Capítulo 6: El robo

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Había una vez un planeta conocido como planeta Namek. Un planeta con una buena atmósfera, clima y ecosistema, es por eso que de ahí un grn número de seres vivos aparecieron. Los gobernantes de ese planeta fueron los namekianos, seres verdes capaces de regenerar las partes de su cuerpo y de hacer hijos sin necesidad de reproducirse.

Sin embargo, no todo lo bueno dura para siempre

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Sin embargo, no todo lo bueno dura para siempre.

El planeta sufrió un cambio climático que afectó al planeta, produciendo una gran destrucción de este. Muchos namekianos murieron, otros emigraron a otro planeta y otros se quedaron.

Uno de estos namekianos era apenas un niño.

Sin embargo su padre decidió enviarlo a un planeta parecido al de Namek, en el cual podría sobrevivir

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Sin embargo su padre decidió enviarlo a un planeta parecido al de Namek, en el cual podría sobrevivir. Le prometieron al joven namekiano que irían a por él cuando las cosas se pusieran mejores, y con ese pretexto el niño fue enviado a la Tierra en una nave.

Mientras iba en la nave hubo una turbulencia, por lo que golpeó su cabeza y el joven niño perdió su memoria, olvidando de dónde venía y la promesa de su padre, sin embargo al llegar a la Tierra encontró un papel que decía que esperara, que el llegaría.

Al ser un namekiano y alimentarse solo de agua, el niño esperó es unas montañas desiertas a la espera de su padre.

Pasaron años y años...

Nadie llegó.

Después de 30 años desde que llegó decidió que ya fué suficiente y que no esperaría más, así que decidió investigar el planeta.

Comenzó a volar por todo el lugar, vió a los humanos, una raza fuerte que tenía súper poderes. Al investigar el mundo y ver las injusticias, decidió crear las esferas del dragón, 7 esferas que concederían un deseo.

Sin embargo este poder podía ser peligroso. Nada más ni nada menos que el Dios de la Tierra, una entidad sin cuerpo, se comunicó con el alien, avisandole de que podría ser peligroso, por lo que el namekiano dispersó las esferas, haciendo que sea difícil y casi imposible encontrarlas.

El namekiano comenzó a interesarse por el Dios de la Tierra, por lo que se hizo cercano a él. Descubrió que el Dios buscaba un sucesor, ya que no tenía mucho tiempo más para vivir. El namekiano, con buenas intenciones, decidió ofrecerse, pero no pudo tener el puesto.

Goku en Boku no HeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora