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Al finalizar la cena, me inventé una excusa para volver a la mansión, estaba dolida y me costaba fingir que no pasaba nada, lo que debía ser una noche maravillosa se convirtió en un infierno.

Al llegar, también me disculpe con ella y me encerré en mi habitación, una guerra en mi interior se había desatado, ¿ qué debía hacer?, si decía que sí, traería al mundo un niño, ¿ pero élla algún día me amaría? Y si decía que no, me vería obligada a ver cómo tomaba  a otra mujer.

Di vueltas por la habitación como si fuera un gato en su jaula, hasta que largue un suspiró, y salí de la habitación para ir a la de élla.

Toqué la puerta y aguarde hasta que escuché un " adelante", al entrar, me la encontré sin camisa, al parecer recién salía de ducharse.
- ¿ te encuentras bien?- preguntó al verme.
- si- le dije, luego de tragar saliva. - lo he pensando y acepto- lo dije con pesar, por que me sentí débil, iba en contra de mi moral, pero quería converceme de que con el tiempo me amaría
.
Ella me dió una leve sonrisa para acercarse a mí rápidamente, me rodeó con sus inmensos brazos. Justo en ese momento, perdí la noción, ¿ qué  podía hacer, si esa mujer hacía que perdiera la poca cordura que me quedaba?...

Su mano se escabulló por mi ropa, hasta llegar a mi seno, lo rodeó con su mano, ya que no tenía brasier, y comenzó a masajearlo.
Mordí mi labios inferior por causa del placer que aquellos movimientos en mi seno me daban, mi intimidad poco a poco se fue humedeciendo hasta quedar prácticamente empapada por mis jugos.

- mi amo, hágame suya- suplique en un susurró.
Mi dueña no dijo nada, en su lugar me arrastró hasta la cama sin dejar de tocarme los senos con una mano y con la otra mis nalgas, cuando llegamos al borde de la cama me tiro encima de ella, yo caí completamente entregada a una noche de pasión con la mujer que amaba, mi salvadora...
- ponte de rodilla en la cama y desnudate para mí- me dijo.
Yo obedecí, y dándole una mirada llena de lujuria, me saqué el vestido lentamente, debajo solo llevaba unas finas bragas, las cuáles el arrancó de un tirón luego de qué se acercará a mí.

Sacó su miembro, y lo colocó entre medio de mis pechos, después apretó mis senos más contra su pene y empezó a moverlo de arriba a abajo.... yo gemía, llevando mi mano a mi zona más intima, buscando saciar mi deseo, froté dos de mis dedos en mi clitoris, mientras el liquido preseminal se escabulló de la punta de su virilidad recorriendo mis parte de mis senos...

En poco minutos tuve mi primer órgasmo, no pude controlar mis gemidos, prácticamente se volvieron gritos en la acogedora habitación...
- ¡¡ uff!! Daniela eras una mujer perfecta- me susurró ya sacando su pene de mis pechos. Me tiré hacía atrás y abrí mis piernas, invitándola a que me poseyera una vez más.

Se subió encima mío, acomodó su miembro y de un solo movimiento entró en mí, suspirando en mi oído, me rodeó con sus brazos, aferrandome a élla con todas sus fuerzas, al mismo tiempo, en cada embestida me decía lo hermosa que era.

Me moría por besarlo, pero aquella máscara me lo impedía, clavé mis uñas en su espalda, las cuáles ya estaban marcadas de los encuentros anteriores, levanté mis piernas y las enrolle en su cadera. Mis movimientos se afianzaron con los de él, eramos como dos piezas que encajaba perfecto...

Terminó eyaculando dentro mío minutos más tardes, pero no salió de mí, sus movimientos pasaron de ser certeros y violentos a lentos y suaves...
- no quiero salir de tí- me susurró, sin dejar de moverse
.
Yo estaba pérdida en el fuego de sus ojos, era lo único que podía ver de su rostro, pero no importaba por que su cuerpo me daba todo el calor que yo necesitaba
.
Luego de eso, se dejo caer a mi lado, para luego abrazarme firmemente por la cintura y de esa forma quedarse dormida, a diferencia de mí que no pude pegar el ojo en toda la noche, por la decisión que había tomado, ¿ qué estaba haciendo?...
Pasaron las horas y yo permanecía mirando el techo decorado de aquel lugar, hasta que decidí levantarme e ir a la cocina, encontré un pote de helado en la nevera, lo saqué, me senté encima de la mesa y comencé a comerlo.

Pronto una sensación de angustia me invadió, no pude evitar llorar, me sentía tan sucia...
A los minutos escuché pasos, así que intente calmarme un poco, mi amo dentro a la cocina y al verme me dijo que me estaba buscando, yo le sonreí y me tiré encima de sus brazos cuándo se acerco a mi, algo dentro de mí me decía que eso no era para siempre, supongo que por que muy a mi pesar sentía que ella no me amaba, por eso la abracé quería disfrutar de él, todo el tiempo que pudiera.

Al otro día, luego de desayunar me llevo con un doctor para hacerme estudios, me dijo que quería asegurarse de que estaba bien de salud para llevar el embarazo y además saber que su hijo nacería sano, es decir, que yo no le fuera a trasmitir ninguna enfermedad.

Llegamos a un doctor particular que se deshacía de amabilidad para con mi amo, me reviso y le dijo que en cuánto tuviera los resultados la llamaría
.
- vamos a comer algo- me dijo mirando su reloj, al salir de allí, eran cerca del mediodía asi qué acepte, es decir, ¿ qué  otra opción tenía?...
Nos sentamos en las afueras de un restaurante acogedor y luego de pedir nuestros almuerzos, élla puso en la mesa de madera de aquél lugar, unos papeles...

- ¿ qué  es eso?- pregunté.
- son los contratos, debes firmarlos al final, dicen que te daré la mitad de mi fortuna a cambio del niño y todo lo que ya hablamos- me dijo indiferente, se notaba que tenía experiencia en los negocios, después de todo, eso estaba haciendo, estaba negociando con la mujer sucia que tenía en frente de élla, es decir, conmigo...
- no quiero, no voy a firmar- le dije, ante una mirada de sorpresa de mi amo...

Voten

El Diario De Una Sumisa Caché (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora