Hermanastros『KOOKMIN』🧸 TERMINADA

🌸 3 🌸

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

Jungkook lo levanta del suelo y lo lleva hasta la cama sin despegar sus labios del otro. De algún modo, se las arregló para acomodarlo sobre el colchón y tumbarse sobre Jimin sin dejar de besarlo.

Jimin estaba a cien. Se sentía arder con las caricias de su menor. Con ese aroma tan diabólicamente erótico. Con esa sensación de el cuerpo de Jungkook sobre el suyo, adueñándose de su propio ser.

Sus lenguas danzaban entre ellas con lujuriosa necesidad, mientras sus manos buscaban la piel del otro. El peli negro le sacó la remera tan rápido que el rubio no tuvo tiempo de rechistar. Sus cálidas manos dibujaron la fina cintura de Jimin, dejando un camino de caricias con sus dedos que le provocó un hormigueo en el estomago. 

—Jungkook... —Gimió Jimin con el cuerpo en llamas.

El nombrado fue a besar la oreja del mayor.

—Tranquilo —Le dijo al oído. —. Ya te tengo.

Y entonces, con sus manos que ahora se posicionaron sobre los glúteos de Jimin, separó sus nalgas y las acarició. Jimin soltó un gemido cuando la pasión amenazó por consumirlo. El menor capturó sus labios de vuelta, y lo besó en profundidad. Comenzó a temblar de pies a cabeza mientras Jungkook le separaba los muslos con las rodillas y se colocaba aún vestido en medio de ellas.

Sentir su cuerpo sobre él era maravilloso. Sentir ese cuerpo duro y viril mientras frotaba sus esbeltas caderas contra el mayor. Incluso a través del vaquero, Jimin sentía la presión de la erección de Jungkook contra el suyo. Como si estuvieran atraídos por un imán. Sus caderas se levantaron para acompañar los movimientos del menor.

—Eso es, Jimin —Murmura sobre sus labios mientras seguía frotando su hinchado miembro contra él de un modo tan magistral que el rubio supo que ya habría llegado al clímax, si lo tuviera dentro. —. Siente mis caricias. Siente mi deseo por ti, solo por ti.

El rubio volvió a gemir cuando Jungkook abandonó sus labios y dejó un abrasador reguero de besos por su cuello para llegar a sus pezones, que comenzó a succionar con suavidad.

Jimin deliraba de placer, enterró las manos en el lacio cabello azabache de Jungkook, mientras éste continuó atormentando sus pezones con la lengua de forma implacable. A Jungkook le costaba mantenerse firme. Quería introducirse en él con tanta desesperación que estaba perdiendo la cordura.

El rubio le sacó la remera sin siquiera pensarlo, arrojando la tela a algún lugar de la habitación. Volvió a conducir la cabeza de Jungkook sobre sus pezones, y éste siguió con su trabajo en mordisquear y succionar su sensible piel, haciéndole echar la cabeza para atrás y enterrar en el colchón. Tras unos segundos, Jungkook se apartó de él, y se movió hacia abajo, pasando los labios por el abdomen plano y marcado de Jimin, y besándole las caderas a medida que iba sacándole los pantalones. 

El rubio empezó a temblar de pies a cabezas al darse cuenta del poder de Jungkook que ostentaba en ese momento.

—Por favor... —Le suplicó, incapaz de soportarlo más.

No protestó cuando el menor le separó un poco más los muslos ahora desnudos con los codos. Jungkook levantó su mirada a Jimin, quien lo miraba con brillos en los ojos y una furiosa necesidad. Captó la mueca de excitación de su mayor, al momento en que metió su miembro a la boca.

Jimin enterró su mano en los cabello de Jungkook antes de echar la cabeza para atrás y soltar un gemido de placer, ante las rítmicas e intimas caricias que la lengua del azabache le propiciaba. Jamás había sentido algo como aquello. La lengua de Jungkook lo lamió, lo chupó, lo atormentó y lo desquició hasta dejarlo sin aliento.