CHAPTER 4: DEPRESSION

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La acusación retumbaba en su cabeza, le dolía que fuera cierto. Al final la vida de Jaebeom había terminado por su culpa.

— Yo... Yo no quería eso —sollozó.

— Y, sin embargo, lo hiciste.

— Sólo quería que el estuviera bien.


— También querías deshacerte de tu miseria —dijo comprensivo aquel hombre— Perder a la persona que más amas es doloroso, pero estás aquí, y por él, debes continuar.


— No quiero —lloró.


— Aunque no lo desees así debe ser —chasqueó los dedos.

Ahora se encontraban en en centro de la ciudad, la universidad en la que ambos chicos asistieron.


— El destino está escrito —dijo mientras veía a los estudiantes pasar— El camino es lo único que puedes cambiar, la ruta y los pasos que decidas seguir son tuyos, pero el final de tu trayecto está establecido desde antes de que siquiera existieras.


El extraño guardó silencio contemplando a cada persona.

Jinyoung miró el lugar, su primer encuentro, el primer beso, más tarde su primera cita e incluso el primer te amo.

Jaebeom había sido el primero en todo, el amor de su vida y juraba que siempre lo sería.

Pero dolía, recordarlo en silencio, saber que no estaría con él durante el resto de su vida, aún le dolía.


— A veces lo que sucede tiene un significado, en otras ocasiones sólo es el plazo que cumpliste —explicó con calma— Lo único que nos queda es reflexionar que haremos con el sufrimiento.


Pensó acerca de lo dicho. No podía, trató, pero fracasó.


— ¿Y si no puedo? —preguntó derrotado.

— Tendrás que encontrar una manera.

— Me siento miserable —respondió cansado.

— He pasado lo mismo que tú —comentó— También perdí a alguien.

Jinyoung se sorprendió ante la confesión.

— ¿También usó el reloj?

Asintió.— Así fue, cometí errores.

— ¿Cómo lo hizo? —preguntó desganado— ¿Cómo superó todo?

— Sufrí tanto como tú, pero entendí que aunque lo quiera no puedo cambiar nada. A veces cuesta superarlo, y puede tardar mucho, pero en algún momento dejará de doler.

El hombre lo miró y extendió su mano.

— Lo necesito de vuelta.

Jinyoung se lo quitó y dudó un poco antes de entregarlo.

— ¿Cómo sabré en qué momento lo habré superado?

— En el momento que los recuerdos no te lastimen.

Nuevamente chasqueó los dedos y estuvieron en el departamento.

— Toma el tiempo que necesites, pero no dejes que ello te desconecte de todos, disfruta lo que aún tienes, no sabes en que momento lo puedes perder.

El hombre desapareció entre la bruma negra.

Park pasó un tiempo analizando cada palabra, se ducho y regresó a la cama cansado.

— No puedo —murmuró.

Lloró y lloró, tanto hasta que finalmente se quedó dormido.

11 MINUTES  [BNIOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora