XI

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Jimin sopló el malvavisco y se lo llevó a la boca, frunciendo los labios ante el sabor a quemado del dulce. Jin a su lado contuvo una risa divertida ganándose un codazo de parte del menor. Hacía 15 minutos que estaban reunidos al rededor de aquella fogata y él aun no había conseguido que una de aquellas masas blancas quedará solo tostada y no completamente quemada, estaba empezando a frustrarse, todos parecían saber lo que hacían.

- Relájate, las primeras veces siempre son difíciles, ¿recuerdas? - comentó Jin dándole un ligero golpe con su hombro y una sonrisa divertida.

Jimin rodó los ojos sintiendo como sus mejillas se coloreaban de un tono rosado al notar la forma en que Jungkook y Hoseok enmarcaron una ceja hacia él. Eso definitivamente había sonado como una insinuación con doble sentido, agitó la cabeza desviando la vista de ellos y centrándola en la masa de leña crepitante. Vio a Taehyung sentado al otro lado conversando animadamente con otros de los omegas y dos de los betas, lo había saludado cuando llegó pero, contrario a lo que había creído mientras se arreglaba para unirse a a fogata, no se había sentado junto a ellos. Quizá seguía enojado por lo que había pasado esa tarde en el gimnasio, por más que le daba vueltas en su cabeza no conseguía averiguar que demonios era lo que ocultaban, y porqué Tae le había dicho que se mantuviera alejado.

- Iré a buscar más malvaviscos para que quemes - Su mejor amigo se levantó ajeándose hacia la mesa llena de comida que habían dispuesto frente a la casa

Jimin suspiró abrazandose a sí mismo mientras observaba su al rededor, todos estaban dispuestos en pequeños grupos teniendo animadas conversaciones. No tenía frío, pero una sensación extraña le invadía el pecho, quizá había sido un poco estúpido pensando que solo porque apareciera allí iba a empezar a agradarles a los demás o que alguien iba a acercarse y tendría algún tipo de conversación. Se sentía ridículo por querer agradarle a aquellas personas pero por más en que se insistiera a sí mismo que no necesitaba a nadie más que a Jin y a sí mismo, no podía evitar preguntarse que se sentía tener un gran grupo de amigos con el que bromear y andar por el campamento, como todos allí porque quizá era cierto lo que su ex le había repetido cientos de veces, la única persona que podía soportarlo era SeokJin y quizá, solo porque habían pasado demasiado tiempo juntos y él había terminado acostumbrándose a cuan extraño era Jimin. Contuvo un escalofrío mientras escondía el mentón en su saco de cuello alto.

- No puedes comer eso- señaló una voz a su lado - los otros por lo menos eran comestibles, con ese mueres de intoxicación y tu padre me asesina y a todos aquí.

Miró el malvavisco completamente negro enganchado al palo y contuvo otro escalofrío cuando giró a ver a Jungkook sentado donde antes había estado SeokJin, estaba no era por sentirse solo en medio de esa multitud, simplemente le sucedía algo similar cada vez que veía al alfa; todas sus terminaciones nerviosas parecían volver a la vida y tenía que contenerse para no convertirse y empezar a agitar la cola como un perro emocionado.

- Puedes decirle que morí por ser demasiado terco - Acotó con un encogimiento de hombros, jugando con el malvavisco - Probablemente lo entendería

- Tengo mis dudas con eso. De cualquier forma, ten este - Dijo ofreciendo su propia rama con un malvavisco ligeramente dorado en la punta

Jimin agitó la cabeza:- No, gracias. He decidido que no me gustan esas masas pegajosas.

- Vamos, pruébalo - insistió tendiéndole la rama - estoy seguro que te van a gustar si pruebas uno bien hecho.

Rodó los ojos pero terminó por rodar los ojos y tomar la rama, esperó el sabor y la sensación desagradable en su lengua pero esta nunca llegó, simplemente sintió la masa deshaciéndose en su boca con un sabor dulce y el regusto a algo tostado.

Pureblood - Kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora