Una semana después.
Pasó una semana y pasaron cosas, muchas.
Emilia volvió al día siguiente de declarar, se encontró con sus padres y habló con la madre de Paulina. Ella les explica todo.
En cuanto a Paulina y María José, volverían hoy.
En esa semana Majo la llevó al médico. Este le dijo que estaba perfecta, solo debía alimentarse bien, le dio algunas cremas para los golpes y cicatrices, con suerte cicatrices desaparecerían. También la llevo de compras, a eso Paulina se negó, pero le insistió tanto que después accedió. En semana se acercaron mucho, podrían llamarse "amigas".
También se realizó el juicio y cada uno de esos cerdos recibió una pena merecida. Cabe aclarar que María José no se separó de Paulina en ningún momento.
Ella ahora, se veía casi como cuando dejó México, solo un poco más delgada ya que no logró subir mucho de peso.
María José al enterarse de que tenía un título en administración de empresas le ofreció un trabajo en su empresa, solo lo hacía porque quería estar segura de que se seguirían viendo. Por ahora empezaría como su secretaria y así aprendería, cuando dijo eso ella aceptó sin dudar.
En este momento estaban sentados en el avión privado de Majo para volver a casa.
- ¿Esta biem? - le preguntó. Se veía nerviosa. Ella asintió. - ¿Nerviosa? - ella suspiró.
- Si.
- Tranquila. La señorita Fernández le explicó todo a su familia, seguro le van a hacer preguntas, pero no tantas.
- No es solo eso. - dijo moviendo la pierna nerviosamente mientras miraba la ventana. - Es la segunda vez que subo a un avión, consciente al menos, la primera vez casi caigo muerta. No me gusta. - María José sonrió y se sentó a su lado. Le agarró la mano y acarició sus nudillos. Ella se relajó un poco y la miró, Majo le sonreía. Se sonrojo.
- Tranquila. Solo respire hondo. - hizo lo que le dijo y se sintió mejor. Al momento de despegar le apretó la mano y Majo rio. Al final no estuvo tan mal. El viaje se pasó tan rápido que ni siquiera lo notaron.
- Tranquila. - la abrazó al verla más nerviosa que cuando subió al avión. Ella escondió la cara en su cuello sintiendo, su ya reconocido, perfume. Su perfume y sus abrazos eran como una droga que lograban tranquilizarla al instante. Bajaron del avión y Paulina vio a lo lejos a su familia. Empezaron a caminar seguidos de Juan y otro chico quienes llevaban su equipaje. A medida que se acercaban Pau aceleraba su paso. Al final llegó aguantando las lágrimas.
- Hola. - dijo con un hilo de voz.
- Mi chiquita. - su madre abrió los brazos y ella se le tiró encima mientras soltaba las lágrimas contenidas. Toda su familia se unió al abrazo también llorando. María José miraba la escena feliz.
- Diablilla - le dijo su hermana, Elena, y la abrazó.
- Diabla. - la abrazó más fuerte.
- Te extrañamos.
- Yo más. - la soltó y miró a su hermano, Julián. - Satanás. - y lo abrazó también. Majo rio por esos ocurrentes apodos.
- ¿Tía? - preguntó una pequeña voz. Esa voz era de su sobrina, Azul, de apenas 6 años. Ella se agachó para quedar a su altura.
- Si angelito, soy yo. - la niña la abrazó. Ella río y respondió al abrazo. Después saludó a Emilia y presentó a María José. Virginia le agradeció unas mil veces que haya ayudado a su hija y a su casi hija. Después se fueron a su casa y Majo a la suya.
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Sálvame
FanfictionPaulina de la Mora una chica de apenas 22 años. A los 21 fue secuestrada y llevada a Colombia. Hoy esta encerrada en un prostíbulo, siendo abusada por cada hombre que entra al mismo. Solo piensa en su familia y su mejor amiga, la cual también fue se...