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Capítulo 8 DEFINITIVAMENTE ALICE

-Ven querida- me dijo la reina, como si yo fuese un asustado ratoncillo con miedo y fuese su presa, camine hacia ella y cuando llegue escuche jadeos de asombro, yo no entendía por qué tanto drama por una joven forastera, que ¿nunca vieron a una joven con ojos azules o que?

-dime querida, ¿Cómo te llamas? - pregunto la reina, si era una reina aquella pelirroja, y yo que creí que simplemente era una importante duquesa

-Alice- dije mientras la miraba fijamente sin bajar la cabeza, lo único bueno que aprendí de la extraña y exasperante "maestra, la señorita modales"

-Oh Alice, como se llama tu madre- pregunto y yo dude si decirlo, ya que al parecer tenían cierta adoración por aquel nombre, como si todas las Alicias vinieran aquí y los salvasen siempre JA

-Ammmm- dije mientras me mordía el labio inferior ya que no quería que me raptará y después me vendiera a la mafia por el hecho de ser hija de Alicia, una Alicia que me abandono

-¡AM!- dijo la reina con una sonrisa de victoria- Lo sabía, aquí la joven de aquí es la hija de Alicia, y siempre estuvieron buscando a la persona incorrecta, era Alice el nombre.

Kasual la reina diciéndome que al parecer era buscada por muchas personas y todo por mi nombre

-Nunca podría confundir estos cabellos dorados- dijo ella provocando una cara de asombro de mi parte, no sabía que el tinte se había caído, con que eso fue lo que me puso mi querida doncella en el cabello.

-Dispénseme. No sé a quién buscáis, pero yo no soy, mi madre me dejo, alguien me empujo a la madriguera del conejo, no sé qué hago aquí-dije esperando a que la reina fuese una persona razonable

-Oh Alice, lo que estás haciendo aquí es arreglar la disputa entre los 4 reinos- dijo así de simple, si ni si quiese se arreglar una disputa con mi propia abuela y ahora quiere que arregle una de cuatro reinos. Entonces fue cuando puse atención al chico pelirrojo, el extraño psicópata pelirrojo.

-¡TU!, todo esto es culpa tuya- dije mientras lo miraba con odio, y el me dedicaba una sonrisa de superioridad, pero sus ojos se veían tristes.

-¿Mi hijo? Na el solo es el culpable de la nueva disputa entre el reino blanco y el nuestro, pero de la otra es gracias a tu madre por el hecho de haberse encaprichado de un simple plebeyo y no querer casarse con alguien de sus reinos aliados, gracias a que todos los demás reinos la defendieron ella acabo saliéndose con la suya pero consiguiendo un verdadero enemigo- dijo la reina roja, ok es raro que diga que mi madre se casó con un plebeyo, según lo que recuerdo fue con un duque, así que respiro alegremente, JA, no soy esa Alice.

-Mi madre se casó con un duque- dije con una sonrisa tranquila.

-Oh querida, si ese titulo se lo dio la reina Mirana, pero no, es solo un plebeyo aquí- dijo logrando que me callase

-¿Qué necesitáis de mí?- pregunte rezando porque solo me dijera que era una poción y necesitaba un cabello mío o una lagrima, mientras no dijese "perderá la cabeza"

-Tu mano- dijo mientras me sonreía de una manera que daba miedo.

Yo mire mi mano, luego a ella y de nuevo a mi mano

-No me voy a cortar la mano para dársela- dije a punto de llorar, yo no me quería quedar sin mano

-Mamá ella cree que literalmente quieres su mano, te dije que no adptaras las francesa de escocia, ella es de Inglaterra- susurro la pelinegra mientras me veía con pena

-Quiero que te cases con mi hijo- dijo, asi de simple, me voy de la tierra por que me quieren casar con un pelirrojo, llego al país de las maravillas y me siguen queriendo casar con dicho pelirrojo

-¿No tienen a no se.....? otra persona que no sea yo- dije esperando que esa reina loca razonará y se diera cuenta de que no me necesitaba para la cosa de los reinos

Mientras tanto ese maldito pelirrojo no dejaba de verme con intensidad, ¿pero que se cree? Cree que por ser un príncipe me casare con el JA, no me conoce, estoy aquí, donde las reglas están distorsionadas, por lo cual mis protocolos se revocan a no ser que este en la tierra. Yo no me casaré con el, cuando el fue quien además de tirarme hacia este despreciable lugar, el que casi provoca que me ahogue en el lago cola, ¿Qué se trae con empujar a las personas?

-Princesa del reino Azul es la única a la que tenemos- dijo la pelinegra.

-Pues a por ella- dije mientras me daba la vuelta para irme

-Eso mismo estamos haciendo, princesa Alicia- dijo la reina, causando que de mi saliera una enorme sonrisa de sarcasmo

Capítulo 9 UN RECHAZO Y DOS CORAZONES ROTOS.

-Bien, pues sere mas clara, no me quiero casar con su hijo, tampoco lo tomen como algo personal, solo es que no me siento lista para casarme- dije, logrando que el chico bajase el rostro y después se disculpase con su madre y se fuese.

Sentí como mi corazón se rompió al verlo irse, me reprendí mentalmente por ello, ya que este chico es el causante de que yo esté aquí, sin embargo las personas no mandan al corazón, no sabía que era lo que sentía cuando estaba con aquel pelirrojo, ya que nunca había amado a nadie, ni nadie me había amado a mí.

De pronto sentí agua en mi rostro, lo toque y si efectivamente, tenia agua, mire hacia arriba esperando ver con lo que me moje el rostro, pero no vi nada.

-Creo que tienen una gotera- dije con la respiración entrecortada ya que me dolía demasiado el pecho, aun sentía como el agua seguía cayendo en mi rostro, por un momento tuve un horrible dolor en la cabeza, cerré los ojos y toque mi pecho como si no pudiese respirar

-No es agua Alice- dijo la reina dándome una mirada de profundo odio, ella todo el tiempo me estuvo mirando con bastante recelo, pero la mirada que me dio ahora definitivamente no me la había dado antes.

-¿Qué es?- pregunte sin comprender, una parte de mi sentía como si ya lo hubiese pasado, pero no comprendí que ocurría, aun me sentía mal por haberle hablado así al príncipe pelirrojo, pero sentía rencor hacia dicho chico por haberme aventado dos veces a lugares que pudieron matarme y después hacer como si no pasase nada.

Stephanie iba a hablar, pero la reina se negó, le susurro algo al oído que hiso que la pelinegra abriera los ojos y de su ojo derecho callera una pequeña lagrima, la reina me dio una última mirada antes de irse.

-Camina por el pacillo a la salida, ve al jardín de las rosas azules- dijo Stephanie la linda pelinegra que siempre me miraba con curiosidad, pero que en estos momentos me miraba con decepción, yo no comprendía porque todos esperaban más de mí, como si supieran algo que yo no sé.

Sentí un dolor en mi clavícula, pero no le tome importancia e intente pensar en algo que no fueran esos bonitos ojos verdes.

Camine mientras mi cara seguía recibiendo agua, en el jardín había rosas de todo tipo, blancas, amarillas, rojas, negras, etc.

Pero no veía las azules, hasta que llegue a lo mas lejos y las encontré, mientras seguía caminando vislumbre al chico pelirrojo, tenía una hoja en su mano y movía su espalda como si se estuviese riendo, pero cuando me acerque a el vi que estaba sollozando. Tenia miles de preguntas y reclamos hacia aquel pelirrojo, pero no me sentía digna de decir ninguna de ellas.

- ¿Se encuentra bien? - pregunté desde una distancia prudencial, el solo se limpio la cara, me vio, me dedico una mirada de decepción y se fue.

Entonces note que mi cara había dejado de gotear, sin embargo, la presión en mi pecho no.

Alice And The Four QueensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora