ଏ ━ ❛ 𝗧𝗛𝗘 𝗛𝗜𝗟𝗟𝗦

05

El chico no se movió de allí en toda la noche, tenía miedo. Miedo de volver y ser aún más juzgado que antes, Moonbin y Sanha seguramente le cuestionarían su repentino arrepentimiento y luego que el chisme se repartiera Jisung sufriría de más burlas, esta vez por decidir lo correcto, pues sus acciones mostraron sus pensamientos. Aunque no quisiera aceptarlo, Jisung era un bebé, una gallina, no podía superar o cometer cosas tan atroces como esta.

Han se dió cuenta de todo lo que gastó y perdió en tan sólo unas semanas de su vida, ahora sabía robar y drogarse, ¿Cómo llegó a esto? Hasta él mismo se lo preguntaba, pues luego de ser inconsciente por un tiempo, se dió cuenta de la manera en que dejó todo ir sin preocuparse por su alrededor, por las personas que enserio lo apreciaban.

¿Qué pensarán sus padres o su hermano cuando se den cuenta de lo que hizo? Él dudaba aún en confesar todo, quizás sería lo mejor, pero al fin y al cabo fueron tantas cosas las que hizo, que puede que no recuerde una que otra, entre esas, pueden estar las acciones más terribles que hizo y no ser consciente de ellas. Sin embargo, la verdad algún día saldría a la luz, ¿Qué le costaba decir con sus palabras lo que hizo y cómo se sintió? Era eso o que sus familiares fueran mal-informados luego y quizás recibir un castigo peor.

Habían muchas posibilidades de lo que pasaría y no podría visualizarlas todas, necesitaba elegir sólo un camino y comenzar a pisar sobre él.

Sus pensamientos viajaron al mismo par del tiempo, en la madrugada, el chico buscaba de nuevo camino a su hogar, donde siempre lo habían apreciado y se habían preocupado por él, no como el resto de personas en el planeta, quienes en vez de buscar su bien, le mostraron el mal y les importó poco cómo se sentía Jisung.

En la mañana a una hora formal, Jisung citó a Moonbin a las afueras de la ciudad, para entregarle lo que le había entregado a él la primera noche de Viernes de las vacaciones de primavera.

—¿Lo hiciste?— Le preguntó el mayor con un rostro burlón, Moonbin era de los que creían que Jisung seguía siendo un bebé sin importar la situación, aún así, lo apreciaba un poco.

—No...— Han bajó su cabeza entregándole los objetos.

—Lo sabía..— Dijo Moon sin sorprender.

—Hyung, no vuelvan a buscarme, o a esperarme. Quiero dejar de tener este tipo de vida.— Jisung pedía con compasión en sus ojos, como se repitió muchas veces, él tenía un rostro, cuerpo y mentalidad de pequeño o al menos, de un chico inocente aún.

—¿No quieres volver?— Moonbin pasó un brazo por sus hombros.

—No..— Jisung se notaba triste, pues por más que tuvieran sus roces, el menor le había cogido cariño a su mayor, a Sanha también pero entre menos despedidas menos son las lágrimas, así que Moonbin era el mejor atajo para acabar con todo de una vez por todas.

Moon exhaló con fuerza. —Sigue estudiando y sobre todo sé fuerte ¿Si? Sé lo débil que eres y te pueden lastimar, Quokka.— Pronunció el mayor despeinando al de aspecto similar al animal mencionado.

—Gracias, hyung.— Jisung murmuró en frente de Moonbin, con las manos adentro de los bolsillos y conteniendo dos metros de distancia.

—No tienes de que agradecerme, vete de una vez.— Han sonrió y dió media vuelta para comenzar su camino de nuevo a casa.

Esta vez comenzaría de nuevo, aprendería a ser menos débil o a no ser ofendido por cada una de las palabras que le dedicaban sus compañeros.

Antes de que acabara el día tuvo una charla muy importante con sus padres, contando absolutamente todo lo que recordaba y de la manera en la que se sentía.

Su madre lagrimeó un poco y su padre simplemente lo miraba serio. Al final del relato los dos lo calmaron pues hasta Jisung soltó muchos lloriqueos y lágrimas.

Su padre lo regañó por tomar ese camino y Jisung sabía perfectamente que merecía la reprendida por parte de ambos. Su madre nunca pronunció una palabra para indicarle que lo que había hecho estaba mal, estaba segura que Han conocía lo mal que había llegado y todo lo incorrecto que había hecho.

No fue fácil dejar de fumar y drogarse pero con el paso del tiempo lo logró, a fuerzas fue ingresado a terapias para dejar la abstinencia y hasta dos semanas después, al entrar a la escuela, Jisung seguía sufriendo por no poder fumar un cigarrillo a causa de los nervios y la ansiedad.

Su semana de vacaciones de primavera desapareció y sus clases y el instituto ocuparon de nuevo un gran espacio de su agenda, dejó las clases de guitarra para evitar observar a sus compañeros.

De nuevo comenzó a escribir canciones y con lo poco que sabía de guitarra, componía. Su hermano no conoció las cosas hasta dos años después, pues su servicio militar cuando pasaron aquellos sucesos acababa de comenzar.

Jisung aún no era capaz de ser tan fuerte como le prometió silenciosamente a Moonbin. Algunas veces seguía llorando y siendo lastimado por los malos comentarios de sus compañeros, de igual manera, a aquel tiempo casi nadie seguía recordando la situación del pasillo, pues las cosas son pasajeras, cómo cuando Jisung cayó sobre el pavimento cuando intentaba alcanzar a alguno de sus compañeros y muchos estudiantes se rieron de él, todo es pasajero, todo se olvida con el paso del tiempo.

Han nunca dejó de encontrar paz interna entre aquellas colinas e iba allí cuando se sentía deprimido, cosa que era normalmente por la soledad que aún sentía, no era nada serio. Jisung iba hasta allí quizás sólo para aclarar cosas, pensamientos o hasta para cuando tenía el famoso "Bloqueo de escritor".

Todo era silencioso y calmante allí, era cómo un tipo de efecto placebo que le ofrecía aquel sitio entre esas colinas, simplemente se sentía tranquilo y cómodo. Abrigado por la brisa fría y arrullado por el sonido ensordecedor del silencio.

│( ; 🦕: ˖) °༄

Wenas :D

Espero se encuentren muy bien el día de hoy

Les dejo esto por aquí acompañado de una pregunta para irme uwu

¿Les gusta más las historias largas o las cortas cómo los one-shots?

Aprovecho para hacer promoción de mi historia "𝙊𝙣𝙚 𝘿𝙖𝙮¹" para que se pasen por allá y dicho esto me voy :3

│gomita ¡! <3