8. Trabajo

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Para Fargan, pasar la tarde en la comisaría era muy habitual. Tantas multas, robos y explosiones le mantenían ocupado todo el día, y esta semana todo estaba descontrolado.

-Fargan, ¿me estás escuchando?- Preguntó Alexby, al ver que Fargan no le prestaba atención al haberle llamado. El nombrado levantó su mirada del escritorio mirando a Alexby.

-¿Qué?- Preguntó.

-¿Cómo que "qué"? Hace rato que te estoy hablando y no me haces ni caso- Contestó Alexby cruzandose de brazos mirándole.

-Perdóname, ¿qué decías?- Habló Fargan mirándole atento.

-Willy está en la puerta, te busca- Habló el más pequeño rodando los ojos y yendo a la puerta, esperando al mayor.

-Ah vale- Se levantó de la silla y fue con él hacia la puerta, viendo al de ojos achinados alterado, esperando a alguien que lo atienda.

-¿Qué pas-

-¿Qué "QUÉ PASA"? LO MISMO DE SIEMPRE. Llego de hacer mis cosas en el pueblo y VEO TO-DO MI INVERNADERO, ¡¡¡destruido!!!- Interrumpió Willy, gritándole a Fargan.
Se acerca al mayor y lo señala con "el dedo amenazador" -¿No habrás sido tú, no Fargan? Que a ti te encantan las minitas.

Fargan, quien se quedó quieto mirandole, puso una mueca de clara molestia y de una hostia apartó la mano del menor de su cara.

-No. -Habló Fargan bastante molesto y cortante -No he sido yo. Y por favor, cuando vengáis a pedir puta ayuda, al menos ser respetuosos, y calmados. Gracias. -Y dicho esto, el mayor de los tres se separó del grupo regresando a su despacho con completa furia y cerró la puerta con tal fuerza que hizo sobresaltar a Willy y Alex, quienes se quedaron mirando a Fargan yendose.

-¿Y a este que le pasa?- Preguntó Willy aún un poco alterado. Alex solo negó con la cabeza aún mirando por donde se fue Fargan.

-No lo sé... ahora le preguntaré-. Pero antes déjame ayudarte- Se ofreció Alex, quedandose allí escuchando todo detalle que le contaba el albino para otro día investigar.

Fargan tras cerrar la puerta se sentó en su silla y agachó la cabeza suspirando.

-Hay mucho trabajo joder...- Suspiró mirando la montaña de papeles que reposaba desordenadamente en la mesa del escritorio. Este tenía mucho trabajo acumulado por temas personales, hasta un punto de que el jefe fue a regañarle por no hacer nada.

-¡DAVID!- Gritó el jefe tocando fuerte la puerta del despacho. -¡La próxima vez que pegues ese portazo te echo de patitas a la calle!- No se caían muy bien.

-S-si señor- Contestó Fargan levantando la voz, pues la puerta permanecía cerrada.

-Quiero los documentos esta noche o tendremos serios problemas- Ordenó el jefe dando un golpecito suave en la puerta y yéndose de allí. Fargan dio un golpe en la mesa en forma de queja y se puso a hacer los papeles rápidamente, estaba cansado y no había dormido en toda la noche anterior.

Alex, quien terminó de estar con Willy hace rato, se dirigió al despacho de Fargan cruzandose con el jefe.

-¿Dónde va señor Bravo?- Preguntó de lejos.

Alex se paró al instante -V-voy a recoger unos papeles a la oficina de Alonso.- Mintió. El contrario le miró un segundo y se fue de allí definitivamente.

El jefe era una persona que no se daba a ver mucho, normalmente tenía a personas contratadas para mandar por él. También era muy temido y respetado en la comisaría, y se aprovechaba de esto para intimidar y mandar, algo que Fargan se dio cuenta y se lo echó en cara tiempo atrás, por eso tal roce entre los dos.

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