Capítulo 14: amor interespecie

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La noticia era viral en todas las redes sociales, la televisión, los periódicos, YouTube, Twitter... una entrevista exclusiva, subtitulada para el resto del mundo. El entrevistador, empático y sonriente, giró su silla hacía la pareja: una humana y un an suricato, ambos tomados de las manos sudorosas; el an desaflojó un poco su corbata.

-Es sabido que usted- dirigiéndose a la humana- viajaba en bicicleta por unas colinas de su pueblo, y en el momento que parpadeo apareció de repente...

-... ¡Oh, Nicolas!

-...Nicolas cercas de una parada de autobús, usted se había caído de la bicicleta y él corrió para levantarla... usted, señor Nicolas ¿A qué se debió el deseo de ayudarla apenas la conoció?

-... Creo que fue un instinto- sonrió nervioso y vio a su amada un momento- aunque ella desde el principio quería alejarme con una rama que encontró por ahí.

-Estaba muy aterrada- rio nerviosa y le apunto a él- pero creo que se entiende.

-Claro que sí- rio él- pero luego de ver que sangraba mucho le insistí que debíamos de buscar ayuda, y la llevé yo en su bicicleta. Ahí nos dimos cuenta lo inofensivos que somos.

-Y ahí comienza la historia de una bella relación- continuó el entrevistador- y ahora tenemos entendido que ambos están comprometidos.

Ambos se voltearon a ver sonrientes y vieron las cámaras para mostrar sus anillos de compromiso: tenían un resplandor titilante.

-Es cierto que el amor interespecie no es bien vista por muchas ideologías religiosas- continuó el an inspirado- pero estamos convencidos de que si ellos llegan a entender nuestras similitudes estamos seguros de que tendremos su apoyo muy pronto.

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