No pises el suelo

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Arthur se sentía observado. Caminaba delante del grupo, ansioso por encontrarse. Se dio la vuelta y miró a los dos hombres tras él

-¿Qué tanto me miran?

-Tienes grandes hombros- dijo Ford

-¿Por qué eres mas apuesto que yo? Nadie tiene permitido serlo- dijo Zaphod

-Créeme que te ves mejor con el cuerpo de Ford- dijo Arthur despectivo

-Parece el cuerpo de un guerrero- dijo Ford-. Me parece conocer su especie, pero no estoy seguro. ¿Qué me puedes decir del cuerpo? ¿Cómo te sientes?

Arthur se miró, tocó su abdomen y frunció el ceño.

-Hambriento

-Se exactamente donde podemos conseguir comida- dijo Zaphod

-¿Dónde?- preguntó Arthur

-En ese lugar

Todos vieron a lo lejos el conveniente restaurante espacial que se alzaba en la zona. Tenía un gran cartel en forma de flecha que lo señalaba y varias naves de diferentes tamaños flotando a su alrededor, eso indicaba clientes.

-El Restaurante en el fin del mundo- dijo Ford fascinado

-Andando-dijo Zaphod

El grupo se puso en marcha, pero luego de unos pocos pasos algo inesperado salió del suelo arenoso y golpeó al presidente espacial en el rostro

-¿Qué fue eso?

-¿Qué fue qué?- preguntó Ford volteando

-Algo me golpeó

-Tu propia estupidez- dijo Arthur

El presidente miró cauteloso a los lados y dio un paso a la izquierda, algo salió nuevamente a golpearlo. Era rapido y desaparecía antes de que se recuperara del golpe.

-¡Son serpientes!

-Aquí no hay serpientes- dijo Ford-. Se extinguieron hace 200 años

-¿No existen las serpientes en el espacio?- cuestionó Arthur

-No desde el año..- algo golpeó a Ford en la cara de repente cortando su explicación

-Ford, ¿estas bi..- esta vez fue a Arthur- ¿Qué demonios fue eso?

-¡Nadie se mueva!- dijo Ford

Los cuatro se quedaron muy quietos, nada pasó.

-Muy bien, ahora daremos un paso a la vez. Uno..-

Los tres hombres fueron golpeados en el rostro a la vez. Arthur alcanzó a agarrar una de esas cosas con la mano y sostenerla con firmeza

-¡Eso es,Arthur! ¡No lo dejes ir!- gritó su amigo

-¡¿Qué es esto?!

-No tengo idea, pero que reflejos tienes

-¡¿Qué hago ahora?!

-¡Sácalo del suelo!

Arthur tiró con toda su fuerza hasta que la extraña cosa fue arrancada de sus raíces. Parecía una pala de goma con vida propia. La tiró al suelo y allí quedó, inmovil e inerte.

-Parecen reaccionar al movimiento. No podremos cruzar caminando- dijo Ford

-Moriremos de hambre, y no por una buena causa como Ghandi- dijo Marvin

-Debe haber una forma de llegar al restaurante sin pisar el suelo- dijo Zaphod

-Con una nave- dijo Arthur

-No tenemos una nave

-Dejamos una 25 kilómetros atras

-Demasiado lejos

-¿Demasiado lejos? ¿Es una broma? ¿De que otra forma cruzaremos este campo minado?

-Tengo muchas ideas, pero todas llevan a una muerte segura- dijo Marvin

-Gracias por el apoyo, androide- contestó Ford irritado

-¿Y si robamos una nave?- sugirió Zaphod

-No robaremos nada- respondió Arthur

-Preguntemos- dijo Marvin

El robot caminó tranquilo hacia unos extraños seres que bajaban de una nave pequeña. Los tres hombres se vieron entre sí y siguieron al robot.

-Disculpen- dijo Marvin, -¿Podrían prestarnos su nave?

-¿Por qué les daríamos nuestra nave a ustedes?

Los dos seres miraban con desdén al robot. Zaphod dio un paso al frente con orgullo

-¿Acaso no saben quien soy?- dijo altanero

-¿Un terrícola?

Zaphod se vio a sí mismo, tomó a Ford del brazo y lo obligó a hablar. Ford imitó a su amigo

-¿Acaso no saben quien soy? Yo soy Zaphod Beeblebrox, presidente de la galaxia

-No es cierto

-Cuenta las cabezas, cariño- dijo Zaphod desde atras

-¿Y qué si es así? Fuiste elegido por accidente, todos lo saben

-¿Por qué se tardan tanto?- preguntó Arthur acercándose a ellos.

Su voz sonó mas enfadada de lo que esperaba y alertó a los seres egoistas. Vieron a Arthur con terror y se susurraron

-¿Acaso es..?

-Sí, es

-¿Él?

-Él

Los seres se apartaron de la nave y alzaron las manos rendidos

-Es toda suya

-Por favor no nos mates

Los seres huyeron despavoridos, solo para ser noqueados por las extrañas criaturas pala. Arthur se notaba confundido, aún no procesaba la información de su cuerpo siendo intimidante.

-Bien hecho, muchacho- dijo Zaphod. -Ahora podrías ser util

-¿Ahora?

-Consideré lanzarte de mi nave en varias ocasiones

El presidente galactico abordó la nave y se puso en el asiento de mando. Ford fue el siguiente en subir, Arthur abordó luego y ayudó a Marvin. Estaban apretados en la cabina y la cápsula apenas lograba cerrar con todos ellos dentro.

-¿Listos para comer? ¡Bon Appetit! Es latín para vamonos

La nave arrancó con un estallido. La inercia echaba a todos hacia atras; Zaphod se sujetaba de los controles, Ford de la silla del piloto, Marvin de Arthur, y Arthur solo se sostenía de la pared. En un segundo aparecieron junto a las otras naves detenidas junto al restaurante, se sintió como una teletransportación.
La cápsula se abrió hacia atras y todos estiraron sus extremidades, Marvin se volvió a colocar el brazo que se le había soltado en el veloz viaje.

-Hora de comer

Zaphod puso un pie fuera de la nave y, antes de caer a la arena, una plataforma redonda apareció bajo sus pies, levitando suavemente. Los demas lo imitaron y las plataformas los llevaron hasta la entrada del restaurante. Ingresaron uno por uno, Arthur fue el último y se hizo un silencio sepulcral cuando cruzó la puerta.

-¿Por qué todos nos miran?- preguntó a Ford

-Claro que es por mí. ¡Saludos leales seguidores!- dijo Zaphod sacudiendo las manos

Todos los comensales lo ignoraron y regresaron a sus comidas. Zaphod maldijo el cuerpo que tenía y se dirigió a la primera mesa vacía que vio. Al pasar entre las mesas, Arthur se sentía mas que observado, se sentía expuesto. ¿Tan extraño era ese cuerpo? No lo sabía, no se había visto en un espejo desde el incidente.

Improbable (Kharthur)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora