㒪𝐓𝐡𝐞 𝐜𝐡𝐞𝐬𝐬 𝐩𝐚𝐰𝐧.

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•Categoría: Headcanon & Oneshot.

•Advertencias: Lemon.

•Personaje: Kyojuro Rengoku.

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𑁍Su cuerpo se sentía adormecido, la piel de sus muñecas estaban enrojecidas debido a las ataduras que lo colgaban de uno de los altos pilares que parecían construir un antiguo templo.
𑁍Un hilo de saliva se deslizaba de su barbilla a causa de la mordaza en su boca que evitaba que pudiese hablar.
𑁍El dolor punzante le impidió abrir uno de sus ojos y podía sentir su propia sangre ir deslizándose por una de sus mejillas hasta tocar el suelo.
𑁍A pesar del dolor ensordecedor que su cuerpo sentía, no podía dejar del lado la constante preocupación sobre los 4 niños que estaban acompañándolo en la misión. Todo se salió de control, las cosas no resultaron como Kyojuro había planeado y lo poco que parecía recordar fue el final; los ojos llenos de lágrimas del joven Kamado Tanjiro. ¿Qué pudo haber pasado como para que sus lágrimas nublaran su vista?
-¡Mmmngh~!- Tiró vigorosamente con la esperanza de lograr liberarse y correr en busca de esos niños, juró protegerlos mientras siguiera con vida y Kyojuro no era un hombre que fallara en su palabra.

Pero todo fue en vano. Su cuerpo se encontraba agotado en los cientos de intentos de romper las ataduras, hasta que la voz gélida oculta en la oscuridad lo orilló a detenerse.
-Detente, Kyojuro- La voz en el aire le pareció familiar que su piel se erizó ante la sensación de las orbes doradas mirándolo sin ningúna expresión -Sé que estás desconcertado por cómo todo terminó, pero resistirte solo te hace lucir patético- Una vez terminada la oración, Akaza salió de las sombras que lo estaban ocultándo de la mirada del pilar -Debiste haber aceptado cuando te dí la opción de convertirte en uno de nosotros- Una risa estridente hizo al rubio mover sus muñecas con fuerza tratando de evitar la cercanía con el demonio -Lucías tan imponente en la batalla- Su dedo índice recorrió la grave herida en su ahora carente ojo -Y ahora mírate-
-No seas tan duro con Kyojuro, Akaza san- La presencia de otro demonio inquietó al jóven, por mucho que intentó encontrar la procedencia del sonido, no logró encontrarla; hasta que esta se unió al lado de la luna superior 3 -Debe estar bastante decepcionado de sí mismo- No fue difícil para él acordarse de ti.

Te conoció en su adolescencia; cuándo su entrenamiento para convertirse en cazador de demonios se volvió mas severo, tuvo un enfrentamiento contigo. Su cuerpo temblaba irremediablemente frente a ti y a penas lograba sostener con firmeza la nichirinto.
-¿Vas a matarme, cazador?- Una sonrisa se dibujó en tu rostro al notar la falta de confianza que el jóven tenía en sí mismo
-¡A-Alejate!- Apuntó hacía ti cuando notó lo cerca que te encontrabas -¡No te acerques!-
-Yo no tengo planes de matarte- En un abrir y cerrar de ojos te habías esfumado -Porque jamás me he divertido con un jóven el cuál su camino es convertirse en hashira- Tus brazos lo envolvieron por detrás, abrazándolo; y tu aroma era suficiente para hacerle saber todas las vidas que habías arrebatado con crueldad.
En ese entonces eras una luna inferior, la poca fuerza de un cazador en entrenamiento no se equiparaba ni para causarte un rasguño.
-¡Aléjate!- Trató de apartarse pero tu agarre fue mas seguro
-Nos volveremos a encontrar, Kyojuro san- Apretaste su cuerpo contra el tuyo -Y cuando lo hagamos, no vas a querer dejarme ir-

En cada batalla y logro que tuvo, pudo ver tu sombra siguiéndolo. Siempre oculta en la oscuridad pero nunca apareciste, hasta que llegó un momento en el que dejó de verte.

Y ahora estaban ahí, él como uno de los pilares mas fuertes; y tu como una luna superior. Cómo da giros la vida, porque a pesar del duro entrenamiento, siempre estabas por encima de él en cada ocasión que estuvieron frente a frente.
-¡¡¡Soy ____, la luna inferior con quién te encontraste cuando eras un crío ¿Me recuerdas? Me alegro tanto de volver a verte, estoy muy contenta Kyojuro san!!!- Cubriste la mitad de tu rostro con los extremos de las mangas del kimono que llevabas usando por lo sonrojadas que estaban tus mejillas -No tenemos que llevarlo con Muzan sama, Akaza. No es él a quién quiere- Te acercaste con intención de tocar al pilar pero él se retorció -¡¡¿Puedo conservarlo? ¿Si? Di que si!!-
-Cuando muera, quiero que ese reconocimiento sea mío-
-¡Hai!- Sonreíste con entusiasmo cuando los dos se quedaron totalmente solos en el templo.
Un semblante molesto en el rostro del jóven te hizo saber que estaba odiando la situación en la que se encontraba ahora.
-No estés enfadado- Tiraste de la única cadena atada a su cuello que lo mantenía sujeto al suelo, así tu rostro quedó a un par de centímetros del suyo -Mira lo que Akaza ha hecho contigo- Deslizaste la punta de tu lengua por el camino de sangre que bajaba por la herida en su ojo -No te preocupes, Kyojuro san. Esta noche no permitiré que nadie te haga daño- Tus manos bajaron por su uniforme, hasta llegar a la hebilla que sostenía la famosa nichirinto de un pilar -Nunca he estado con un cazador- Desenfundaste la espada y te admiraste con el brillo de esta -Mucho menos con un hashira que su elemento sea el fuego- Y tus ojos finalmente se posaron en él -Seré gentil contigo, sí tu lo eres conmigo- Tomaste la katana por el tsuba y el filo de esta rasgó con suavidad la tela del uniforme del pilar, abriéndolo en dos. Su rostro se sonrojó al ver tu indudable reacción, se sintió humillado pero de alguna forma le gustó que fueras tu quién lo hacía.
-Vaya...- Tu voz se volvió trémula cuándo tus ojos se centraron en su entrepierna -Realmente me gustas, Kyojuro san. Perseguirte no fue nada fácil, sobre todo cuando Akaza san se encontró contigo. Creí que morirías- Te arrodillaste frente a él y diste una larga y dolorosa lamida sobre su torso; lo viste cerrar su ojo y su cuerpo reaccionó debido a la sensación.
-mmngh~- Se creó un ruido metálico de cadenas debido a su movimiento repentino. Propiciaste otra lamida a sus abdominales y paraste en su pecho, su piel era tan suave y sus pezones ligeramente rosados se encontraban lubricados por la propia saliva que se escurría de sus labios a causa de la mordaza.
Tu lengua acarició el borde de sus areolas, lo mordiste con sutileza pero lo suficientemente fuerte como para marcarlo; se sostuvo con fuerza de la atadura con la falsa esperanza de evitar sentir placer pero fue imposible mantenerte alejada y en unos segundos, te encargaste de hacer lo mismo con su otro pezón.
-¿Te gusta la sensación, querido?- Mordiste tu labio inferior al notar como su longitud ahora presionaba la tela de los calzoncillos de algodón, llevaste con curiosidad la yema de tus dedos a su intimidad y acariciaste la punta. -Recién empezamos y mira cómo has humedecido tu ropa interior ya, Kyojuro san- Le mostraste tu larga y salivante lengua, para segundos después deslizarla con lentitud por sobre sus contorneadas piernas hasta terminar en el punto al que deseabas llegar, su miembro palpitante recibió una ola caliente de placer.
-Nnnngh~- Trató de acercar sus caderas a tu rostro nuevamente cuándo te apartaste pero negaste.
-¡Awww, solecito. Estás desesperado!- Tocaste tus mejillas bastante sonrojada, te aferraste a sus caderas y bajaste sus calzoncillos totalmente hasta sus rodillas. Tus labios besaron su miembro erecto y lleno de fluido pre-seminal, Kyojuro estaba hecho un desastre entre sudor, saliva y fluidos sexuales, sus pies se contrajeron cuándo bajaste y tu tersa lengua lamió sus testículos, su pupila se dilató y sus manos se sostuvieron de la atadura que lo unía al alto pilar del templo; pero esta vez reventó, provocando que cayeras de espalda al suelo y él tomó la ventaja para situarse sobre ti bruscamente, sosteniéndote por las muñecas.
-¿Kyo-kyojuro san?- Temblaste al no saber lo que haría, tenía la oportunidad de asesinarte ahí mismo -¿V-vas a matarme? Estabamos divirtiéndo...¡¡nnnnnghh~!!- Tu expresión cambió bruscamente a una de impresión y dolor, el rubio había enterrado su miembro en ti sin previo aviso -¡¡Aa-aaahh~!!- Podías sentir cada centímetro de él abrir paso en tu apretada cavidad, no habías pensado lo difícil que resultaría para ti ajustarte al tamaño y grosor de la intimidad del pilar hasta que entró totalmente. Cuándo soltó su agarre apartaste la mordaza de sus labios para poder juntarlos a los tuyos, tu lengua se filtró hasta su garganta y su saliva se unió a la tuya, sus embestidas provocaron un sonido estrepitoso a causa del choque de sus testículos contra tu intimidad.

Habías deseado este momento tanto tiempo atrás, tus piernas envueltas alrededor de su cintura para impulsar tus movimientos.
-Ya estoy...- Su respiración estaba agitada y podías sentir su cálido aliento golpeando tu oreja -A punto de correrme...- Indicó jadeante, aceleraste con facilidad el ritmo de tus caderas y abrazaste su cuerpo mas cerca de ti -¡Nnnnngh-Aaaah~!- Su esperma caliente comenzó a dispersarse dentro de ti sin control, era tanta cantidad de fluidos que estos comenzaron a deslizarse por tus muslos, sostuvo tu cintura para mantenerte en el mismo lugar.
-¡¡Ky-Kyojuro san, no debiste correrte dentro!!-
-¿Q-qué mas da?- Se mantuvo sobre ti un par de minutos, esperándo a que su miembro se desinflamara para poder salir con mas facilidad. Tiraste de la cadena atada a su cuello para besarlo, él correspondió; su manera de besarte fue asfixiante y verosímil que por primera vez, habrías creído que realmente estaba enamorado de ti.

❝ 𝐊𝐲𝐨𝐣𝐮𝐫𝐨 𝐑𝐞𝐧𝐠𝐨𝐤𝐮 | 𝐎𝐧𝐞𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 & 𝐏𝐫𝐞𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐞𝐬 ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora