One Shots (madatobi)

A tu Lado

Madara siempre había sido una persona que le costaba expresar lo que sentía, normalmente usaba la violencia o los dotes que su familia tenía para poder elevar la voz sin siquiera joder se la garganta y quedar mudo.

Había sido difícil en un principio socializar por culpa de eso, nunca decía lo que la gente quería escuchar o nunca entendía lo que las persona trataban de comunicar hasta mucho tiempo después. Por eso encontrar a Hashirama en sus momentos de adolescencia había sido uno de esos milagros que agradecía pasarán, él al igual que Izuna eran las únicas (sino es decir dos personas) que lo comprendía de cierta forma. Izuna sabía cuando él trataba de apoyarlo con sus palabras crueles pero consoladora o sus pequeños arranques de enojo ante cualquier estupidez que pudo haber cometido.

Hashirama era totalmente diferente, él sabía cuando Madara estaba feliz a pesar de su ceño fruncido, cuando estaba en sus límites de cordura y cuando no debía de ser molestado por nadie. Él había sido el segundo pilar más importante que había tenido en su vida. Sus padres habían desaparecido como dichos pilares desde el momento en que él había confesado tener atracción por gente de su mismo género, no fue como se lo esperaba, no fue como su psicólogo persona le había dicho que sería.

Una platica sobre tu condición, un acuerdo mutuo y llegarán a ser felices, normales.

No, Tajima prácticamente lo había des-heredado desde ese momento de su empresa, lo había sacado de su casa y le había arrebatado la oportunidad de poder pagar su año escolar, desde ese día prácticamente había perdido a su familia, había perdido su apellido. Hashirama lo apoyo obviamente, le consiguió trabajo a medio tiempo en una cafetería y por medio de su padre le encontraron la oportunidad de aplicar a una beca, el problema fue ese. Él era consiente que no era la persona más inteligente del mundo y que su coeficiente intelectual posiblemente estaba por debajo del promedio ¡se distraía al ver un lápiz moverse medio centímetro!

Trató aún así de aprender, de poder presentar el examen correctamente para que él se ganara la beca completa y no sólo media beca, y era difícil Konoha era la Universidad más prestigiosa que existía por esa zona, entrar ahí aseguraba un puesto en algún trabajo desde el momento que lugares dicho lugar. Consiguió tutor, el problema fue que no duro mucho, poco después que se cumplieran las primeras dos semanas de estudio, él tipo había renunciado por la poca capacidad de filtro que existía entre su boca y cerebro. ¡No sabía que era hetero, okay! ¡Si hubiera sabido que era hetero y homofóbico nunca le hubiera propuesto dar una paja antes de estudiar!

Hashirama le reprendió por eso, él no hizo caso, poco después su amigo le consiguió otro tutor, no lo conocía y la única información que había recibido por parte de su amigo era que este tutor era un erudito y tenía la paciencia de un Dios.

Tuvo que esperar una semana para que dicha persona llegara al país, resultó ser que su tutor había salido del país para estar en las interestatales de matemáticas a nivel mundial, al menos así aseguraba su puesto en la Universidad. Claro que con la descripción que había tenido en esas pocas palabras había asociado que su tutor sería un nerd completo, gafas, pelo desalineado, vestimenta ridícula, frenos y un sin fin de libros que se encontrarían en sus manos con temas como física, química o álgebra.

No esperaba Tragar se sus palabras tan literalmente. "Tobirama" cómo lo había nombrado Hashirama era un tipo realmente sexy y estaba encabezando su lista de los tipos más sexy que había visto.

Era pálido albino había mencionado Hashirama, alto de una estatura muy por encima del promedio estandarizado en su país, fornido con un cuerpo que pensaba podía comer en él y no le importaría, literalmente podía saborea el saber de la comida y su cuerpo y estaba casi seguro que sabría a la misma gloria. Ojos sorprendentemente rojos sensibles a la luz por eso las gafas, y un cabello más blanco que la nieve que los cubría en la temporadas de invierno.