LA MUERTE PARA EMPEZAR.

26 2 0
                                    


Cuando tenía ocho años mi abuelo murió de cáncer. Recuerdo ese día perfectamente. Mis padres, mi hermano y yo habíamos ido a casa de mis abuelos a comer y al llegar mi abuela, que estaba haciendo la comida, pidió a mi padre que fuera a despertar a mi abuelo para comer, pero no se despertó. Recuerdo que, semanas más tarde, le pregunté a mi padre que por qué ya no podíamos ver al abuelo. Me explicó que el abuelo estaba de vacaciones, en lugar mejor. Yo le creí. Mi abuelo amaba el mar, al morir sus cenizas fueron tiradas a él. Es gracioso porque recuerdo que tras tirar las cenizas vino una ola enorme y nos salpicó a todos. Estoy segura de que eso le habría hecho gracia. Desde entonces percibo la muerte como paz y tranquilidad. La vida es un caos constante, lleno de problemas, desgracias, miedos, alegrías, un sinfín de subidas y bajadas emocionales...La muerte acaba con todo. La muerte lo pone todo en orden. Todos morimos, somos finitos. Es irónico pensar que en un universo infinito, vivamos nosotros de manera finita y limitada.

Cada uno de nosotros muere en vida como elige. Hay cosas que te matan por dentro. Y no me refiero físicamente, sino mentalmente. Hay palabras que te rompen. Simplemente un olor, un recuerdo, o el tacto de tu piel que evocan sensaciones inexorables.

PREGUNTAS DE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora