue a pedir la pizza.

—¿Tienes tus cosas listas? —del otro extremo de la habitación Andy me abrazó por detrás sin previo aviso haciéndome sobresaltar. Acaricié sus brazos y me recargué en su pecho.

—Si, yo solo... Llámame tonta pero estoy un poco nerviosa. Sé que juntos lo lograremos.

Gire un poco y él beso mis labios.

Para muchos, nuestra relación está mal.
Lo sé perfectamente. ¿Pero a quien le importa? La sociedad se ha derrumbando, los valores y los principios en cada persona los ha abandonado y ha triunfado la depravación, los deseos más oscuros de cada persona. Sacando mi lado religioso, el mundo se ha convertido en un pestilente y corrompido Sodoma y Gomorra. Estamos en el infierno, reinan los degenerados y las palabras vulgares, no hay persona que diga una frase sin un garabato.
Así que, ¿a quien le importaría un puto trío? Y a quien le molestara no tiene tejado de vidrio para apuntarnos con el dedo.

Estamos enfermos, somos tres y así estamos bien. Nos amamos y no hay nadie más, debemos estar juntos y así ha sido durante seis largos años.

Tengo una relación con dos hombres y ellos lo aceptaron, vivimos juntos desde que teniamos apenas unas semanas juntos y somos felices.
Frase que me digo todas las mañanas al despertar.

—Hoy por fin Henry tendrá su venganza —susurró en mi oído.

Suspiré.
Finalmente.

—Lo sé, hay que cuidarnos entre los tres, no quiero perder a ninguno... —le respondí en voz baja— Más.