Aterrizaje de emergencia

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La nave se estremeció y crujió mientras sus cohetes de propulsión a chorro intentaban ir en todas direcciones al mismo tiempo. Zaphod logró asestar una patada a una palanca pequeña que formaba parte del circuito de dirección.
La palanca se rompió. La nave giró bruscamente y salió disparada hacia arriba. Los tripulantes se desperdigaron violentamente por la cabina. El ejemplar de Ford de la Guía del autoestopista galáctico chocó contra otra sección de la consola de mando y de pronto la nave comenzó a caer del cielo. Uno de los tripulantes sufrió una magulladura desagradable en el brazo.

-Impacto a menos veinte segundos- dijo el ordenador.

-¡Entonces vuelve a conectar los benditos motores!- gritó Zaphod

-Claro- dijo el ordenador.

Los motores volvieron a encenderse, la nave dejó de caer y se enderezó suavemente. Al hacerlo, quedó al revés, y como estaban tirados en el techo, a los tripulantes les resultaba totalmente imposible manipular la dirección.

-Ahora sí vamos a morir, ¿verdad?- dijo Arthur con pena

-¡Deja de decir eso!- gritó Ford

-Pero vamos a morir, ¿no?

-Sí

A Arthur entonces se le ocurrió una idea. Se puso de pie con dificultad y miró hacia arriba, al tablero de mando

-¿Por qué no conecta alguien eso de la Energía de la Improbabilidad? Tal vez podamos alcanzarla

-¿Te has vuelto loco?- dijo Zaphod. -Sin programación adecuada podría pasar cualquier cosa

-¡¿Y que importa a estas alturas?!- gritó el pelirrojo desesperado.

Arthur hizo un esfuerzo para llegar al interruptor y lo activó. Lo que pasó a continuación fue una espantosa explosión de luz y sonido. Un pulso de energía salió de la nave y cubrió gran parte de los alrededores donde orbitaba. Lo que ocurrió luego fue que la nave, Corazón de Oro, siguió su ruta con absoluta normalidad, ademas de algunas modificaciones en su interior.

Ford, aturdido por la explosión, se acercó a los controles e hizo aterrizar la nave lo mas pronto posible. Algo molestaba su visión, lo corría de su rostro mientras intentaba llegar a suelo seguro. Cuando la nave tocó tierra todos los tripulantes suspiraron con alivio.

-¿Qué demonios ha pasado?- preguntó Ford.

Llevó una mano a su garganta al sentir su voz rara, entonces dejó salir un quejido de dolor por otra parte que no era su boca.

-¡Aah!

Palpó con temor si cuello, había una cara donde debía estar su garganta. Miró sus manos, tenía anillos en cada dedo de sus cuatro extremidades nuevas. Llevó las manos a su cabeza, lo que tanto le incomodaba era la larga cabellera rubia que ahora tenía.

-¡Aah!- esa sí era su voz, pero él no había gritado.

Zaphod miraba con horror el traje beige que llevaba puesto y tocó su cabeza horrorizado por la calva repentina que portaba.

-¡Soy calvo y de color barro!

Ambos se vieron a sí mismos al otro lado de la nave y gritaron con horror. Corrieron hacia el otro y se miraron incrédulos

-¡Tienes mi cuerpo!- dijeron ambos

-Oh no

Marvin dijo desde el rincón donde había estado todo el tiempo.

-¿Acaso el robot venía con nosotros?- dijo una voz desconocida

Los hombres vieron hacia otra parte de la nave y se abrazaron con terror. Del suelo se levantaba un hombre extraño que no habían visto antes. Ford entonces recordó a su amigo terrícola y pasó la mirada por la cabina

-¿Arthur?

-¿Qué?

El extraño hombre respondió. Cuando se puso de pie golpeó su cabeza con una pantalla del ordenador de la nave

-¿Quién bajó esto?

Bajó un escalón y casi se cae por pensar la sensación de que el suelo estaba mas lejos. Zaphod se acercó con precaución al desconocido y lo miró con desconfianza

-¿Quién eres tú? ¿Cómo llegaste a mi nave?

-¿Dónde esta Arthur?- preguntó Ford desde la distancia

-¿Tu nave? La nave es de aquel tonto- dijo el extraño a Zaphod

-Que problema- dijo Marvin

-No me falte el respeto que yo no le he hecho- se quejó Ford

-Yo soy Arthur

-El terrícola es pelirrojo y pequeño como un ratón- dijo Zaphod

Arthur tardó un poco en comprender la situación en la que estaba, se sabe que los terrícolas no destacan entre las especies inteligentes.

-Cambiaron cuerpos. Pero entonces..¿no debí cambiar con Marvin?

Arthur miró su cuerpo, pectorales firmes, brazos fuertes, mas altura y vestimenta completamente oscura.

-Soy un robot, no tengo mente que se pueda intercambiar

Arthur miró a los demas con panico.

-Recuerda el libro, Arthur. No entres en panico- dijo Ford, en el cuerpo de Zaphod

-¿Quién tiene mi cuerpo? ¿Por qué sucedió esto?

-Como un Factor de Improbabilidad- dijo de repente el ordenador, -Debido a haber activado el interruptor de la Energía de la Improbabilidad

-Ciertamente esto es algo improbable- dijo Ford

-Quiero mi cuerpo. Hay que encontrar a quien tenga mi cuerpo. A este hombre

Arthur se señaló a sí mismo, refiriéndose al cuerpo ajeno que controlaba ahora mismo.

-Dejaremos la nave e investigaremos la zona. No debe ser difícil encontrarlo, eres bastante grande- dijo su amigo

-Si algo en esta nave mas grande que mi ego encuentrenlo y disparenle- dijo Zaphod sin prestar atención a la conversación

-No debe estar lejos. Debió ser alguien que estaba dentro del rango del pulso de Energía de la Improbabilidad

-Alguien que ya pudo haberse marchado o entrado en panico por encontrarse en otro cuerpo

-¿Llevaremos a ese robot con nosotros?- preguntó Ford

Zaphod quitó la vista de sus manos y miró a Marvin

-¿El androide paranoico? Si, lo llevamos

-¿Y que vamos a hacer con un robot maníaco-depresivo?

-¿Crees que tienes problemas?- dijo Marvin, -¿Qué harías si fueses un robot maniaco-depresivo? Oh,no te molestes en responder. Soy miles de veces mas inteligente que tú y nisiquiera yo sé porque estoy deprimido. Me da dolor de cabeza solo ponerme a pensar a tu nivel

-Bien,esta decidido- Arthur dio una palmada, -Iremos todos en busca de mi cuerpo

Se movió hacia la izquierda y chocó con la misma pantalla. Ford se encargó de hacer salir a todos de la nave y dejarla asegurada, tener cuatro manos era realmente util.

Improbable (Kharthur)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora