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Mika tenía una novia, y era una bomba de novia. Oriana es la chica más guapa que había visto en toda mi. Tenía un gran trasero, unas tetas redondas y bien paraditas y sus labio bien redondos que estoy seguro me harían una buena mamada. 

Un día los escuche coger en su habitación, era de madrugada y a ella no le importaba molestar a los vecinos, era muy ruidosa. En vez de sentir asco y mandarlos a callar escucharla me excito. Estoy segura que estaba ella sentada sobre él. Mika le pedía que se moviera más rápido, me imaginaba que era a mi a quién montaba y el movimiento de su culo mientras lo hacía, me di la corrida de mi vida mientras los escuchaba.

Sabía que estaba mal desearla así que me dije a mi mismo que la evitaria y evitaria salir con ellos, pero la vida quiere otra cosa y me la entregaron en bandeja de plata. Un día encontre a Oriana en la sala del apartamento. No tenía idea de que hacía ahí si Mika trabajaba hasta tarde.

- No quiero molestar es que me pelee con mi madre y Mika me dijo que podría estar aquí unas horas.

Genial, estabamos solos, no podría ser peor.

- No te preocupes, mira tele y come lo que quieras, estare en mi habitación por si necesitas algo.

Ella asintió feliz y se dirigió hasta la cocina. La falda que cargaba puesta no ayudaba en nada. No era una falda muy corta pero como le hacía ver ese culazo. Podía sentir como mi amigo se levantaba así que corrí a mi habitación antes de que se notara.

En mi cuarto no pude evitar sacarmelo y pajear, me la imaginaba a ella, en mi cama, en cuatro y empinando su culo para que se la meta. No pude acabar así que en mi computadora puse una pelicula porno y después de sacar a todos mis posibles hijos me quede dormido.

Sentía movimiento y como un ligero toque en mi mejilla. Me levante sobresaltado. Oriana estaba frente a mi, muy cerca de mi cara. Pero casi no podía ver su rostro, estaba todo oscuro.

- Lamento levantarte, pero se hay ido la luz y  no encuentro velas.

- Mmm, si ya te ayudo. - le dije medio adormilado. 

Fuimos a la cocina y empezamos a buscar las estupidas velas. No aparecían por ningun lado, estaba seguro que me tocaría ir a comprar algunas.

- Creo que las encontre, estan aca al fondo.

Ella se paro de puntillas para alcanzar el paquete, sin querer hizo caer una funda de fideos. El susto hizo que caminara hacía atras y chocara conmigo. Eso no ayudo mucho, su trasero estaba pegado a mi pene y solo los separa la tela de mi pantaloneta. Aun tenia la erección así que estoy seguro que pudo sentirlo. 

- Genial, ya puedes iluminar este lugar. - Le dije y literalmente huy de la cocina.

No, no, no. No voy a caer a la tentación. Mika es mi amigo. No podía hacerle eso. 

De repente escucho como tocan a la puerta. Veo la cabeza de Oriana asomarse y luego entrar por completo. 

- Queria saber si quería una vela.

-Hmm si claro.

Ella prendio una vela sobre un plato y lo dejo en una esquina del piso, lo que me permitió ver su redondo culo. Ella iba a matarme.

- Sabes me gusta mucho encender velas y luego soplarlas. Es muy divertido.

No hablabamos de velas ¿cierto? A eso no se refería. Camino hasta mi hasta quedar muy pegados, tenía una excelente vista del inicio de sus pechos y no pude evitar lamerme los labio.

- Se que me deseas Anthony. Y sabes que... - se acerco hasta mi oído y susurró muy despacio. - Yo tambien.

- No no estoy no esta bien. Mika es mi amigo y tu su novia.- Intente apartarla pero no se dejo.

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