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Capítulo 4 CAIDAS Y CAIDAS

Caigo, es una caída sin fin, grito hasta que me duele la garganta, entonces me siento mal por el hecho de haber confiado en ese chico, que desgraciadamente lo que tiene de lindo lo tiene de psicópata, porque ¿Qué chico en su sano juicio tira a una dama por la madriguera de un conejo? Exacto Eidan, entonces pienso en el hecho de que está cosa es más profunda de lo que aparenta, ¿Por qué? pues he hecho mis conclusiones sobre el psicópata pelirrojo y aun no caigo al suelo.

-Ayuda- grite mientras de mis ojos salían un millón de lagrimas, me estaba asustando, porque si en un principió creí que podría ser como en divergente que saltan desde el techo, pero que al final hay algo que los sostiene, pero siempre Alice y su buena suerte, no creo que haya nada.

- ¿Alguien? - volví a gritar, pero nada, poco a poco se vio un poco de más luz y noté que aún seguía cayendo, entonces puse atención, el hueco no era tan pequeño como se veía, había raíces, y de tan distraída que estaba estuve a punto de golpearme con ¿una estufa?, pero antes de lograr golpearme con ella, está se alejó.

Entonces como si de una pluma se tratase caí con delicadeza en el suelo, o eso creí, hasta que vi como mi cabello estaba todo levantado y entonces volví a caer, pero está vez al suelo.

Vi y donde estaba era una gran habitación, había una cama, una mesa, y doce puertas en las paredes, vi que en la mesa se encontraban tres cosas, una llave, un líquido de dudosa procedencia al igual que un panecillo, solo que este último se encontraba debajo de la mesa.

Lo primero que intente hacer fue tomar la llave, y claro yo ya he visto la película de Alicia en el país de las maravillas, por lo que me fui directamente por la puerta más pequeña y la abrí con la llave, la deje abierta, tome el líquido y panecillo en mis manos, bebí el líquido y me hice pequeña, así logrando salir por la puerta aun con el panecillo en mi mano, al salir comí del panecillo y crecí probablemente regresando a mi tamaño original.

Al observar todo quede asombrada, ya que era precioso, había miles de plantas de todo tipo, hasta había unos ¿zapatos? Creciendo de los árboles, entonces caí en cuenta de que había, un ratón, una coneja blanca, dos enanitas gemelas y un par de flores gigantes, aterradoras y hermosas.

-Es Alicia- dijeron todos al unisonó

- ¿Dispénsenme?

-Te estábamos esperando- dijeron el par de enanitas al mismo tiempo, ellas eran idénticas, cabello castaño, regordetas, y vestidas exactamente igual.

-Uy que bueno que es la indicada, no quiero volver a ir a ese extraño mundo, no entiendo como papá lo hizo, seguro y quedó más traumado que yo cuando vi cómo se "reproducen los conejos"- dijo la coneja blanca con una cara de horror, ella trae un traje azul, esperen ¿entonces no era conejo?.

-No lo sé, ¿seguros que es ella? - dijo el ratón, que iba vestido con unos pequeños pantalones y una espada en ellos- la anterior tardo un poco más, además dijeron que era rubia.

- ¿Eres Alicia? - pregonaron, ¿soy Alicia? No claro que no, son algunas letras diferentes en el nombre, digamos que "soy lo mismo, pero más barato"

-No- dije, en cuanto dije eso todos se pusieron tristes, me dieron pena, que por un momento deseé ser Alicia para ayudarlos en lo que fuese que la necesitasen.

-Pero les puedo ayudar a buscarla- dije y al instante capté la atención de todos, pero el ratón me miraba receloso.

-No sé si debamos confiar en ella, yo creo que deberíamos regresarla- dijo el ratón mientras me miraba con evidente desconfianza

-Oh no, por favor- dije, no quiero regresar ahí, no me quiero casar, o sea claro en algún momento de mi vida quiero tener nietos y todo ese rollo, pero para eso debo tener hijos, por lo que la opción más adecuada para mi es tener un perro, te hacen compañía, te cuidan, no te critican, comen contigo, ¿Qué más podría querer?

- ¿Por qué deberíamos confiar en ti? - pregunto la coneja blanca

-Porque yo confiare en ustedes, además yo no quería venir aquí, un extraño y psicópata pelirrojo me aventó directo a la madriguera- En cuanto dije aquello todos sus rostros palidecieron hasta el de la coneja blanca y eso que es blanca.

-No podemos dejarla a su suerte, el príncipe se equivocó como nosotros, pero si gris la encuentra...- dijeron las enanitas al unisonó

-Yo concuerdo con ellas, además para que principalmente "el" la esté buscando, deben de estar desesperados- dijo la coneja mirando al ratón

-Bien, pero solo hasta que lleguemos con el sombrerero- dijo el ratón

-Síguenos, estamos cerca- dijeron las enanitas, a lo que yo asentí y comencé a seguirlas.

- ¿Por qué están buscando a Alicia? - pregunte confundida

-Los Black están en disputa con nosotros, dicen que Alicia debe casarse con su hijo Drake, para así lograr crear una alianza- dijo una de las enanitas

-Pero la reina blanca quiere que ella se case con su hijo Jone, la reina roja lo que quiere es destruirla, pero sabe que si logra que Alicia se case con su hijo Eidan lograra molestar lo suficiente a la reina blanca, por lo que ahora ella también quiere que Alicia se case con su hijo- dijo la otra enanita

- ¿Cómo es Eidan? - pregunte

-Es un ser despiadado, se dice que en estos momentos están en el mundo mortal, que van a obligar a Alicia a casarse con él, pero la reina blanca también fue, por lo que creen que ella quiere salvarla. Las reinas se llevan mejor, pero eso no quita el hecho de que el reino le teme a la reina roja- dijo la coneja blanca, yo palidecí ya que existe la posibilidad de que sea a mí a quien buscan, pero no diré nada, ya que buscan a una rubia y yo no lo soy.

Entonces subieron a una canoa, había un interminable mar. Las flores se quedaron quietas en su lugar, por lo que supongo que no pueden cruzar el mar

-Aquí le llaman el mar de lágrimas- dijo el ratón

- ¿Por qué? - pregunte mientras veía como nos alejábamos de la orilla

-Porque Alicia lo hizo de pequeña con sus lágrimas.

-Pobre Alicia, debió llorar mucho- murmuré y todos voltearon a verme como si en verdad estuviera loca, cuando ellos fueron los raritos que están en una canoa flotando en un mar de lagrimas.

Oh y yo que le había dicho a mi doncella que iba a tomar el té con ella en la tarde. Muy mal Alice, debes cumplir tus promesas

Alice And The Four QueensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora