Pequeño secreto [Kagehina-Omegaverse]

capitulo 11

El omega se mantenía nervioso mientras el alfa no le paraba de mirar.—Deja de mirarme y habla ya.—Ambos se encontraban sentados en la cama del pelinaranja enfrentados entre si.

—¿Que somos nosotros Shoyo?—El recien nombrado se oculto entre sus rodillas para no mirarle algo enojado.

—No lo se... Tu dime... Tu eres el que nos ha entrelazado sin decir nada, ademas de que te apareciste en mi casa y alfinal no dijiste nada despues de haber conocido a Hidaka.—

—Yo te dije que quería que seas mi pareja, que seas mi Omega y tu fuiste el que me rechazaste.—

—Tu no sabías que te mentí, que te oculte a tu hijo. No sabías lo que querías realmente...—

—Sin o con Hidaka aún quiero que seás mi Omega, aunque me lo hayas ocultado, todavía quiero que lo seas.—Hinata hipeo y no respondió de la verguenza y los nervios que mantenía en ese momento, pero el alfa no aguantaba mas y se acercaba poco a poco al cuerpo del Omega que aún sin verle sentía como se acercaba a el.

Tocó con delicadeza las manos del Omega que abrazaban su propio cuerpo y las apartó logrando sacar su rostro de su escondite, prosiguió acostando al Omega y colocandose ensima de el.

—¿Serías mi Omega?—Besó la comisuela de sus labios y ubo un pequeño silencio hasta que Shoyo se pusiera a llorar denuevo sin razón.—Hey... Tranquilo...—Le abrazó queriendo calmarle.—No tienes por que ponerte así, si no quieres no hay...—

—S-si quiero Baka...—Limpió sus lagrimas y a Kageyama se le escapó una pequeña carcajada.

—¿Entonces por que te pones así Boke? Me asustas.—Acomodó sus cuerpos dentro de la cama acariciando sus cabellos apagando las luces para sentirse en la oscuridad con tranquilidad. Pasarón unos minutos en total silencio con sus respiraciones controladas sintiendose calidos entre si.

—Perdoname por ser un Omega tonto... me ubiera gustado haberlo criado estoa cinco años contigo... Pero estoy feliz... de que hayas decidido quererme como Omega y al niño.—Dijo por ultimo y sintió como se quedó profundamente dormido.

[...]

—Papa...—El pequeño Hinata se había levantado temprano y jalaba las mangas del pelinaranja que dormía profundamente.—Papi...—Shoyo adormilado volteó a verle aún demasiado dormido y casi sin poder levantarse por el cuerpo del pelinegro.

—Ve a dormir cariño es temprano.—Volvió a cerrar sus ojos pero Hidaka seguía jalandole de las mangas.—Bueno, ven... sube y duerme conmigo.—

—No quiero. No quiero dormir con el, ¿Por que estas durmiendo con el?¿Por que papa duerme con Tobio?—Hinata recíen cayó en cuenta que se encontraba durmiendo con el colocador del equipo y nervioso sin saber que decirle al niño se sentó.

Aunque le salvó de sorpresa Kageyama quien se adelanto en levantarse y tomó al niño arojandolo a la cama.

—Y Hidaka Hinata fue derrotado por Kageyama Tobio.—

—¡No es justo no estaba preparado!—Le acusó parandose en la cama comenzando a saltar subiendose en la espalda del alfa. Shoyo solo negó cansado y bostezó con una pequeña sonrisa en su rostro.

Intentó levantarse pero Kageyama le frenó y beso una de sus mejillas, aunque el pelinegro recibió un golpe por parte del niño.—¡No bese a Papa, cochino!—

—¿A quien le dices cochino Mini Boke?—

—¡A ti alfa inutil!—"Kenma" pensó y se retiró a hacer el desayuno. Aveces no podía creer lo que estaba viviendo, tanto que no podía asimilar las cosas, su cabeza aún no lo procesaba, estaba teniendo un amorio como un adolescente y un hijo como un adulto, nunca creyó que amabas cosas podrían fucionarse logrando una familia.

Y asi paso el día, dejaron al niño con Kenma, fueron a entrenar, lo volvieron a buscar, se bañaron, cenaron, y finalmente lo volvieron a acostar, esta vez fue Hinata ya que ultimamente Tobio le dormía.

Suspiro cerrando con cuidado la puerta de su habitación, y volteó observando como Tobio le esperaba recostado en la pared sin dejar de mirarlo, aún se ponía nervioso ante el y su mirada, o todo lo que tenga que ver con el alfa. Agachó la mirada y se acercó hasta ponerse frente a el.—Y-ya... ya lo dormí.—Este solo asintió sin decir nada y tomó de la cintura a este acercandolo hasta pegarlo contra su cuerpo.

—¿Por que no vamos a la cama?—Le susurró a la oreja liberando feromonas pero no tantas como para que quedasen en el aire, solo para que llegasen al Omega. El cual tembló y se apoyó en su pecho asintiendo.

Kageyama le alzó y se lo llevó hacía su cuarto, cerrando tras el y depositandolo en la cama atacando por fin sus labios y cuello.

—E-esta H-hidaka...—

—Entonces tendras que tratar de no hacer mucho ruido.—Mordió su oreja pasando su mano por su espalda provocandole escalosfrios.