Te Escogería Otra Vez

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Todo empezó cuando sonreíste. Sabía que ibas a significar problemas, y aún así, decidí meterme en la boca del lobo sin pensármelo dos veces. Sonreíste de esa manera tuya, media sonrisa traviesa que avecinaba la tormenta y yo me quedé observándola hasta que las nubes negras llegaron.

-encantado- dijiste para todos. Te colocaste el sombrero bien y me miraste fijamente, las comisuras de tus labios levantándose ligeramente. Te sonreí de vuelta.

Resultó que aquel sitio era más grande de lo que pensábamos, así que nos vimos obligados a ir explorando las salas siguiendo los requisitos. De alguna forma, no sabría decir hablar si fue de forma deliberada o simplemente azar, siempre nos tocaba juntos. Quizás era también por accidente, pero tu mano siempre rozaba la mía, nuestros ojos se cruzaban mientras me sonreías o tu voz cambiaba cuando pronunciabas mi nombre.

Nunca me había gustado el alcohol, ¿sabes? No sé por qué, si te soy sincero, pero siempre lo había evitado ha toda costa. Sin embargo, cuando me ofreciste aquella copa en el lounge sentí que el alcohol era el mismísimo néctar de los dioses, la bebida prohibida para todos aquellos a los que no les hubieses sonreído. Te llevaste la copa a los labios mientras me mirabas a los ojos fijamente, queriendo que viese el brillo lujurioso en los tuyos.

Tus labios brillaban de forma especial, -me pregunto si era la luz de aquella sala o el alcohol en mi sangre-, pero no podía despegar los ojos de ellos. No sé quien de los dos se acercó primero al otro, pero de pronto, tus labios devoraban los míos, casi hambrientos. Tus manos acariciaban mi cuerpo y cada uno de sus rincones mientras tu boca ahogaba mis gemidos. Olías a alcohol, a menta y a algo fresco que no pude reconocer. Pero tus manos, oh, tus dedos en mi boca y las caricias por cada centímetro de mi piel dejaba un rastro que no iba a poder olvidar nunca.

Por eso, cuando me sonreíste antes de cruzar la puerta 9 tú solo, no sentí nada dentro. Ni odio, ni frustración ni impotencia. Miré impasible como desaparecías, dejándome atrás como si de basura me tratase. Pero no hay más ciego que el que no quiere ver, ¿no es verdad? Desde el principio supe que ibas a traicionarme, y aún así te dejé hacerlo. Permití que te acercases a mí, que te aprovechases de esta tonta existencia, que salieses ganando tú solo.

Vi como toda tu atención, tu devoción y tu cariño fue tomado por alguien más, por mi hermano, vi como él congeniaba perfectamente contigo. Fuerte, atrayentes y con una amistad de años. Yo no era nada, era el extraño, la escoria, la vergüenza de la familia que solo fue aceptada por no morir temprano como se esperaba.

Uchiha Madara era tu nombre Senju Hashirama él de mi hermano y yo apenas si tenía nombre, no tenía respaldo de mi padre y mi madre nunca la conocí, fui la creación de una aventura pasajera, aquel que fue dejado por su propia madre al ver mi discapacidad.

Solo pasado unas horas juntos y aún así creo que te he perdido para toda la eternidad. Nunca fuiste mío, y nunca lo serás, porque al igual que mi madre yo solo soy una pintura más, una pintura desgastada, arrinconado y nada querida. Tu eras el pedestal que necesitar, él que me noto y aprecio por unos minutos como siempre quise. Pero ¿no siempre lo que se quiere se tiene verdad?

Termine marchándome temprano esa noche, no lo notaste, no me viste y era consciente de eso, tu estabas centrado en él. En Hashirama, el hijo predilecto de Butsuma, en el heredero competente a tu fortuna, tu clase. No dije nada, tu tampoco después de ese día, volvías a la casa tan seguido pero solo por mi Hermano, por Hashirama, nunca me viste, ni cuando estábamos en la misma aviación, nunca volviste a dirigirme la mirada y tus palabras dulces eran para otro.

Calle, porque era en lo que más servía, no mencioné nada cuando nos presentaron tu ni me reconociste o no quisiste reconocerme y estuvo bien, en serio lo estuvo, aprendí a vivir con eso.

Día tras dia los vi reunirse, platicar, bromear y demostrarse afecto y innegable no detectar el cariño que se tenían. Tajima y Butsuma lo notaron también, Izuna, Kawarama e Itama no fueron ciegos tampoco. Por eso esperar el día en que lo revelaran no fue sorpresa para nadie, hubo festejos y felicitaciones.

-Las dos más grandes empresas por fin juntas- dijo Tajima esa noche.

Esa noche no supe como sentirme ¿feliz? ¿Triste? ¿Despechado? Pude sentir todo, estaba feliz por ustedes. Hashirama era mi hermano, y siempre estuve bien cuando él era feliz, aún cuando no estaba del mejor ánimo, estaba feliz porque tu estabas feliz, se notaba o al menos yo lo notaba. Triste porque seguía haciéndome ilusiones que al menos me notarias, lastima que solo fueron ilusiones. Estaba despechado, pero no lo demostré, te abrazo o lo trate, me negaste, me trataste como si de un empleado fuera, como si lepra tuviera.

Su boda fue grandiosa, o eso dijeron Itama y Kawarama. Yo no asistí, no me enviaste ¿olvidaste que era parte de la familia?. Tu traje blanco de ese día solo lograba destacar tu atractivo, Hashirama también se vio bien con los colores que te representan.

¿Conocías a Mito? Ella me ayudó cuando mi familia no pudo, cuando aparentemente deje de existen para ustedes ella me apoyo, somos amigos o algo parecido a eso, estoy estudiando ahora, ciencias jurídicas no está mal he logrado adaptarme y espero respuesta de una beca a otro país.

Mito decidió irse conmigo si lo logro, ella piensa visitar a su abuelo, está enfermo y al haber muerto sus padres  hace dos años todo le quedara en su poder ¿podría ayudarte a asociarte con otra de las empresas más destacadas del mundo? No diré que fue por mi que ustedes puedan reunirse, alejarme y desaparecer de sus vida puede que sea mejor.

He cambiado mi nombre, y tomé el apellido de Mito, no quise, trate de rechazarlo pero no me dejó. Ahora somos ¿hermanos?

No me gusta el pelo rojo, realmente siendo que va en contra de mi color de piel, los lentes de contactos no están mal, el violeta de los Uzumaki es hermoso.

Tobirama muro hace tiempo, murió el día que te conoció, el día que se dejo atrapar en tus palabras y caricias, pero estaba bien, realmente estuve feliz por esos minutos, por esas horas. Así que sí se me diera la oportunidad de regresar al pasado, lo haría y si pudiese repetir todo esto, volvería a verte irte por la puerta 9 tú solo, si eso significase que volverías a besarme. 

One Shots (madatobi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora