CAPITULO 30

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"Conciencia"

"Tanto pensamos en lo que puede pasar, que termina no pasando lo que queremos. Tanto le invertimos al pensar en las consecuencias y en los efectos, que nos olvidamos de vivir y experimentar. Cierra los ojos y camina, aviéntate al vacío, conoce al desconocido, atrevete a soñar y más que todo a realizar. Toma el control y el descontrol de tu vida"

Tomado de: @nochedelasletras – Instagram

— Hayden —

De repente desperté.

Me encontré atado a los maderos, y me sentí aliviado al ver a Úrsula a pocos pasos de mí, y al fondo, asomados detrás de unas rocas, estaban el gobernante de la aldea y su esposa.

—Úrsula, lo logramos — le dije muy emocionado — lo lograste...

Ella se encontraba anonadada.

Veía en su expresión que trataba de decirme algo, su boca se abría y volvía a cerrar repetidas veces, se frotó los ojos y se pellizcó la mejilla.

—¿Qué te pasa Úrsula? — pregunté un poco confundido — ¿por qué no me desatas? Estoy viendo las lunas y me siento bien.

Ella frotó su cabeza y me dijo:

—¿Te sientes realmente bien, Hayden?

—Si, me siento bien.

—Está bien, te desataré.

En eso, el señor William pega un grito

—¡¡¡NO LO HAGAS ÚRSULA!!!

—Debo hacerlo señor William — contesta ella — él me está hablando...

Se notaba la angustia que tenía sir William, ya que su cara estaba pálida y sudorosa, y su esposa tampoco era la excepción, ya que se encontraba escondida detrás de él y agarrada a su ropaje.

—Si lo haces, te dejaremos sola aquí — le decía el señor William a Úrsula — tendrás que afrontar las consecuencias de tus decisiones.

Me quedé pensando detenidamente el porqué de la reacción de ellos, si ya Úrsula había hecho el ritual para que yo dejara de ser una bestia, ¿cuál era el temor que los albergaba?

Giro mi rostro y veo mis manos atadas, pero no son mis manos, son muy gruesas y tienen garras, giro un poco más mi cabeza y me encuentro con brazos musculosos, miro hacia el frente y la veo a ella dudosa de tomar una decisión.

—Oye, mi cuerpo ha cambiado — le digo con temblor en mi voz — pero soy yo, Hayden, el mismo que conociste en el bosque de Lepidendrón, el mismo que ha estado contigo todos estos días.

Una lagrima sale de su ojo derecho, se la limpia con rapidez, y me dice:

—Se que estás ahí dentro. Lo sé porque confío más en lo que siento y en lo que escucho, que en lo que veo, sé que me puedo arriesgar contigo.

Cuando Sir William ve que Úrsula me está desatando, se retira rápidamente con su esposa mientras lanza una expresión triste, pero amable.

—Si para el amanecer todavía están vivos, y juntos, por favor, vengan por el desayuno.

Sus palabras me llegaron al alma, me llenaron de calidez y me dieron esperanzas, de que esta transformación que tengo en este momento, cuando Úrsula me soltase, la podía controlar. Volvería a desayunar con la señora Uta, volvería a probar su deliciosa comida, de nuevo ayudaría al señor William, así fuese por una última vez, en su oficina, y, por último, pero lo más importante de todo, estaría con la linda mujer que me encontré en el camino, compartiendo todo lo anterior.

Úrsula me soltó.

Me sentía poderoso, fuerte, capaz de todo. Ella se veía pequeña y frágil ante mi nueva estatura. Aunque mi nuevo cuerpo no lo podía controlar bien, decidí tomarla entre mis manos y acercarla a mí.

Su cuerpo temblaba, y creo saber por qué. Mi aspecto no era precisamente agradable, pero decidí tranquilizarla y darle ánimos, había hecho un buen trabajo.

—Te quiero Úrsula — la miré a los ojos mientras la sostenía por los hombros y me arrodillaba para llegar a su nivel — ya no soy una bestia, y aunque mi cuerpo cambie, ahora tengo conciencia.

Ella sonrió al ver mi actitud, me abrazó y me dijo:

—Creo que te di superpoderes.

¤ ¤ ¤

— Úrsula —

Amaneció, solo bastó que el primer rayo de sol saliera para que el cuerpo de Hayden cambiara inmediatamente.

Habíamos pasado lo que quedó de la noche, planeando que haríamos ahora que su maldición estaba resuelta, pero primero iríamos a casa del señor William y la señora Uta a darle las buenas noticias.

Quizá estén incrédulos o tristes, pero ya que hemos llegado hasta acá, es mejor partir lo antes posible al encuentro con la princesa de metal.

Al llegar a la casa, la señora Uta abrió la puerta, llevaba en sus manos la misma bandeja metálica con las que nos sirvió té el primer día, y al vernos a ambos, tal fue su sorpresa, que la dejó caer nuevamente, provocando un ruido muy estrepitoso, que podría despertar hasta a la persona con el sueño más pesado.

—Cariño, están aquí — le dijo a su esposo, que poco a poco se levantaba del sillón — Están bien, sanos y completos.

Una sonrisa inmensa se dibujó en su rostro, el señor William se levantó rápidamente a cerciorarse que su esposa no estuviera alucinando.

—Adelante mis niños — dijo la señora Uta mientras nos abrazaba — siéntense en la sala, en unas horas estará el desayuno.


Continuará...

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Hola mi gente, espero que le haya gustado este capitulo, gracias por seguir leyendo esta historia de fantasía.


URSULA Y EL MUNDO DE LEVIV (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora