Película barata y cliché, eso pasaba por su cabeza, no tenía nada más que pensar, eran demasiados indicadores de que eso sucedía, giraría la cabeza y no habría nada acechándolo, estaba más que seguro de ello, o al menos esperaba estarlo para cuando su valor le dijera que diera un vistazo sigiloso.
Su corazón avivaba cada latido a medida que inhalaba, deseando que su hipótesis sea verídica, aunque no había mucha probabilidad de ello según la respiración que lo atisbaba silenciosamente, más o menos. Al liberar el aire de sus pulmones, sintiendo el calor escapar de sus labios giró de golpe. Sorpresas trae la vida e infortunios la curiosidad cuando más que un observador de algo nuevo era un impertinente que metió la nariz donde no debía.
Grito más fuerte no pudo dar, mucho menos la sensación de su pulso incrementaba a cada segundo y el chocolate de sus ojos se humedecía por las lágrimas. Eso no podía estar pasando, ¿entre las leyendas había una verdad?, ¿desde cuando era una probabilidad aceptable?
— Reaccionaste mejor de lo que creí, mocoso.— sonrió soberbio el ser espectral sin forma, una nube de figura amorfa que se mantenía en movimiento, de voz dispersa, pequeños ecos la acompañaban provocando que el que se cubría la boca con terror se tensara.— ¿Estás llorando? Que patético para un idiota que fue a visitarme.
¿Visita? ¿De qué hablaba? El calmarse no era una opción, estaban huir, volver a gritar o desmayarse, aunque su cuerpo no parecía estar nada más que petrificado frente al ser que lo observaba con el intenso dorado de sus ojos tristes, pero de voz socarrona y enaltecida.— ¿¡Qué quieres de mí!? ¡Esto no es real! ¡Estoy soñando de nuevo!— su voz temblorosa buscaba una excusa, algún motivo que explicara lo que veía entre lágrimas.
— Solo quiero una cosa, pero no parece que vayas a escuchar si sigues balbuceando cosas que ni siquiera eres capaz de asimilar en esa cabeza hueca tuya. ¿Ya acabaste?— interrogó posando la ¿Cabeza en su mano? o algo así.
— ¡Ya basta!— en un intento de huir cayó de la cama, estampando su hombro contra el suelo, bastante doloroso, pero entretenido para el ser.
— Como decía, solo quiero una cosa. Y si no la haces... me veré obligado a matarte.
No había persona más pálida en el mundo que Dipper.
— ¿¡Qué demonios quieres!?
— Libertad. Nada más que eso. Es sencillo ¿No crees, niño?
Por supuesto no era fácil, el temor hablaba corporalmente por él.
— Lo pondré aún más fácil. Te asusta mi apariencia ¿No es así?— de entre aquel ser, se asomó una mano negra, eso no era tranquilizante. Casi como si fuese una prisión hacía un esfuerzo notable para liberarse de su propia forma, viéndose un tipo de manos negras, cabellos divididos a la mitad en rubio y negro, y ropa bastante actual.
¿Qué fantasma normal se vestía así? Oh, Teodora, pero este no es el caso.
— T-tú... tú pareces humano... más o menos...— intentaba seguir alejándose del ahora jovencillo, pues eso era, un jovencillo de quien sabe que edad, pero no parecía tener ni la mayoría de edad. Al menos unos quince o dieciséis años, impresionante.
— Sí, le tenías miedo a mi apariencia. Como sea ¿Recuerdas que es lo que quiero?— el sujeto en cuestión asintió con la cabeza, sobando aún su hombro por la caída torpe que había tenido.— ¿Escuchaste que haré si no me ayudas?— la acción fue repetida, acompañada de una mirada discreta.— ¿Entonces?
El suspirar parecía una costumbre del chico de rizos desordenados, el mismo que se sentó a orillas de la cama recapitulando punto por punto lo que sucedía, desde el momento en el que... un momento, había un cabo suelto.
— Pero, nada de lo que pasó en el salón pasó... ¿O sí? Es que, mis amigos dij-
— Sí, no pasó nada. Lo soñaste.— interrumpió mientras se desplazaba hacia él flotando, estando de cabeza sin quitar la enorme sonrisa que lo acompañaba.— Yo te hice soñarlo. Hubiese sucedido, pero no, el niño se desmayó porque es un cobarde.
¿Era normal que mantengan una conversación? ¿Era normal que mantenga una conversación con el fantasma? ¿Era normal que el miedo haya pasado tan pronto? No tenía sentido. No era normal. En las películas no solían pasar esas cosas.
— Esto... es extraño... tú... eres Bill Cipher ¿cierto?
— Demonio amarillo para los extraños, pero sí, ese soy yo.— ladeó la cabeza detallando la expresión del obviamente menor.— ¿Siempre se te reinicia el cerebro cuando un fantasma aparece frente a ti?
— Esta es la primera vez... o segunda si contamos el sueño Yo... no lo sé...
— Mira, después charlamos. Odio las chácharas. ¿Aceptas el trato, niño?—interrogó extendiendo una de sus manos, formando una enorme sonrisa en sus labios al ver que su mano era tomada con temor.—
— Eso creo...— susurró, solo deseando que. a la mañana todo haya sido una falla en au mente.
Nadie se hubiera imaginas o que tan solo con una charla se perpetuaría el final para un nuevo comienzo irreal, pero esa ya era otra historia.
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I fell in love with a ghost [Billdip]
Fanfic- Ven conmigo... prometo que estarás bien. Solo es un paso, Dipper. Solo uno. Ayúdame... Sonrió mientras extendía su traslucida mano al castaño desconfiado que miraba que todo su esfuerzo por fin valía la pena, por fin lo había logrado. - Lo prometo...