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Noh Hyojung era la chica perfecta, era hermosa, alta, divertida, directa y muy amable, parecía brillar con luz propia, usaba vestidos y blusas de flores amarillas y verdes, decoraba su cabello con brillitos y pasadores de colores y encantaba a todos con su sonrisa y su ternura.

Tenía las dos caras de la moneda, podía caerte o muy bien o muy mal, no había puntos intermedios con ella, Hyojung fácilmente podría enamorarte sin que te des cuenta y también podrías odiarla sin saber realmente porqué. Así era ella y así era como Jisung estaba enamorado de ella.

La había conocido cuando entraron al colegio, ella era una niña muy linda, que le había hablado al primer momento sin importarle su voz chillona y su nula capacidad para controlar sus extremidades. Se habían vuelto algo así como amigos, incluso se sentaban juntos en clase y almorzaban en la cafetería de vez en cuando.

Pronto terminaron creando un pequeño grupo de amigos, en el que estaba incluído Chenle, el mejor amigo de Jisung, Seojeong, la mejor amiga de Hyojung y Haerim, la prima de Hyojung. Desde que Jisung la conoció, la vida le parecía un poco mejor, nunca se había atrevido a decirle nada sobre lo que sentía, incluso había tenido un par de novias para ver sí ella tenía alguna reacción, pero nunca era así, eran amigos, para Hyojung no era nada más.

Así que, decidiendo que ese verano tenía que ser diferente, planeó tener un montón de citas con ella para ver si lograba hacer que Hyojung sintiera algo por él.

—Deberías decirle, ya sabes, directamente. —Sugirió Chenle un día antes de que empezara el verano, estaban acostados en la cama de Jisung, mirando el techo mientras se morían de calor y pensaban en el plan de conquista que el menor había hecho. —Lucy no es un país, no puedes hacer un “plan de conquista”.

Ah, claro, a Hyojung la llaman “Lucy”, ella lo prefería así, decía que su nombre era demasiado ordinario para ella.

Jisung estaba de acuerdo, pero dudaba seriamente que Lucy fuera menos ordinario que Hyojung, aunque no se lo decía, porque ella era feliz siendo llamada Lucy.

—Claro que puedo. —Jisung le dio un golpe con el codo y Chenle se quejó. —Ella caerá rendida a mis pies.

—¿Sabías que parte del colegio está a tus pies? —Jisung bufó y Chenle se rió, porque era cierto. —¿Qué hay de So-?

—¿So quién? —El de cabello negro ahuecó su oreja derecha en su mano, pretendiendo que no había escuchado. —La única So que conozco es mi madre.

—Bueno, —Chenle se incorporó en la cama y volteó a verlo, señalándolo con el dedo índice. —pero algún día tendrás que decírmelo.

Jisung le restó importancia con un ademán de mano. Chenle no tenía porqué saber toda su vida, Soeun era pasado, y el pasado, pisado.

—Ah, ¿con quién vas a estar en el verano? —La pregunta lo tomó desprevenido, él y los chicos siempre hacían cosas juntos, no pensaba que algo fuera a cambiar sólo porque iba a intentar conquistar a Lucy.

—Como siempre, ¿por?

—Viene mi primo y, —el mayor se interrumpió exclusivamente para suspirar. —me obligarán a llevarlo conmigo a todos lados.

—¿Y qué tiene? —Jisung tomó una pequeña pelota que tenía en su buró y comenzó a rebotarla contra la pared. Su madre odiaba que hiciera eso, pero su madre no estaba. —¿Tiene diez años o algo así?

—Peor, tiene veinte. —Chenle ocultó su cara en una almohada y volvió a hablar, distorsionado esta vez. —Y me da lata con sus teorías de aliens.

—Los aliens existen, Leche.

—¡Pero él da miedo!

—¿Por? —Se escuchó la puerta principal, Jisung dejó de botar la pelota de inmediato.

—¡Habla de ellos todos el tiempo! —Chilló, quitándose la almohada de la cara al fin. —Apuesto a que también ve pornografía de aliens o algo así.

—¡Dios! ¿Pornografía de aliens? —El mayor asintió a la pregunta. —¿Eso siquiera existe?

—No tengo idea y no quiero saber, —Chenle se volvió a acostar en la cama. —pero estoy seguro de que él lo ve.

—¿Y cuándo llega?

—El veintitrés. —Se acomodó boca abajo en la cama, mirando a la almohada como si fuera muy interesante. —En realidad, el veinticuatro. Llega a Incheon el veintitrés, papá pasará por él a las dos.

—¿De la mañana?

—Sip. —El de cabello naranja pataleó. —¿Me dejas quedarme contigo ese día? Odio que me despierten, lo sabes.

—Esto no es un hotel.

—Te pago.

—Esto es un hotel.

—Quiero la habitación más grande. —Chenle levantó el dedo meñique, pretendiendo mucha elegancia, Jisung le dió un golpe con su almohada.

—Esta es la habitación más grande.

—¿¡Qué!? —El mayor fingió escandalizarse exageradamente. —¡Esta habitación cabe en mi clóset!

—Tú igual cabes en el clóset.

—Sí y tú también. —El mayor le sacó la lengua y salió corriendo de la habitación, probablemente a recibir a la madre de Jisung y a endulzarle el oído para que siguiera creyendo que es una buena influencia para su hijo.

Chenle había conocido a Jisung cuando se mudó a Corea del sur con sus padres, había vivido en varias partes del mundo hasta que decidieron radicar permanentemente en Corea y se volvieron mejores amigos, a los trece años. Jisung no conocía a la familia de Chenle, no a toda al menos, puesto que todos vivían en China excepto ellos, así que la llegada de este primo iba a ser innovadora, ¡por fin iba a convivir con otro pariente de Chenle que no fueran sus padres!

De alguna forma, se sentía como una competencia o algo así, porque Chenle conocía a toda su familia, en serio, toda, hasta algunos primos suyos se llevaban con Chenle y el propio Chanyeol, su hermano mayor, prefería a Chenle antes que a él.

Entonces, tenía que ganarse a este primo de Chenle sí o sí.

Kiss the boy ✈ Rensung/SungrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora