capitulo 4

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El Omega saltaba ensima del pelinegro, continuaba con su vaiven de caderas sacando e volviendo a introducir su miembro acercandose cada vez más al orgasmo. Ya había aceptado por completo que eran mejor amigos, la pasaba bien juntandose despues de entrenar con el pelinegro. ¿Por que habían sido tantas las ganas de que su Omega y el alfa del contrario volvieran a unirse?

Y ahora que lo pensaba, habían vuelto a los mismos habitos de secundaría, sexo sin compromiso, siendo los mejores amigos sin incomodarles nada. Aunque ahora Hinata había marudado y no le dolía como cuando era un idiota adolescente, no necesitaba con todo su ser a ese alfa.

Solo bastaron unas estocadas mas y Hinata llegó al orgasmo junto a Kageyama, y en su cabeza pasó el tonto pensamiento con sarcasmo "Esta vez si nos pusimos condon."

¿Cuantas veces lo habían hecho? Unas tres o cuatro veces tal vez desde que lo volvieron a hacer devuelta. Solo pensaba que le hacía feliz obtener un poco de placer.

¿Cua... Cuanto te mide eso?—Preguntó aún sin recuperar la respiración. Y lo preguntaba por que casi no le entra, y por el placer que le provocaba.

No lo se, creo que 19 o 20 centimetros, ¿Quien se mide eso? Bueno en la adolescencia lo hice por que era un idiota y me había dado 17 cm, pero ahora ni idea.—Kageyama respondía sin verguenza alguna y serio acariciandole la espalda al pelinaranja que le miraba casi con indignación.

¡¿19 centimetros?!¡Mide demasiado!—Decía alterado.

Callate que te gusta que te la meta toda.—Se levantó dejandole solo en la cama, bueno esta vez había ganado Kageyama.—Hey Boke, bañate, ¿Quieres salir?—

Lo siento, tengo que volver a casa temprano hoy.—Se estiró peresosamente tapandose con las sabanas del contrario.

¿Quieres que te lleve a casa?—Decía orgulloso de que manejaba un auto, hace un mes que había conseguidó la lisencia de conducir y con lo que le pagaban sus patrocinadores logró comprarse un vehiculo lujoso. Cosa que envidiaba Hinata, más de tres veces intento sacar el carnet de conducir y falló las tres.

No, tranquilo, tomare un taxi.—Dijo por ultimo encerrandose en el baño y encendiendo la ducha. Kageyama notaba como por alguna razón se negaba a que el pelinegro vaya a su casa, no era algo que le ofendiera o algo, le molestaba el hecho de que este Hinata sea misterioso, y se mantuviera todo lo suyo solo para el. Definitivamente había marudado mucho.

[...]

Papa, todos me molestan por ser el unico que no tiene un papi alfa.—Hinata mimaba los cabellos de su hijo y triste le miró por el comentario.

¿Enserio?¿Quienes son esos tontos? ¿Tu que hiciste?—Shoyo lo tomó de los cachetes preocupados.

Todos mis compañeros. Pero yo les dije que no necesito un papi alfa idiota, Por que mi Papa es mejor que el de todos los tontos esos.—Sus palabras eran inocentes pero se mantenía serio con el ceño fruncido, era igual a Kageyama cuando se ponía serio. Hinata carcajeo y le abrazó.

Así se habla, hoy como premio de tu valentía tienes galletas despues de la cena.—Hidaka festejó y corrió en busca de su perrito de juguete el cual siempre agarraba para festejar o dormir y volvió al regazo de su padre.

Pero papa... ¿Por que no tento otro papa?—Se atrevió a preguntar el niño, haciendo que la mente se Shoyo quedase en blanco, esa pregunta, siempre le tubo miedo. Nunca la había preguntado, pero le daba miedo que la preguntase y bueno ahora estaban en esa situación.

Bueno... El... Tu otro padre... El no me amaba, no amaba a papi de la misma forma en que yo lo amaba, el se tuvo que ir y se separo por que tiene otros asuntos en otros sitios que atender, pero en algún momento vendra y...—

Yo no quiero otro papa que no quiera a mi papi.—Dijo el pequeño con el peluche en brazos y salió corriendo devuelta. Bueno creo que la había cagado. En algún momento sabia que lo tenía que saber, pero mientras pudiera mantenerlo en secreto y eso sea para siempre para no arruinar la vida del alfa y la de su hijo prefería mantenerlo así.

Era solo un pequeño secreto, un secreto de todos.

Hidaka ven, eso no es lo que quise decir.—Salió corriendo tras el menor, intentando remediar lo que había provocado, tampoco quería que tenga un pensamiento negativo de no querer nunca otro padre. Por eso los temas delicados los iba a tratar Kenma o su madre en un futuro.

Le hacía recordar a la primera vez que le dejaron solo con el bebe y comenzó a llorar, no sabía que hacer y hasta le puso un video de Voley haber si se calmaba. Claramente luego llego su madre y le explico que el pequeño tenía  hambre, pero siempre fue aprendiendo, y siempre hacía todo lo que le podía hacer feliz. Y por eso en mucho tiempo la criatura le hizo feliz pero se perdió mucha felicidad de la que tenía antes.



Pequeño secreto [Kagehina-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora