Brave (DeteGuard #1)

Capítulo 23

Capítulo veintitrés: No hago esto en la primera cita.

01 de enero del 2021

Correspondí automáticamente a su beso y pude sentir mi cuerpo derretirse. Él no era suave, no era tierno. Me mostraba cuánto tiempo había deseado esto, me besaba como si fuera algo que le pertenecía. Como si fuera suya desde siempre.

Apretó su agarre mientras el sonido de los fuegos desaparecía poco a poco. Se separó pegando su frente a la mía, no abrió los ojos y yo los cerré disfrutando el momento.

"Lo hago, te quiero ¿Por qué lo dudas?".

"¡Desde hoy sieeeempre te llamaré príncipe Naveen, Valentín!".

"Mi linda Addison".

"Te amo incluso más de lo que yo me amo a mí, y no sabes lo peligroso que eso es".

"Te estoy dando todo de mí, Brave".

"Me estoy olvidando de las cosas".

"¿Cómo no voy a saber cuándo me mira la chica que amo?

"Tú eres la chica que ama los abrazos y ver las nubes".

"Por siempre, Brave".

"Mamá... amo a un chico y me estoy olvidando de él, ¿Podrías cuidarlo si algo malo le pasa? Por favor, mamá".

"¡Andrea! ¡Valentín me pidió ser su novia!"

"Addison, ¿Estas bien? Parece... como si estuvieras muerta".

"Necesito... necesito ir con..."

"Estoy buscando a alguien, ¿Quién es?"

"No recuerdo estos últimos años".

Mi cabeza dolía, dolía mucho.

Valentín volvió a besarme una vez más, esta vez fue delicado, saboreando y memorizando mí sabor, sus manos apretaban fuertemente mí cintura y mis manos despeinaban su cabello.

—¡Mierda! Pensé qué no llovería—me dijo.

En unos segundos quedamos empapados, corrimos al auto entre risas y cuánto tomamos asiento simplemente nos observamos.

—Pondré tú banda favorita.

—Está bien.

No tenía ganas de hablar así qué no lo hice en todo el trayecto, simplemente miré por la ventana pensando en todas las cosas que venían a mí cabeza.

—Llegamos.

Bajé del auto y entré a la casa, estaba vacía.

—Gracias por la cena, la pase bien—Admití—. Y eres un pésimo bailarín.

—¡Tú pisabas mis pies, Brave!

—Tú no ibas al ritmo.

—Solo vete a dormir—Bufó—. Y no te permito qué pienses en mí esta noche.

—Uy, y yo qué moría de ganas de pensar en ti.

Levanté mí dedo corazón y subí las escaleras, escuché una pequeña carcajada qué me hizo sonreír. Subí a la habitación, me quité los tacones y me puse mí traje, me saqué el maquillaje y observé las cámaras, Valentín ya estaba acostado observando el techo de su habitación.

el sabor de su boca aún estaba en la mía, sonreí mientras tocaba mis labios recordando el momento, dejé de mirarlo y fui al baño, el espejo qué solía evitar me dio la bienvenida y a comparación de otros días no esquivé la mirada.