El Diario De Una Sumisa Caché (G!P)

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Élla largo una carcajada al ver mi reacción, y yo me quedé inmóvil, observándola por unos instantes.
- ¿ que sucede?- me preguntó.

- Es la primera vez que la escucho reír y se me hizo la melodía más hermosa que he podido apreciar - le susurré, mi amo acarició mi mejilla, supongo que en señal de agradecimiento o respuesta por mi comentario.

De igual manera, era verdad, su risa era la melodía más reconfortante que podría escuchar, por qué saber que la hacía feliz, era una sensación de emoción indescriptible.

Me fui a duchar y a cambiar, para salir a cenar en la noche.
Al llegar el momento, me llego un mensaje al móvil que bajará, me estaba esperando, yo llevaba un vestido celeste con vuelos y ella vestía un traje negro que me hacía divagar con pensamientos eróticos.

Me tomó de la mano y salimos entré los murmullos de los empleados que miraban la escena de una forma " rara" algunos alegres, otros de mala manera pero al final, ninguno se atrevió a decirnos nada.

Nos subimos a un auto color champagne, un joven muy atractivo también de traje se acercó corriendo.
- señora...-
- dame las llaves Mario, hoy voy a conducir- lo interrumpió mi amo, a mi me dió algo de risa, no lo había dejado ni hablar al pobre, mientras subía al automóvil...esa forma de ser tan de élla, era única.

Al final, se subió y emprendimos viaje al lugar donde cenariamòs.
- podemos ir a cenar a un tenedor libre- le pedí, casi suplicando.
- ¿ he?, ¿ por qué?- preguntó confundida.
- es que quiero comer hasta reventar- dije risueña.
- pero ya reserve en el mejor restaurante del lugar, ahí también podes comer todo lo que quieras-
- las porciones son mas pequeños, pero podemos comer en el restaurante y después ir a un tenedor libre- comenté, buscando convencerla
Ella río, y terminó aceptado mi tan extraña propuesta, - luego necesitaremos un gimnasio en la mansión- bromeó.

- usted, no se preocupe, dicen que el sexo ayuda a adelgazar- le dije de forma atrevida, bajando un poco mi vestido, para que apreciará mis pechos, lo que hizo que se distrajera y por poco perdiera el control del auto
- mirá lo que haces, hermosa- me dijo, y al escuchar semejante halago de su parte, se me erizo la piel.

Me quedé en silencio apreciando su tan masculino y feminino ser, hasta que llegamos al lugar, entramos riendo por que, por distraída tropecé y por poco me caigo, por suerte ella me tomó de la cintura, para impedirlo.

- hola señora, tengo reservas bajo el apellido Garzon- le dijo mi amo a un meseros, quien de inmediato le sonrió, lo conocían muy bien.
- oh, señora Jorzòn pasé por aquí-  le dijo de inmediato, aquel hombre.
Era sumamente difícil pasar desapercibido, al parecer todos la conocían. Nos dieron una mesa y pedimos nuestras comidas, bueno ella pidió por los dos, cuando el mesero se fue, mi amo se paró de la mesa y se acomodó más cerca mío, quedando uno al lado del otro y no frente a frente como normalmente quedan aquellos que cenan juntos.

Hablamos de nuestras vidas antes de que el destino nos juntará, cosa que no habiamos hecho, resulto que élla tampoco tenía padres biológicos, pero había tenido suerte en ser adoptada por una familia millonaria, y de ellos heredó la fortuna y las empresas.

- se muy bien lo que es ser invisible para todos, por eso, jamás presente empatía por alguien, digo, cuando me adoptaron, yo ya tenía quince, y todo cambió... todos me hablaban con respeto, dulce y cosas asi...y yo me preguntaba ¿ dónde estaba esa amabilidad antes, cuando ni siquiera tenía una cuenta bancaria o una cama para dormir?...- comentó, tomando la copa de vino que había servido previamente.

Yo la escuché detenidamente, sabia exactamente a lo que se refería, el mundo tiene un porcentaje de gente buena muy pequeña, el resto es gente que se acerca a uno, por que generalmente les trae beneficios.

- y... con el tiempo aprendí que Maquiavelo, tenía razón cuando dijo, que es mejor ser temida que amada- finalizó la charla mi amo, por unos segundos ya que nos traían los platillos pedidos.

Así, cenamos entre una que otra risa, pidió postre y cuando estaba degustando semejante delicia, ella me mostró unos papeles.
- ¿ qué  es eso?- pregunté.
- son los papeles del contrató- respondió indiferente. En ese momento recordé lo que aquel sujeto me dijo cuando abuso de mí y de inmediato le pregunte - El señor Sebastián, me dijo que usted deseaba poner toda su fortuna a mi nombre, ¿ eso es verdad?-
Élla me miró sorprendido, claramente no esperaba dicha pregunta, - sí, - respondió - bueno, en realidad una parte, deseo darte la mitad de mis bienes a tí, a cambió de un beneficio para mí...- deslizó.

- ¿ beneficio?- dije sin entender, la verdad todo era muy confuso.
Élla dió un suspiró y se recargo en la silla, - quiero un hijo, si tu aceptas ser la madre de mi hijo te daré la mitad de mi fortuna cuando nazca el niño, y a la larga mi hijo heredará todo-
Quedé impactada y a la vez, miles de preguntás llegaron a mi mente, pero había una que era muy importante, así que con miedo pregunte. - ¿ por qué quiere tener un hijo conmigo?-
- bueno, es la opción más obvia,digo por nuestra relación-
- ¿ me ama señora Jorzòn?- me había reunido de valor para hacer esa pregunta, pensé que si quería tener un hijo conmigo era por que tenía sentimientos hacía a mí, así como yo sentía cosas por élla.

- ¿ amor?, esa es una palabra muy grande. -  su respuesta fue directa y mis ojos se llenaron de lágrimas, no me había dicho que no directamente, pero por su manera de plantear las cosas, me quedó bien claro que solo me veía como una " inversión" , para élla no era más que un mero objeto del que quería sacar provecho, agache mi vista, para que no viera mis lágrimas, había perdido el apetito y el continuó - claro, que no lo tienes que responder ya, piénsalo...-

- ¿ y sí, digo que no?- pregunte en un susurró, sin mirarlo.
- bueno tendré que buscar a otra persona- su manera de responder era tan indiferente, que parecía que me clavaba mil  puñales, claro como iba a amar a la chica que era su puta personal, obviamente que Jamás me querría, estaba ahí por qué  había aceptado tener sexo por dinero, para élla no era más que un juguete...