Capítulo 11. Evaporación.

10 0 0
                                    

Pero cuando la mano de Mar tocó la suya, algo en su interior se movió dándole luz y fe en si misma, no sabía que estaba pasando, pero tampoco quería saberlo, sus pies se mojaron con el agua fría a la que estaba acostumbrada, y empezó a poner la tabla en el agua, podía sentirlo, podía sentir como el miedo al lado de él se iba, se desvanecia como si en realidad nada hubiese ocurrido en su pasado.

En su cabeza estaban aquellos momentos tan duros que no quería recordar por nada del mundo, pero ese olor a sal no le podía apartar aquello de su mente. Aquel día como cualquier otro estaba toda su familia en la playa disfrutando del ancho y brillante mar, ella, aunque pequeña, estaba acostumbrada a subirse y surfear las olas, pero en los mejores momentos, algo pasa, y un grito de fuera de la playa alguien gritando ¡TIBURÓN! Hizo que todo el mundo saliese corriendo del agua y yo me descontrolé de la tabla y caí al agua, perdiendo la conciencia, solo recuerdo ese sabor amargo y salado del agua al tragar. Cuando desperté estaba en una camilla al lado de la playa y desde lejos pude ver como unos médicos intentaban reanimar a mi madre, tumbada en la arena. Más tarde supe que ambos se lanzaron al agua para salvarme, y lo consiguieron pero, por ello, arriesgaron otro de sus tesoros más preciado, su vida. 

Una lágrima caía en el mar, recordando aquellos momentos pero al tenerle al lado, su fuerza y malos recuerdos se transformaban en felicidad, en los grandes momentos que había pasado en el agua, la sensanción de viento surfeando las olas, las risas con su padre cuando de pequeña le enseñó a mantener el equilibrio en la tabla, las tardes con los amigos disfrutando de la playa y del agua, en ese momento a pesar de que su mente solo le daba recuerdos tristes, su corazón rememoraba las alegrías del agua, y en esa guerra mente-corazón, este último era el que ganaba.

Mientras tanto, el agua la arrastraba al interior, y los dos a la vez se pusieron encima de la tabla, él, como era de esperar, a pesar de su equilibrio se cayó al agua apenas 7 segundos después de estar encima, pero cuando este tocó el agua fría, su piel tan ardiente como el sol estaba hirviendo el agua que había a su alrededor, lo que hizo que saliese corriendo hacia la arena.

Mar salió detrás suya sin entender muy bien por qué había salido, estaba tan anonadada en sus pensamientos que no se había percatado, pero si se fijó, en que sus heridas habían curado, echado en la arena parecía un atún recien pescado, su piel se veía mas roja que nunca. 

- ¿Por qué te has salido?¿No querías aprender?

- Si, pero se me han quitado las ganas.

- ¿Por qué? preguntó Mar.

- El agua está muy fría, simplemente, y me he empezado a marear.

Mar, se fijó en su piel, que aunque debería estar mojada, no había ni un ápice de agua en su cuerpo, se había secado en apensar minutos, o segundos. ¿Por qué? Las preguntas se le empezaban a agolpar en la boca, pero, ¿Por cual empezar?.

Los secretos que él guardaba no podían ser dichos, pero tampoco podían estar aguantándolos durante mucho tiempo más. ¿O sí?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 20, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Atrapada en sí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora