Epilogo

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.



—¿Y porque tiene que llevar a mi princesa? ¿Porque no busca una chica de su grupo?—Obito estaba que se lo llevaba el demonio. Su Hanabi, tenía dieciocho años y Taro, la invitó para que lo acompañara en su fiesta de graduación. Prácticamente desde que Hinata dio a luz, a su primogénita, Taro quedó fascinado con ella. Para todos era muy tierno, ya que lo mismo ocurrió con Hizashi.

A medida que pasaron los años, el acercamiento se fue haciendo cada vez más evidente, al grado que el celoso padre, comenzó a molestarse, argumentando que era como si un mini Sasuke, pretendiera quedarse, con su muñequita, la cual era muy parecida a su muñeca, lo único diferente era el cabello y el carácter, ya que ella era muy parecida a el, en cuanto a su modo de ser.

—¡Obito! Por favor, trate de entender—Hinata, era sostenida de la cintura por su esposó, que acababa de llegar y encontró a su hija vestida como una princesa y todo por ser la pareja de ese mocoso—Es mejor que la llevé a ella, ambos se conocen y congenian muy bien, ademas Hanabi, se ve feliz con el—Obito frunció el ceño más molesto, al escuchar que su hija se veía feliz con el joven—Taro, la trata como a un princesa y Hizashi, lo aprueba, recuerde cuantos chicos han intentado acercarse a ella y mi sobrino se encarga, de alejarlos a todos, diciendo que no son buenos para ella, el único al que no intenta asesinar es Taro—concluyó la ojiperla, tratando de persuadirlo.

—Us una niña, no quiero que nadie se aproveche de ella—el rostro de la ojiperla se mostró molesto, por lo que estaba diciendo su marido.

—Yo tenía diecinueve años, cuándo un hombre doce años mayor, me llevó a una recámara y...—Obito la besó para que no terminara lo que pensaba decir.

—Aunque fue un día muy feliz, también fue cuando me abandonaste por dos años—le dio otro beso, parecía no tener suficiente de ella.

—Lo se, pero sólo lo dije para que recordara nuestras edades, Taro, es apenas tres años mayor que ella—el azabache lo pensó, pero aún así, la molestia no disminuyó y muy dentro de el, conocía la verdadera razón. Taro, estaba enamorado de su hija, de igual manera que el lo estaba de Hinata, y como lo estuvo y continuaba estando Sasuke, el cual aunque se había vuelto a casar, años después de quedar divorciado, continuaba mirando a su mujer, con nostalgia—Hizashi, también invitó a Dai y Gaara, no se puso así—Dai, era una hermosa pelirroja, hija mayor, de Sakura y Gaara y ya era la novia de Hizashi. La chica era unos meses manor que Hanabi y aunque Gaara la cuidaba como el mas fino cristal, no se puso en punto que estaba Obito.

—Se lo que viene muñeca, puedo sentirlo, quizás Gaara no se porta así, porque, porque... no se porque, pero en poco tiempo, ese muchacho, me la quitará y ya no seré su héroe, simplemente, seré el viejo y Taro, pasaría a ocupar mi lugar.

—¿Eso es lo que le preocupa?—le pregunto y el desvío la mirada confirmando—¡Escuche! Usted es y será siempre, el héroe de Hanabi, eso nunca cambiará, nadie podrá tomar su lugar en su corazón... porque antes que Taro y que cualquier otro que también la llegue a amar, usted la amo primero y ella lo sabe—Obito cerró los ojos tratando de aspirar el aroma tan tranquilizante de su mujer. Ella siempre sabía que decir para calmarlo.

—¡Te amo!—le dijo, antes de subirla en la mesa, para apoderarse de sus labios—Siempre logras calmarme, de todas las maneras—su voz sonaba ronca, por la excitación y ya había comenzado a meter las manos por debajo de la blusa femenina, ambos jadeaban entre besos, olvidando que se hallaban en la cocina.

—¡Papá!— exclamó con desaprobación, Isamu quien llegó, con su hermano menor Isao, acompañados de Madara, el cual, solo negó con la cabeza, por encontrarlos una vez más en esa clase de situaciones.

Desencuentro ObihinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora