3- Leona enfurecida

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Harry:

- ¿Entonces me dices que te tropezaste con Draco? - Preguntó Hermione viéndolo ilusionada. ¿Que le pasa?

- ¡Que si! -Respondió el azabache por tercera vez.

- ¿Y no sentiste nada? - Preguntó la castaña nuevamente.

- ¿Sentir algo como que? ¿Odio? Es mi enemigo desde que llegue aquí, es lo que debo sentir cada vez que chocó con su jodida existencia ¿No? - Respondió el azabache fulminando a la mesa de los Slytherin. Hermione estaba más que furiosa si tan solo el estúpido de su amigo supiera la verdad no diría las ridiculeces que acaban de salir de su boca.

- Maldito hurón teñido... Tenía que tropezarse en mi camino, ah...estaba tan de buen ánimo hasta que me jodió el día. - Murmuró para si mismo, pero lo que en verdad el ojiverde no sabía era que todas las palabras que salían de su boca eran mentiras, el realmente no sentía nada de eso.

- ¡Eres un imbécil Harry James Potter! - Gritó haciendo que todos en el gran comedor se les quedará mirando curiosos.

- ¿Y ahora que Hermione? ¿Estás bien?

- Es que... Es que eres un... ¡Idiota! Si eso, un idiota. Pudiste haber vencido a Lord Voldemort cuando eras apenas un bebé, y también podrás ser el elegido, agregándole que talvez seas el mago más poderoso del puto mundo pero aún así Potter, aún así eres un idiota. - Gritó la castaña destilando veneno por su boca ganándose las miradas impactadas de todos en el comedor incluyendo a los profesores y la verdad es que nadie había visto a Hermione comportarse así y menos con Harry, con Ron lo hacia usualmente pero no a este nivel. La leona se enfureció como nunca antes.

Y mientras la leona se desahogaba el león de ojos verdes seguía en las nubes, pensando si su mejor amiga finalmente había perdido el juicio o si Ron no le había dado el cariño que seguramente necesitaba.

- Amor cálmate, no pue...-Trató de calmarla el pelirrojo pero la leona respiraba agitadamente y su rostro estaba tan rojo como el color de su bufanda.

- No te comprendo Hermione ¿De que hablas?

- ¡Nada Harry! No me hagas caso, no le tomes mucha importancia a tus pesadillas, ni trates de esforzarte en descubrir la verdad Harry. - Dijo con voz baja para después agarrar su libro y marcharse furiosa como una leona.

- ¿Crees que esté en sus días? - Le preguntó el azabache al pelirrojo quien aparentaba que se encontraba muy concentrado en su comida, la verdad se está comiendo por dentro de los nervios ¡Esta situación no podía seguir así!

- No lo se Harry...-Contestó Ron con indiferencia. La verdad es que el sabía todo, absolutamente todo.

Harry se molestó, realmente no sabía que le pasaba a sus mejores amigos, los dos estaban muy extraños y tenía la sensación de que ambos le ocultaban algo y ese algo tenía que ver con el príncipe de Slytherin. ¿Porque pensaba eso? Porque resulta que por milagros de la vida o a lo mejor un hechizo que le lanzaron a sus amigos, tanto como Ron y Hermione defendían al maldito rubio teñido cada vez que Harry decía algo malo de él.

De repente Harry Potter volvió a darse cuenta del sentimiento que lo invadía desde que despertó en la enfermería hace dos semanas, él se sentía vacío, era como si algo le faltará y las malditas pesadillas no eran de mucha ayuda para su constante frustración.

En una de sus ya habituales miradas fulminantes dirigidas a la mesa de Slytherin algo llamo su atención, algo que le parecía raramente familiar y confuso. La mancha rubia de sus sueños era muy parecida al cabello rubio del hurón teñido, y el solo pensamiento le hizo reír a carcajadas haciendo que todos lo vieran como un demente. Si, talvez el lo estaba. Era jodidamente imposible que soñara con el cabello rubio de Malfoy, ¡Por Merlin! Era supermega IMPOSIBLE que soñara con Draco Malfoy.

Obliviate (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora