El final del comienzo

V

-Tienes razón-Dijo Luna-Por eso te seguimos no solo tienes buenas ideas sino también un  buen corazón

-Sí-Dijo Luna

-Bueno....me aguantaré-Dijo Genaro

Ash, no puede ser ,hasta tratando de fallar, fallo, pensé y me fui a mi cuarto. Ahora tendría que aguantar a Estef, y sería mi culpa.

Escuché que mi hermana llamó a su casa.

-¡Ya viene para acá!-gritó al colgar el teléfono-dormirá en tu habitación, Caro.

Así no se suponía que debieran ser las cosas.

Pasaron dos horas y Estefanía llegó, entro a mi cuarto con una maleta grande y rosa.

-No pienses que te voy a dar las gracias, sólo acepté porque tu hermana cocina bien, y obvio porque vengo por lo que me pertenece.-Claro, lo que le pertenecía según ella era Genaro.

-¿No crees que podrías hacer mucho más para recuperarlo que pelearte conmigo? En serio, soy su mejor amiga, hasta te convendría tenerme de aliada en esta situación.-Mientras le hablaba ella empezó a sacar y acomodar sus cosas, se dio cuenta que no tenía espacio para todo lo suyo

-Deberíamos tirar tus cosas a la basura-dijo. Genial, si eso no es algo que se pueda llamar egoísmo y descaro no se que es, pero lo que fue aún peor fue mi respuesta.

-Tira lo que quieras, total, ahora tus cosas serán mías.

Yo estaba acostada en mi cama, esta chica decidió que era buena idea aprovechar la oportunidad para ahorcarme, no alcanzó a lastimarme gracias a que , afortunadamente Genaro entró al cuarto.

-No es lo que parece-dijo-la iba a maquillar

-No te creo ni madres-dijo mi amigo-más te vale que no la toques, ya sabes que ella fue la de la idea de aceptarte aquí, pero para mi, tu podrías estarte muriendo en cualquier lugar.

-Eso ¿no sería un delito?-pregunté-creo que si tu puedes impedir que algo malo suceda y no lo haces...también eres culpable

-Sí, sería negligencia de mi parte, pero me da igual, prefiero ser castigado por su muerte que ver como esta mocosa te pone una mano encima. Así que ya sabes Estefanía, la tocas y me da igual ser un delincuente

Se fue a su habitación azotando la puerta

-De verdad, dudo que me haya dejado por ti

-Estoy de acuerdo, no te dejó por mi, te dejó porque estás mal de la cabeza. ¿Te das cuenta? Acabas de intentar hacerme daño en mi propia casa cuando yo sugerí que te vinieras para facilitarte la supervivencia.

-Al menos yo sabía cuales eran mis salones

-¿Eso que tiene que ver?-Ahora si estaba confundida, más que con los salones de la escuela, que en mi defensa solo fue la primera semana de clases, donde claro que una se pierde, no es necesario estar medio atontada para no perderse en un lugar nuevo, que además, es enorme.

-Que tú no tienes ninguna autoridad para decir que estoy mal de la cabeza, taradita.

Les juro que en ese momento tenía unas ganas fuertes de agarrar a mi nueva compañera de cuarto y estrellarla contra la pared, pero una sabe cuando otra persona tiene los músculos mas fuertes, así que a mi me tocaba entrenar la fuerza de mi corazón, nuevamente. Tomé un respiro.