Capítulo 6. El gran dolor

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Pero a pesar de todo el anciano no fue de las personas que más le marcó en su viaje de vuelta, cuando ya apenas le quedaba relativamente poco camino para llegar se encontró con una pandilla de chicos y chicas que reían parecían salir de un colegio o un instituto, y detrás de ese grupo de amigos una cantidad más grande de chicos y chicas, muchos sentimientos se podían amotinar en aquel montón de gente, pero de entre todos ellos solamente uno destacaba de entre los demás, era un chico, que aparentemente normal, pero ella sabía que no era así, podía ver muchas cosas en ese chico, pero fue cuando él le miró y le sonrió cuando ella lo sintió, de la gran fuerza de dolor que empezó a formarse en ella se tuvo que sentar en el suelo rezagada en la pared como si nada pudiese sujetarla, y vio la vida de ese chico por delante, un chico aparentemente normal, de pequeño había estado cohibido por sus compañeros, por estar con algunos kilos de más había sido rechazado, y no solo eso, se lo recordaban todos los días y siempre que tenían tiempo, además este chico solía juntarse con dos de sus mejores amigas, lo que entre los chicos lo hacían ver como gay por lo que dejo de verse con esas dos chicas, y seguían tan solo como siempre, tampoco salía de su casa por miedo, y a veces porque estar solo era la mejor medicina para todo; cuando fue creciendo su dolor aumentó más, hasta llegar a los extremos para solucionar el problema, dejo de comer, durante una temporada, lo que le sirvió muy poco aunque al ponerse más grande adelgazó sin hacerla nada, pero ya daba igual, ya no era aceptado, ya no podía ser aceptado, y seguía tan solo como siempre, día tras día de verse en esa situación intentó suicidarse, pero en el último segundo desistió y no fue la primera vez que lo pensó en hacerlo. Y aún seguía siendo igual que antes, ya quizá no le decían nada, pero lo que una vez fue roto no podía ser arreglado tan fácilmente, seguía siendo rechazado, y continuaba vagando tristemente solo, aparentemente feliz y acompañado, pero no era así por dentro solo él sabía el gran dolor que estaba llevando y el alma rota. Era tan fuerte que ella se retorcía de dolor, ella no podía imaginarse como una persona aparentemente tan pequeña y feliz podía esconder tantos sentimientos tristes, hasta que ella cayó desmallada intentando ahogar gritos de dolor que al final no podía aguantar y salían de ella como si la estuviesen retorciendo.

Cuando despertó alguien la estaba zarandeando con mucha fuerza, era Adan, que la había encontrado y muy preocupado le preguntaba si le había pasado algo, que había oído un grito mientras salía a buscarla, y había corrido hasta que la había encontrado inconsciente en el suelo, ella le negó que le hubiese pasado algo, no podía contarle nada, entonces ella se levantó por su propia voluntad, esta vez sin ayuda de Adan, no quería volver a tener esas visiones extrañas, bastante había tenido con aquel chico.

Atrapada en sí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora