Cap 54 Caminos.

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La noticia había caído a los hermanos como balde de agua fría. Y después de discutir algunas condiciones sobre que ocurriría cuando fueran superhéroes se separaron cada uno en su camino a pensar que iban a decidir. 

John era el que estaba más pensativo sobre el tema, no tenía una cara muy amable y a decir verdad su madre tampoco lo estaba, es más nada más acabar esa reunión familiar se disculpó y salió disparada a la Atalaya. Dick notó la duda en su esposa pero aunque quiso preguntar no tuvo ni un solo momento. 

Ayala simplemente fue a su habitación a cambiarse el "pijama". John no supo muy bien a donde ir, pues ya enfermería tampoco era un lugar agradable para ponerse a pensar. El cuarto de Helena tal y como ella le había pedido ir luego de hablar con sus padres tampoco estaría mal, pero si ella no estuviese dentro. Helena era buena amiga pero increíblemente estresante y charlatana. Por esa regla ir a ver a Alister tampoco era una opción. El chico iba por los pasillos de la base y se fijaba en los chicos que iban por allí, iban en parejas o grupos, felices... Monte Justicia había acogido a muchísimos metahumanos, más pequeños que John y Ayala incluso. 

Se había vuelto una especie de residencia para ellos en dónde asistían a sus turnos de clases por la mañana o tarde y cuando tenían libre, los verdaderos miembros de la joven liga de la justicia, que salían en misiones de verdad les entrenaban. Para ellos que recibían clase de algunos superhéroes influenciados por sus padres o sus propios padres ver a John y Ayala era todo un acontecimiento. 

El "lider"de ese equipo era Tim o "Red Robin" que llevaba las misiones y adiestramiento de aquellos niños que igual que John y Ayala tendrían que elegir al cumplir los 16 si seguir usando esas habilidades o mejor marcharse a vivir sus vidas con sus familias. 

John llegó a una zona de duchas cuya existencia desconocía. Así no tendría que ducharse en la habitación ni de sus padres ni de Helena. Seguramente él no debería estar allí, pero tampoco había nadie que le dijera lo contrario. 

Como decía monte justicia se había visto lleno de gente en poco tiempo, y la montaña se había transformado en un colegio lleno de gente. Se habían delimitado zonas en dónde los alumnos y residentes pasaban el rato y donde los superhéroes pasaban el rato. Algunas habitaciones de los superhéroes originales del equipo se habían mantenido allí como reserva o para sus hijos que claramente tendrían cierta preferencia. 

John entró y no había nadie así que cogió unas toallas nuevas del estante más cercano, se quitó la ropa y entró a ducharse.

El agua no quitó las inseguridades que ya sentía de entes. Sin embargo si que serenizó todo su ambiente, se sentía más limpio en mente y cuerpo. 

Todo eso se rompió cuando un grupo de chicos de unos 12 años o así entraron en las duchas y le vieron intentando secarse el pelo con una toalla y con otra atada en la cintura. Quedaron asombrados y cerraron la puerta en un segundo. John les oyó marcharse hablando sobre él y diciendo que debían ir a contárselo a sus amigos. 

Parecían niños normales que podrían decidir entre una vida normal o no, pero él inconscientemente se dio cuenta de que no tenía elección. No tenía que escoger, la decisión ya estaba cogida, ya la habían escogido por él. Se miró al espejo y se sintió mal, se sintió mal con él mismo, por haber desperdiciado todo ese tiempo que no iba a recuperar. Se sintió dolido, con ira y roto...pero cuando miró al espejo por segunda vez y este se rompió solo pudo sentir la más profunda tristeza del mundo. Las lágrimas de su rostro cayeron al suelo mientras él se deslizaba por la pared del baño hasta quedar sentado y simplemente...estar.

Ayala sin embargo mientras se duchaba si consiguió aplacar y pensar en algo más que miseria y destrucción como había hecho John. No sabía muy bien como describirse en ese momento pero tenía mas o menos una idea clara. Salió de la ducha pensando: 

La hija de Batman: Outsiders ( Dick Grayson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora