No toco nada.
- ¿Hay algún pueblo cerca? -le pregunto a Deimos.
-Sí. Te daré indicaciones.
Espero y escucho. Deimos me da las indicaciones y camino hasta la carretera. Camino un kilómetro aproximadamente hasta que veo la primera luz. Camino hasta ella.
Es un pueblo muy bonito, ¿Cómo es que no sabía de él? Es colonial. No hay gente. Nada de gente. Las calles están completamente vacías. Se ven varios callejones vacíos, los locales cerrados. Me guío por los lugares con postes de luz, si la gente se esconde es por algo. Camino hasta que se cruza en mi camino un lugar en donde entrar. Y resulta ser una pequeña capilla. Entro silenciosamente. Resulta ser una capilla muy moderna, tiene luces LED. A que no habías visto eso.
Está sola. Entro y me siento en una banca de madera. ¿Y ahora qué? Deimos está en sumo silenció, quizá se quedó dormido, es tardísimo allá. Me levanto y camino hacia adelante. No parece que haya alguien.
Entonces escucho pasos y me giro. Es una mujer mayor. Agarra su pecho, está agitada, parece que ha corrido. En cuanto me ve viene hacia mí.
- ¿Qué haces aquí? -pregunta con voz agitada.
-He venido a... ¿Ha corrido?
- Como todos.
Frunzo el ceño. Todos corren.
- ¿De qué?
Me mira con pánico y mira sobre mi hombro.
-De ellos.
¿Ellos?
- ¿Quiénes?
-Omfalas.
Analizo el nombre, es un término que nunca había escuchado. ¿Serán los mismos que se han llevado a Elizabeth?
- ¿Por qué huyen? ¿Qué hacen?
- ¿Quién anda ahí? -dice la voz de un hombre. Sacerdote.
La mujer y yo volteamos al mismo tiempo. Un señor mucho mayor que ella baja por unas escaleras.
-Padre Murphy, disculpe las horas. Nos dirigíamos a casa pero pasamos a orar. Ya sabe las horas que son, la capilla está abierta.
-Es verdad he olvidado cerrarla. ¡Salir de aquí ya mismo, no es hora de orar!
La mujer me mira con grandes ojos y me susurra «Sígueme». Lo hago.
-Bien, voy a llamar a mi hijo para que venga por nosotros en coche. Estar fuera a estas horas es peligroso. ¿Y tus padres?
-He venido sola.
Me mira y por un momento creo que no se la tragará. Pero mira hacia su celular y marca un número. Coloca el móvil en su oreja y espera.
-Alexander, necesito que me recojas... Street Valley. La capilla. Sí, rápido.
Cuelga y me mira.
-Ven, siéntate -señala la acera.
Se sienta con dificultad y yo después de ella. Sigo curiosa, ¿Qué hacen los Omfalas?
-Señora... ¿Le pudo preguntar sobre los Omfalas?
-Guarda silencio, niña. ¿Qué quieres saber?
-Quiénes son. Qué hacen y por qué lo hacen.
-Son villanos. Malas personas, malísimas. Nadie sabe lo que hacen o por qué lo hacen. A lo largo de 2 años ha habido 6 desapariciones obradas por ellos -Mira al suelo y suspira -basta, niña, no hay que hablar de esto en plena calle.
Un jeep se estaciona justo enfrente de nosotras, debe ser el tal Alexander. La señora se levanta y yo la sigo. Abre la puerta del jeep y me dice que me siente en el asiento trasero.
Una vez dentro, Alexander acelera de forma brusca. Esta gente sí que está loca.
-Madre, te he dicho que no estés afuera a estas horas.
-Es culpa de Rita. Aparte no estaba sola, estaba con...
La señora me mira, esperando a que le diga mi nombre.
-Anastasia.
-Estaba con Anastasia. Soy Amelia, por cierto. Él es mi hijo, Alexander.
Sonrío obligadamente. Alexander me mira por el retrovisor y me percato de que tiene ojos azules.
-Querida, si dices que vienes sola te tengo que pedir que te quedes en nuestra casa por lo menos esta noche, no quisiera que te pasara algo.
-Muchas gracias.
Entonces pienso que voy con una mochila enorme en la espalda, y completamente de negro. Debo verme ridícula. Me pregunto por qué Deimos no me ha contactado, ya he hablado con estas personas, así que espero que eso no cambie mucho.
Alexander maneja rápido hacia el otro extremo del pueblo. Cuando frena me doy cuenta de que ya estamos en su casa. Es una casa rústica, con flores afuera y zacate. Es tan bella. Parpadeo varias veces, entonces bajo del vehículo.
-Es una casa hermosa.
Alexander ríe para sí mismo.
-Gracias querida -dice Amelia.
Caminamos hacia la entrada, Amelia saca las llaves y abre la puerta.
Por dentro es como por fuera, bellísima. Toda ella de madera. Candelabros hermosos, madre mía. Los tapices son claros y hogareños.
Camino y miro todo a mi alrededor.
-Alex, muéstrale su habitación a nuestra invitada.
Sigo viendo todos los detalles y cuando miro a la escalera Alex me mira irritado. Me ruborizo y le sigo.
Llegamos al cuarto y él abre la puerta. La habitación es pequeña pero muy bella. Hay una cama individual y una ventana. Eso basta para hacerme sentir como en casa. Me giro y miro a Alex. Parece enfadado.
-Gracias. Bueno, a tu mamá.
Pone los ojos en blanco y yo frunzo el ceño. ¿Qué se cree?
-Tiende a ser una mujer muy gentil.
-Por lo visto tú no -murmuro.
Tuerce la boca y mira al suelo. Niega con la cabeza y se va. Respiro hondo y me giro. Me siento sobre la mullida cama. De verdad necesito dormir, debo recordarme que no estoy de vacaciones, se han llevado a mi prima.
Recopilo toda la información que tengo:
1) Se llevaron a Elizabeth.
2) Muy probablemente fueron los Omfalas.
3) 6 desapariciones en 2 años.
Lo que no tengo:
1) Por qué se llevaron a Elizabeth.
2) Qué contacto tenía ella con ellos.
3) Dónde está.
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Beyond The Wormhole
Mystery / ThrillerAna investiga la desaparición de su prima Elizabeth, que fue vista por última vez en los bosques acompañada de amigos. «Entonces suenan alarmas, sirenas. Me levanto y caigo de nuevo. No tengo equilibrio. Hannah me ayuda a estar de pie. Todos corremo...