𝔢𝔩 𝔰𝔢𝔫̃𝔬𝔯 𝔢𝔰 𝔪𝔦 𝔭𝔞𝔰𝔱𝔬𝔯...

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Los errores son unas de las cosas que las personas más suelen cometer, y hay que admitirlo, aunque no le gustara decirlo es verdad, el había cometido más de uno

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Los errores son unas de las cosas que las personas más suelen cometer, y hay que admitirlo, aunque no le gustara decirlo es verdad, el había cometido más de uno.

─ Jack ven ayúdame a poner estos cubiertos. ─Su madre lo llamó, rodó los ojos cansado.─ Tu hermana llegará en poco tiempo junto a tu padre, según, nos dará una grata sorpresa. ─Una sonrisa se pintó en los labios de la pelirroja, Reborn suspiró.

Se acercó a la mesa, tomando la caja de cubiertos y sacando algunos para acomodarlos sobre la mesa.─ Ya mismo te ayudo, Julia. ─Dijo de mala manera, no estaba de buen humor en ese momento y tal vez, solo tal vez, se lo estaba desquitando con su madre.

La mujer se llevó una mano al pecho, abriendo la boca lo más que podía mientras soltaba un pequeño ruido de exclamación.─ ¿¡Como te atreves?! ¡Como te atreves a llamarme por mi nombre, Jack Conway! ─Apretó sus labios dándose cuenta de su error, su sorpresa fue mucha cuando dejó de oír los gritos de su progenitora a cambio de un simple suspiro, alzó la mirada encontrándose de nuevo con la suave sonrisa, alzó una ceja.─ Jackie, corazón, ordena esto para que ayudes a mami ¿vale cielo? ─Sintió como le agarraba la mejilla para depositar un beso en esta.─ Gracias.

─ Pero...

𝐋𝐄𝐕𝐈𝐓𝐈𝐂𝐎 𝟏𝟗: 𝟏𝟕-𝟏𝟖

Su madre terminó de colocar los platos y demás cosas sobre la mesa, un lindo banquete estaba ya por fin formado sobre la mesa, exhaló tomándose la libertad de sentarse en el cómodo sillón, tiró su cabeza hacia atrás cerrando los ojos.

¿Por qué justo cuando menos quería debía volver a verle? No solo a su hermana, no, a él.

El timbre sonó dando a entender que los invitados habían llegado, un grito de su madre indicandole que abriera la puerta llegó a sus odios, se levantó.

Abrió la puerta con suma pereza viendo como dos hombres y una mujer esperaban pacientemente, alzó ambas cejas dandoles un lado para que puedan entrar, recibiendo saludos al pasar.

Su padre le miró con una sonrisa, le devolvió esta -aunque parecía más una mueca ante todo- así mismo su hermana le dedicó unas palabras, notó que cuando hablaba el agarre en la mano de su novio se intencificaba.

Oh, sabia a lo que se refería.




























Leía aquel libro por sexta vez en el dia, claro, al seguir el camino del señor debía leer su libro sagrado cada día.

Perxas le miró con aburrimiento, había pasado más de media hora viéndole murmurar cosas alazar sin saber que decía, no lo comprendía.

𝐆𝐎𝐃 𝐈 𝐍𝐄𝐄𝐃 𝐑𝐄𝐃𝐄𝐌𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍 ; RebornplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora