CAPITULO 5

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La Reina de Metal Parte 1

Las personas dentro de las edificaciones de la ciudad de metal, sentían como vibraba el suelo cada vez que su gran reina caminaba en medio de sus calles, una reina inmensa e imponente. Tenía alrededor de 10 metros de alto, y superaba en gran manera todo lo que existía en la ciudad.

El mundo de Leviv contaba con la más grande y poderosa de las gobernantes.

¡¡¡Viva la Reina de Metal, viva la Reina Denisse!!!

Coreaban los residentes de la ciudad, cada vez que ésta caminaba por sus calles. Esto no sucedía seguido, ya que ella salía de su palacio una vez cada seis meses, mientras tanto, atendía a sus súbditos día de por medio, y su día de descanso lo utilizaba para tomar largos y calientes baños, arreglar su larga cabellera con peinados nuevos y extravagantes.

Aunque no daba la impresión, era una reina muy amable y justa.

En uno de sus días de descanso, mientras tomaba uno de sus acostumbrados baños, empezó a sentirse mareada y cada vez más débil. Luego empezó a sentirse cada vez más pequeña, aunque no había desactivado su sello. No era posible que alguien pudiese evitar que tan colosal mujer se golpeara en un desmallo, posiblemente quien tratara de hacer eso terminaría aplastado y muerto. Pero sus súbditos veían que iba haciéndose cada vez más pequeña, temían que muriera.

Y bajó el agua, la reina desapareció.

Toda la ciudad de metal entró en una profunda tristeza, fue un día oscuro y lúgubre.

Pero la reina no había muerto, se encontraba dentro de un pozo en un pueblo apartado en los Países Bajos, en un mundo llamado Tierra. Se había hecho pequeña, solo llegaba a medir un metro con sesenta centímetros de alto y el agua del pozo le llegaba hasta el pecho, cosa que agradeció ya que se encontraba totalmente desnuda.

Empezó a mirar hacia arriba con mucha frustración y angustia, lo que la hizo gritar.

Al cabo de una hora, cuando pensó que moriría de hipotermia en el lugar, apareció una joven de cabellos rubios, vestida de blanco y café, llevaba en sus manos un balde de madera atado a una cuerda, y posteriormente esa cuerda envuelta en un par de poleas que se encontraban en la parte superior del pozo.

La reina gritó.

La joven admirada de ver a una persona en el pozo salió corriendo despavorida. La reina quedó aún más frustrada que antes, ya que el pozo era demasiado alto para ella. Nunca hubiese imaginado lo que era sentirse insignificante. Respiró profundo y se resignó a esperar a que la joven apareciera nuevamente, tenía que regresar, así fuera solo por curiosidad.

Momentos después la joven se asomó nuevamente en el pozo, la reina no se había equivocado, pero esta vez ella venía acompañada de dos mujeres más, con señas le indicaron a la reina que debía sostenerse del balde y apoyarse con las piernas en las paredes del pozo para poder subir, ya que Denise no entendía una sola palabra de lo que decían.

Cuando las mujeres por fin lograron sacar a la reina del pozo, la taparon con mantas para abrigar la y la llevaron dentro de un cobertizo que quedaba en las cercanías del lugar. Allí trataron de averiguar de dónde venía, pero no lograban comprender nada de lo que Denisse trataba de explicar. Las mujeres decidieron hablar con su apoderado, el señor dueño de la mansión que se encontraba dentro de esas tierras. La vistieron y calzaron, peinaron y ajustaron, para que estuviera presentable ante el hombre más acaudalado de la región.

Como era de esperarse, al presentarla ante el dueño, no lograron comunicarse, por lo que este decidió que se quedara en sus tierras, con la condición de que fuese su sirviente y así se ganara su sustento, mostrando de esta manera co descendencia y humanidad. En lo que Denisse se adaptaba y aprendía el idioma pasaron alrededor de 5 meses, así la reina pudo comunicarse de una manera entendible, pero prefirió no hablar de su origen, ya que podían tomarla como loca y no sabría que reacción tendrían o que iba a hacer ella después.

Pasaron los meses y Denisse por fin pudo hablar fluidamente el holandés, empezó poco a poco a tratar con el personal de la mansión, a hacer amistades, pero cada vez que estaba en la cocina, ayudando con cada una de las comidas diarias, llegaba un hombre con un olor característico que hacía que se le acelerara el corazón. Un olor a madera recién cortada inundaba el comedor de los trabajadores. Denisse no entendía lo que sucedía, porqué su cuerpo reaccionaba de ese modo, quería contarle toda su historia a ese hombre, quería que Harry fuera su confidente. Las mariposas en el estómago de la reina no eran nada a lo que realmente le hacía sentir su presencia, así que tomó la decisión de hablar con él, ya no se contendría y lo miraría directamente a los ojos. Él era un hombre amable, no tendría de que preocuparse.

—Harry — llamó Denisse al capataz — ¿Puedo conversar contigo? 

Continuará...

URSULA Y EL MUNDO DE LEVIV (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora