Viernes

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La partida dio un giro total y con dos turnos Prem iba a la cabeza. Seis propiedades de las medias, la dueña de la casa y su primo caían en dos de cada lado. Ohm veía encantado cada que tocaba pagarle al invitado, él jamás ganaba y ver a su familia en problemas le daba gran satisfacción. Fluke y Boun comían en la cocina; pizza, frituras, pastel con crema y hasta fruta mientras jugaban adivina quién. El peli purpura era un chico sencillo, amable, respetuoso y bastante cariñoso. La noche pasaba tranquila entre juegos y risas.

-Ya ríndete Kao, perdiste medio imperio.- la voz de Ohm resonaba en el silencio que se había formado por la tensión.
-No, me niego a rendirme, eso es aceptar que soy la perra de Prem.
-¡Kao!
-Lo siento mamá.
-Que buen chico te conseguiste Boun.
-Él me consiguió a mi realmente.- respondió mientras trataba de adivinar el personaje viendo directo a los ojos de su contrincante.- Tu personaje ¿Es Cinthia?
La seriedad en el rostro de Fluke hacía que fuera imposible saber si tenía o no razón.- Bien, estás equivocado ¿Rubén?
-No, otra vez.

Horas pasaron y Kao perdió contra ambos, Prem y la madre estaban en plena cúspide. Ohm estaba sobre Fluke; molestando sus mejillas, abrazándolo por los hombros, dándole abrazos cortos lo cual no parecía molestar al más bajo. Boun recostado en el sillón más grande apoyando a su pelirrojo mientras su tía le daba golpecitos cuando no la apoyaba a ella. La partida terminó y a pesar de todo, el bailarín no pudo contra la empresaria estrella. Guardaron todo en sus empaques y ordenaron la sala.

-Bueno queridos, yo me iré a dormir. Un gusto tener una partida con alguien tan bueno.- sonrió estrechando la mano de Prem en señal de respeto.
-El placer fue mío.
-Espero tener una revancha.
El rostro de Prem se iluminó y sus ojos se enternecieron.- Eso sería un honor.

La elegante dama se despidió de todos y se retiró a sus aposentos. La madrugada destrozó a Kao y Fluke. Decidieron ir a dormir. El pequeño se dejó caer en la cama de Ohm y se quedó dormido inmediatamente. La casa estaba en silencio, toda la diversión los había matado. Justo cuando su conciencia estaba por irse un golpe en la puerta lo alertó que alguien lo requería, se obligó a salir de la cama con todas las fuerzas que quedaban en su cuerpo. Al abrir la puerta se encontró con el rostro serio de Prem.

-¿Pasa algo?
-Ven, sígueme.

Siguió al pelirrojo en la oscuridad, no podía pensar en nada por lo cual pudiera estar molesto. Salieron al jardín y se detuvo justo al lado de la piscina. Alargó su brazo para hacer contacto con él, pero al momento de tocar su hombro este sonrió divertido. Sin saber en qué momento lo había traicionado, se encontraba completamente sumergido en el agua. Su cuerpo se enfrió de golpe y al salir por fin a la superficie el sonido de la risa de Prem evitó cualquier tipo de enojo. En segundos ya no estaba solo en el agua.

-¿Qué se supone que haces?-preguntó Boun mientras lo acercaba a su cuerpo.
-Nada… me dieron ganas de nadar.
-¿Y me arrastraste contigo?
-Más bien te atraje cual sirena a pirata hacia el mar.- rodeó el cuello del peli negro.- Sé mi compañero por el resto de la noche Boun.
-Podría serlo por siempre, no puedo decir que no cuando me llamas por mi nombre.

La sonrisa del pelirrojo abarcó su rostro. Cada detalle en él era como un sueño, las gotas de agua caían en su rostro brillando ante el reflejo de las luces de la piscina. Flotaban casi como si estuvieran bailando a un ritmo que solo ellos dos podían escuchar. Estaban en su propio mundo, sin notar que sobre ellos dos pares de ojos curiosos los observaban. Prem recargó su frente con la del chico frente a él, cerrando los ojos como si quisiera transmitirle cosas sin usar palabras. Pegó al pelirrojo a su cuerpo y consiguió lo que esperaba desde que llegó su tía y no se atrevía a hacer. Los labios de su chico se encontraron con los suyos en un húmedo beso. La estimulación del suave beso y las gotitas recorriendo su rostro daban escalofríos en todo su ser.

Golden Week- BounPrem/ OhmFlukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora